Usted está aquí: sábado 28 de junio de 2008 Economía El cambio climático, amenaza a la seguridad de varios países

■ Aumenta la pobreza, tensa la situación social y debilita los organismos gubernamentales

El cambio climático, amenaza a la seguridad de varios países

■ Es uno de los temas a tratar en la reunión de ministros del Grupo de los Ocho que se realiza en Japón

■ El bloque buscará, con China, India, México, Sudáfrica y Brasil, dar continuidad al Protocolo de Kyoto

Roberto González Amador (Enviado)

Ampliar la imagen Reunión de ministros del Exterior del Grupo de los Ocho países más industrializados más cinco que se lleva a cabo en Japón Reunión de ministros del Exterior del Grupo de los Ocho países más industrializados más cinco que se lleva a cabo en Japón Foto: Ap

Tokio, 27 de junio. El cambio climático no sólo destruye glaciares y altera las estaciones del año. Expertos, legisladores y funcionarios de las 13 mayores economías del mundo, México incluido, comenzaron a discutir la forma de atender otros efectos que se empiezan a documentar. Uno de ellos es que se ha convertido en una amenaza a la seguridad de varios países. El calentamiento aumenta la pobreza, tensa la situación social y debilita a los organismos gubernamentales.

Para más complicación, la producción de biocombustibles, una alternativa para reducir el uso de derivados del petróleo que emiten contaminantes a la atmósfera, disparó el precio de los alimentos y, en algunos casos, comenzó a provocar daño ambiental.

La discusión relacionada con el cambio climático es uno de los temas principales que serán tratados en la reunión del Grupo de los 8 (G-8) países más avanzados, que se realiza en Japón. Previo al encuentro, representantes de esas ocho naciones (Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Rusia y el anfitrión) más China, India, México, Brasil y Sudáfrica se reunieron aquí para buscar un consenso para dar continuidad al actual compromiso global de reducción de contaminantes, conocido como el Protocolo de Kyoto, que tiene vigencia hasta 2012.

“Esta es una de las últimas oportunidades de lograr un acuerdo”, dijo Terry Towshend, director de Globe International, un mecanismo permanente de diálogo entre legisladores de los 13 países (el G8+5, como es conocido) y que celebra aquí una reunión para presentar una propuesta de consenso para ser entregada a los gobiernos de esas naciones. De México vienen legisladores del partido gobernante y la oposición, informaron los organizadores.

Las consecuencias para la seguridad nacional de varios países por problemas derivados del cambio climático afectarán no sólo a las naciones avanzadas, sino también a los países en desarrollo, comentó el diputado canadiense Byron Wilfert, del Partido Liberal y vicepresidente de Globe International. “Por ello la respuesta a este asunto debe ser colectiva”, indicó.

Hasta ahora, la relación entre seguridad nacional y cambio climática se había centrado en la migración de personas que escapan de tierras áridas y la eventualidad de que el aumento en el nivel del mar cubra algunos estados isleños, en especial del Pacífico. El abanico de consecuencias se ha sido ampliado. Un informe del Comité Nacional de Información de Estados Unidos indica que en los siguientes 12 años 50 millones de personas –poco menos de la mitad de la población de México– enfrentará hambre, aumentará la pobreza en el mundo, más de lo que ya lo hace el alza en el precio de la comida, y puede desestabilizar a países con sistemas políticos vulnerables.

La sequía, por ejemplo, puede reducir antes de 30 años en una décima parte la cosecha mundial de arroz. “El objetivo de este encuentro es acordar una estrategia de acción desde los parlamentos y con los gobiernos de los países para cuando concluya el plazo del Protocolo de Kyoto en 2012”, dijo Adam Matthews, seretario general de Globe International.

En el marco del llamado Protocolo de Kyoto, 166 países –entre los que no está Estados Unidos, el mayor contaminante del planeta— han asumido el compromiso de reducir en 5.2 por ciento las emisiones globales de gases de efecto invernadero -los que provocan el calentamiento del planeta y la

alteración del clima- sobre los niveles de 1990 en el periodo que va de 2008 a 2012. Debido a ese plazo es que empieza a correr prisa para lograr consenso sobre lo que ya se conoce como Kyoto II, es decir, extender los compromisos más allá de 2012.

Biocombustibles: efecto boomerang

Una de las explicaciones sobre el alza de los alimentos, cuyo precio promedio en el mundo se ha incrementado 81 por ciento en los últimos tres años, es el incremento de la demanda de algunos granos para producir biocombustibles. Las noticias no son buenas, como lo muestra un reporte publicado esta semana por Oxfam International, una organización no gubernamental con sede en Londres.

“En la actualidad, las políticas de los países ricos en materia de biocombustibles no ofrecen medios seguros ni eficaces para combatir el cambio climático”, indicó el reporte de Oxfam.

Al aumentar la demanda de tierra para su cultivo, los biocombustibles desplazan la expansión de la agricultura hacia sumideros de carbono cruciales como los bosques, con la consecuente liberación de carbono almacenado en el suelo y la vegetación. Asegura que costaría década, y en algunos casos siglos, de producción de biocombustibles para subsanarlo.

Según la revista Science, serían necesarios 167 años para compensar las emisiones de carbono provocadas por el cambio de uso de la tierra en el mundo como resultado del programa de Estados Unidos para la producción de etanol a partir de maíz.

Oxfam agrega que el consumo de biodiesel de la Unión Europea (UE) está conduciendo a una vertiginosa demanda de aceite de palma, tanto para biodiesel como para remplazar al aceite de colza y otros aceites comestibles cuyo cultivo ha sido desviado hacia el programa europeo de biocombustibles.

La organización anticipa que en 2020 las emisiones resultantes del cambio de uso de la tierra por la expansión del cultivo de palma podrían haber alcanzado entre 3 mil 100 y 4 mil 600 millones de toneladas de bióxido de carbono, lo que representa entre 46 y 68 veces el ahorro anual que la UE espera haber alcanzado ese año a través del uso de los biocombustibles.

Una respuesta está en mejorar la eficiencia productiva de los combustibles actuales, algo que es posible, según un reporte que va a ser discutido por los participantes en un foro convocado por Globe International y auspiciado por organizaciones como el Banco Mundial y el gobierno japonés.

Eric Beinhocker, responsable del McKinsey Global Institute, una organización con sede en Londres, encabezó el equipo que elaboró el estudio, en el que se asegura que incrementar la producción de bienes por unidades de bióxido de carbono emitidas es la mejor manera de lograr al mismo tiempo reducir la emisión de contaminantes y mantener el crecimiento de la economía en el mundo. Eso se puede lograr básicamente con la tecnología industrial que hoy está disponible, aseguró. La discusión seguirá este viernes, con la asistencia del primer ministro de Japón, Yasuo Fukuda, y el ex premier británico Tony Blair.

 
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