Usted está aquí: domingo 22 de junio de 2008 Espectáculos Amy Winehouse, aun sumida en sus problemas, es cada día más popular

■ Esta semana fue hospitalizada; pocos días antes se difundió un video donde consume crack

Amy Winehouse, aun sumida en sus problemas, es cada día más popular

■ Este año se le otorgó el premio Ivor Novello, de los más cotizados en el Reino Unido

■ En Cambridge piden que se estudien sus letras a la par de poemas de sir Walter Raleigh

Afp

Ampliar la imagen La chica mala del soul cautivó desde su disco Frank, de 2003. Regresó en 2006 y confirmó su talento con Back to Black. En la imagen, Amy Winehouse durante su actuación en los Brit Awards, este año La chica mala del soul cautivó desde su disco Frank, de 2003. Regresó en 2006 y confirmó su talento con Back to Black. En la imagen, Amy Winehouse durante su actuación en los Brit Awards, este año Foto: Ap

Londres, 21 de junio. “La chica mala de la música”, Amy Winehouse, está en los titulares más por sus problemas de drogas y alcohol y sus entradas y salidas de clínicas y cárceles que por su música, pero la británica de 24 años es cada día más premiada y más popular.

La estrella del soul, que ha vendido millones de álbumes en el mundo entero, fue hospitalizada esta semana tras desmayarse en su casa, lo que desató nuevos rumores sobre la diva, que en su famoso tema Rehab confiesa: “Intentaron enviarme a una clínica de desintoxicación y he dicho no, no y no”.

Recientemente, una grabación conseguida por un diario parecía mostrar a Winehouse –quien obtuvo las mejores ventas en el Reino Unido durante 2007 y el top de iTunes, gracias a su mezcla única de pop, soul, jazz y blues– fumando crack.

La cantante pasó también una noche en detención provisional por haber atacado a dos hombres. A uno le dio un golpe con la cabeza y a otro un puñetazo. Por esa agresión se le abrió una ficha policial, pero Winehouse se libró con sólo una amonestación.

Su vida loca nutre su música

Hace pocos días fue su marido, Blake Fielder-Civil, quien se declaró culpable de haber agredido al dueño de un pub y de entorpecer la justicia. Ahora está a la espera de sentencia.

La cantante llega tarde a conciertos e incluso a recoger sus muchos galardones, como cuando le atribuyeron este año el premo Ivor Novello, uno de los más prestigiosos del Reino Unido.

El título de la que fue premiada como la mejor canción británica del año, Love Is A Losing Game (El amor es un juego perdedor), devela algo del alma de la angustiada diva, cuya rebeldía, vida loca, extravagancias e imagen extraña parecen nutrir su música y su éxito.

Otras veces no ha podido recoger los galardones, como cuando ganó en febrero pasado cinco Grammys, entre ellos los de “artista revelación” y “mejor disco del año”, ya que no pudo asistir a la ceremonia en Los Ángeles porque no obtuvo a tiempo su visado, debido a sus líos con drogas.

Hasta la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se ha metido con ella: el director de la oficina de la ONU contra la Droga y el Crimen (ONUDC), Antonio Maria Costa, criticó, en una entrevista con un diario, su comportamiento, que según él atiza los problemas con la droga.

Las celebridades “que inhalan cocaína no sólo se dañan la nariz y el cerebro, sino también contribuyen a la ruina de estados en la otra punta del mundo”, dijo.

Winehouse “puede hacerse la rebelde cantando con la voz destrozada Rehab (rehabilitación), pero, ¿se da cuenta del mensaje que envía a los drogadictos que no pueden permitirse un tratamiento tan caro?”, agregó el responsable.

Pero lo incuestionable es su poder como intérprete y la pasión que pone en su música, como dejó claro en su primer álbum, Frank, lanzado en 2003, y luego en Back to Black, de 2006.

Winehouse, quien a la edad de 10 años creó un grupo de rap infantil y empezó a componer a los 14, ha sido toda una revelación mundial, principalmente desde que su sencillo Rehab se colocó en el número uno de las listas musicales en incontables países.

Su talento ha sido consagrado incluso en universidades elitistas como Cambridge, cuyo departamento de literatura pidió a los estudiantes que compararan la lírica de Winehouse en su canción Love is a Losing Game con la de sir Walter Raleigh (1552-1618), quien escribió alguna de la mejor poesía de la época isabelina.

Ante críticas, Cambridge defendió su pedido: alegó que requerir que se estudiara a Winehouse en sus aulas demostraba que la universidad está enraizada en el “mundo del siglo XXI”.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.