Usted está aquí: lunes 16 de junio de 2008 Deportes La coanfitriona Suiza dijo adiós a la Eurocopa con triunfo sobre Portugal

■ La selección lusitana, ya clasificada a la siguiente fase, alineó a un cuadro de suplentes

La coanfitriona Suiza dijo adiós a la Eurocopa con triunfo sobre Portugal

■ Los helvéticos agradecieron al técnico Kuhn, quien hoy se despidió tras siete años en el cargo

Agencias

Ampliar la imagen El suizo Hakan Yakin (izquierda) vence al guardameta portugués Ricardo, en un tiro penal que selló el triunfo y el despido de uno de los equipos anfitriones de la Eurocopa 2008 El suizo Hakan Yakin (izquierda) vence al guardameta portugués Ricardo, en un tiro penal que selló el triunfo y el despido de uno de los equipos anfitriones de la Eurocopa 2008 Foto: Ap

Basilea, Suiza, 15 de junio. Portugal no es lo mismo sin sus titulares y hoy lo demostró ante Suiza, que se impuso 2-0 en el cierre del grupo A y consiguió así despedirse con una victoria, de la Eurocopa que coorganiza con Austria.

Los goles del triunfo local fueron convertidos por Hakan Yakin a los 71 y a los 83 minutos, este último de tiro penal. El jugador del Young Boys, con tres anotaciones, fue el único suizo que pudo anotar en la Eurocopa y se retiró ovacionado por sus hinchas a poco de finalizar el partido.

Tras el encuentro, los helvéticos desplegaron una pancarta en la que se leía Merci Köbi (Gracias Kobi), dedicada a su técnico Jakob Kuhn, quien hoy dirigió por última vez al equipo tras siete años en el cargo y se retiró vitoreado por el público que llenó el St. Jakob Park.

El cotejo, en su génesis, no tenía historia amén de las despedidas de Kuhn y de Suiza de su propia gente. Futbolísticamente la incógnita era saber cómo responderían los suplentes del conjunto lusitano, reforzados por Ricardo, Pepe y Paulo Ferreira, quienes no aprobaron el examen, más allá de algunos detalles del extremo Nani, del Manchester United.

Dado el carácter casi amistoso del partido, al comienzo la falta de tensión se reflejó en las tribunas. Apenas se inició el partido, el público empezó a divertirse haciendo la ola, reflejo indiscutible de que lo que pasaba en el campo de juego le importaba más bien poco.

Pero ambos equipos comenzaron a atraer la atención de los 40 mil presentes con algunas situaciones de gol que fueron sucediéndose frente a los arcos.

Las más claras: una entrada de Pepe ante un tiro libre de Nani que Zuberbühler llegó a desviar lo suficiente para que el balón pegara en el ángulo, y un cabezazo de Hakan Yakin que Ricardo envió a córner con una buena estirada.

El que también se hizo protagonista fue el árbitro, el austriaco Konrad Plautz, quien en el recuento terminó por perjudicar a Portugal. No sancionó un claro penal de Muller sobre Nani y calificó erróneamente, a instancias de uno de sus asistentes, una posición adelantada de Postiga que no era tal y que culminó en gol.

Como para que los errores no ayudaran sólo a los de casa, Plautz no expulsó a Paulo Ferreira por una entrada escalofriante sobre el tobillo de Behrami. Abucheado cada vez que tocaba la pelota tras la acción, el lateral del Chelsea fue sustituido por Scolari protegiéndolo así para cuartos de final.

En el segundo tiempo, la Nati, como apodan los locales a su selección, buscó con mayor contundencia el arco rival para dar alegría a su gente. La entrada del ídolo Tranquillo Barnetta dio otro volumen de juego y presionó a los suplentes portugueses ante los gestos de inconformidad de Scolari en el banco.

La anotación parecía cuestión de tiempo porque sólo Pepe daba solidez al sistema defensivo lusitano, y así fue. A los 71 llegó el rechazo del central, que quedó algo descolocado, y el pase de Patrick Muller dejó solo a Yakin para que definiera entre las piernas de Ricardo.

Cuando Portugal intentaba el empate, llegó el invento de Barnetta, quien se tiró dentro del área ante Fernando Meira.

Plautz compró el engaño perjudicando nuevamente a los lusos y Yakin puso cifras definitivas para que Kuhn pudiera despedirse de su cargo con una victoria y que el público suizo pudiera llevarse al menos el recuerdo de un triunfo en un torneo en el que pretendía pasar al menos a cuartos de final.

Portugal jugará el jueves, en esta misma ciudad, ante el segundo lugar del grupo B, que surgirá entre Alemania, Austria o Polonia.

 
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