Usted está aquí: jueves 19 de junio de 2008 Cultura Luis Garduño busca descifrar en su obra el potencial de la invención humana

■ El artista exhibe Difracciones de la percepción en el Museo de Arte de Tlaxcala

Luis Garduño busca descifrar en su obra el potencial de la invención humana

■ La exposición incluye cuadros de gran formato, esculturas, un móvil y un audiovisual

■ Mantiene cercanía con el cine y espera concretar un proyecto con Guillermo del Toro

Merry MacMasters

Ampliar la imagen El pintor Luis Garduño, durante la entrevista con La Jornada El pintor Luis Garduño, durante la entrevista con La Jornada Foto: Luis Humberto González

Más que inventar historias, el pintor Luis Garduño busca mostrar “el instante azaroso de la expresión misma”, que representa mediante su propio imaginario en aras de cómo podría ser la “complejidad del pensamiento de alguien que miro en la calle”.

De hecho, el hombre, la migración y su potencial inventivo animan Difracciones de la percepción, muestra de 29 cuadros de gran formato, tres esculturas en metal, “un móvil” en madera y metal, y un audiovisual que exhibe en el Museo de Arte de Tlaxcala (Guerrero 15, Centro Histórico).

El título de la muestra, escogido por la curadora Concepción Pérez de Celis, hace referencia a que Garduño recurre a una técnica de materiales plásticos “muy novedosos”, junto con acrílico, que crea un efecto de desplazamiento de la imagen como si fuera en tercera dimensión. Mientras los colores cálidos (los rojos) se proyectan hacia adelante, los fríos (azules y verdes) se van hacia el fondo.

De esta manera se “reconstruye” el cuadro ante los ojos del espectador para dar cuenta de, y “desmitificar” el proceso creativo: “cómo empiezo a dibujar y meter las capas diversas de color”.

Abrevar en la cotidianidad

Una exposición del pintor Francis Bacon, vista por Garduño de niño en el Museo de Arte Moderno, lo motivó a desarrollar más el dibujo. Aunque estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México y participó en algunos talleres con varios maestros, expresa: “lo que más me ha impactado como pintor es la cotidianidad; el ser humano enfrentado a sus circunstancias. Y lo que intento descifrar en mis cuadros es el potencial de invención del hombre, el cual lo lleva a solucionar problemas reales al desarrollar su vida en estructuras tan complejas como puede ser una ciudad”.

No obstante que Garduño siempre ha sido un autor figurativo, rodeado de un aura de fantasía, sus pintores favoritos son abstractos, como el mencionado Bacon, De Kooning, Rothko y Pollock. En la figuración ha encontrado “una forma de expresión de los valores más básicos hallados en el ser humano”.

También reconoce que pintores como “Ensor, Munch y toda esa corriente salvaje alemana que hubo”, lo impresionaron en su momento. De allí la relevancia de la gestualidad en su trabajo.

Respecto de su estilo, le han dicho “de todo”, sin embargo, expresa que no cree tanto “en los linajes culturales en ese sentido”. Aunque reconoce “signos de identidad con, quizá, la pintura de Remedios Varo o de Corzas u otros autores de la Ruptura. Pero mi trabajo parte de lo cotidiano, de lo que veía en la televisión en la infancia, quizá, de lo que veo en la calle, en algunas revistas, en el mundo real”.

Somos lo que hacemos

En la serie sin título que integra Difracciones..., realizada entre 2003 y enero de 2008, el artista partió de “la creación y la invención como parte de la condición humana, no tanto como un acto cultural, sino como algo inherente a nosotros. En esta serie me aboqué a pensar cuál es el oficio que cada uno desarrolla y la exploración de lo que hacemos es lo que somos, quizá un poco. Cuando veía un obrero en la calle o alguien que tenía una preocupación y se le notaba en un gesto equis, pensaba en esta construcción que uno va haciendo en el pensamiento acerca de los problemas, la búsqueda de las soluciones y eso en lo visual se me hacía muy enriquecedor en el terreno del imaginario”.

La pintura El caudillo muestra su fascinación por ese personaje tan latinoamericano; Tras el conejo blanco ironiza el relato Alicia en el país de las maravillas, cuyo tema Garduño encuentra de lo más contemporáneo; en Después del show critica la individualidad y el egoísmo del sistema de estrellas de Hollywood; El cantante y la convicción de la voz es un homenaje a intérpretes como Bob Dylan y “lo que conlleva vivir en la nostalgia de la noche”; La nave de Caronte reflexiona sobre el tema universal de la muerte. La obra de Garduño está repleta de animales, porque cree fervientemente en la cohabitación.

Aparte de su trabajo pictórico, el artista ha trabajado en el departamento de arte de películas como Frida y Apocalypto. Su cercanía con el cine lo llevó a hacer escultura, al ver cómo de una pieza de unicel podía hacer una estela maya en dos días.

Difracciones... incluye un audiovisual de dos minutos y medio que es una preproducción del cortometraje De entrada por salida, de seis minutos con 40 segundos, que consta de 14 mil dibujos y narra la historia de un hombre que se transforma en nahual. Garduño desea contar con el apoyo de Guillermo del Toro para producirlo.

 
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