Usted está aquí: lunes 16 de junio de 2008 Economía Dinero

Dinero

Enrique Galván Ochoa
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■ Pemex subsidia a automovilistas gringos

■ Obama, ¿un peligro para Estados Unidos?

■ Salsita verde

En las recientes semanas distintos funcionarios han hablado de un supuesto subsidio a la gasolina y el diesel, con el cual el gobierno calderonista nos beneficia a los consumidores. Aseguran que Pemex paga la diferencia entre el precio al que los importa de Estados Unidos y al que los expende en México. Sin embargo, los beneficiarios no son los automovilistas mexicanos, sino los gringos. Están cruzando por millares la frontera para llenar el tanque en los expendios de Pemex. Este fin de semana en Tijuana se presentaron signos de desabasto. Algunas gasolineras se quedaron sin gasolina o sin diesel, y otras sólo están atendiendo a su clientela local. El diferencial de precios es tan importante, que vale la pena hacer la larga fila en la garita internacional, la de mayor tráfico del planeta. La gasolina sin plomo cuesta en Tijuana 7.53 pesos, pero en San Diego hay que pagarla a 12.50. ¿Y los consumidores mexicanos también somos favorecidos? No, aunque los funcionarios pretendan lo contrario. Como lo demostró la semana pasada mi compañero Roberto González, en el último trimestre Pemex nos vendió el combustible casi al mismo precio al que lo compró en el extranjero. La Dirección Corporativa de Finanzas de Pemex –indica la nota de nuestro colega– informó que el precio de importación de la Magna fue de 7.39 pesos por litro y el de venta a los concesionarios de las gasolineras de 7.08, en promedio. En el caso de la Premium, fue importada a 7.44 y vendida a 8.86 pesos, también como promedio. ¿De dónde sacan que el subsidio es de 100 mil millones de pesos? Sí existe, pero sólo beneficia a los automovilistas estadunidenses.

La causa de la causa

Es una larga tragicomedia de errores: todo comenzó el día en que el entonces presidente del PAN, un joven politico de nombre Felipe Calderón, pactó con el priísmo de los tiempos de Ernesto Zedillo darle vida a un Frankenstein llamado Fobaproa, cuya finalidad era convertir en deuda pública las pérdidas de la banca, entonces nacional. Posiblemente no superaban los 25 mil millones de dólares, pero mediante cuestionables cálculos la hicieron crecer a 100 mil millones. Ni remotamente todos los bancos juntos valían tanto. De entonces a la fecha no se ha construido una sola refinería, ya que el dinero del petróleo se ha desviado al subsidio –ese sí es muy real– a los banqueros. Tal es la sinrazón por la cual hoy en día Pemex importa uno de cada cuatro litros que consumimos.

Populista en campaña

Si Barack Obama fuera candidato a la presidencia en nuestro país, el sector más conservador del empresariado ya lo hubiera declarado “un peligro para México” y tendría a las televisoras encima. El pasado fin de semana precisó algunos puntos de su plataforma política y económica, la cual aquí calificaría de “populista”. Vean ustedes: propone que terminen las rebajas de impuestos con que Bush ha favorecido a los muy ricos y los fondos se destinen a aligerar la carga fiscal de la clase media y los pobres. ¿Dónde andará Luis Carlos Ugalde? Tendría una chamba bien pagada en el equipo de McCain.

e@Vox Populi

Asunto: el ADN de Santiago Creel

Los Creel tienen una larga historia en casinos y juegos de azar. Lee lo siguiente: “El primero de marzo de 1908 fueron sustraídos 300 mil pesos del Banco Minero, cuyos propietarios eran Enrique Creel y su hermano Juan, y en cuyo edificio se hallaba también la residencia del gobernador. El robo no sólo mermó la fortuna del gobernador, sino también su prestigio. Lo que pensaban muchos en Chihuahua fue muy claramente expresado por Abraham González, gobernador revolucionario de Chihuahua de 1910 a 1911. Parece que después de que Enrique Creel salió para Washington, Juan Creel se puso a jugar a la bolsa y perdió 200 mil pesos propiedad del banco. Para cubrir el faltante, hizo venir a un hombre de El Paso para que abriera un boquete en la bóveda. Luego arrestó a los dos empleados... Por casualidad, el hombre que empleó el soplete en la bóveda del banco murió accidentalmente al día siguiente”. Esto no lo digo yo, lo dice Friederich Katz en su libro The life and times of Pancho Villa... páginas 69, 70 y 71, Editorial Era.

Francisco Soto/Distrito Federal

R: Pancho: la bolsa no es un casino, aunque se le parece mucho. El libro inculpa a sólo un miembro –Juan– de una familia respetable compuesta por centenares de personas. Aparte, no creo en el ADN político. A Santiago lo persiguen sus propios fantasmas, no necesita las culpas de sus tatarabuelos.

Asunto: salsa verde

En tu columna del viernes escribes: “Por otro lado, un caso aislado de salmonela no es evidencia de que todo el tomate sea un peligro para la salud”. No hay duda de que si se tratara de “un caso aislado” coincidiría contigo, sin embargo, el CDC (Center for Diseases Control) había reportado hasta el jueves pasado 228 casos de infección por salmonela atribuible a la ingesta de tomate contaminado. No se trata de salmonella typhi, sino de salmonella Saintpaul. Aquí está la fuente:

www.cdc.gov/Salmonella/saintpaul/ Entiendo que no se atribuye la epidemia al tomate mexicano directamente, sino que todo el tomate de cierto tipo (incluido el exportado por México y el proveniente de Florida, por ejemplo) son potencialmente sospechosos de estar contaminados.

Sergio Saldívar-Salazar, MD, ScM./Distrito Federal

R: Si las cosas están así, creo que será prudente que en las próximas semanas le pongamos salsita verde a nuestros tacos.

 
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