Usted está aquí: lunes 30 de junio de 2008 Opinión Desde el otro Lado

Desde el otro Lado

Arturo Balderas Rodríguez
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■ ¿Qué pasa con Obama?

La pregunta no es ociosa ni retórica, ya que el candidato del Partido Demócrata a la presidencia de EU ha tenido una conducta y expresado opiniones más ligadas a la agenda conservadora que a las del cambio que proclama.

La primera fue el rompimiento de su promesa de aceptar financiamiento público para la campaña. Por ley, los candidatos tienen que acogerse a un régimen de financiamiento: a) público, en cuyo caso reciben una cantidad determinada –para esta elección el monto es de 81 millones de dólares– como límite para financiarla, b) privado, en el que pueden obtener aportaciones de individuos, corporaciones, etcétera, casi sin límite. No sin razón, Obama argumentó que tomó esa decisión debido a que los republicanos eluden el límite del financiamiento público mediante el apoyo de organizaciones “independientes” que no se contabiliza directamente al candidato. Fue una de las causas por las que en 2004 el candidato demócrata perdió la presidencia. Sin embargo, con esta decisión Obama liquidó por ahora la posibilidad de avanzar hacia un sistema de financiamiento público.

Otros temas controversiales tienen que ver con el apoyo que dio a la decisión de los cinco jueces más conservadores de la Corte de derogar la prohibición de poseer armas de fuego en domicilios particulares, otorgando la razón a la Asociación Nacional del Rifle, que junto con los fabricantes de armas ha promovido ese derecho durante la conquista del oeste y que hoy está fuera de lugar.

Por último, su crítica a la decisión del máximo tribunal de no aplicar la pena de muerte a un individuo que viola a un menor, siempre que su vida no haya estado de por medio. Obama argumentó que la violación de un menor es un “crimen horrendo” que debe castigarse con pena de muerte. La argumentación en contra de la pena máxima fue escrita por el juez Stevens, uno de los más liberales en esa Corte, y está en sintonía con la tendencia de los juzgadores más liberales a criticar la pena de muerte como procedimiento que es frecuentemente injusto, abusivo, irreparable y que produce sufrimiento excesivo a quien la recibe.

Partidarios de Obama esperan que la estrategia para ganar la presidencia no desdibuje las promesas de cambio que expresó con tanto énfasis en los pasados meses.

 
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