Usted está aquí: lunes 30 de junio de 2008 Opinión Ciudad Perdida

Ciudad Perdida

Miguel Ángel Velázquez
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■ La PGJDF ¿juez y parte?

■ Transparentar, pese al apremio

¿Cuál fue, exactamente, la participación de los elementos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal en la crisis del antro News Divine? Aclarar el asunto que hoy parece no tener respuestas por parte de la misma dependencia serviría, entre otras cosas, para dar confiabilidad a las investigaciones y credibilidad a sus dichos.

Para empezar, habría que recordar que en el operativo policiaco sí había personal de la procuraduría. Dice el procurador Rodolfo Félix Cárdenas que sólo estuvieron presentes cuatro agentes del Ministerio Público y otros tantos policías judiciales, aunque otras voces señalan que era un número mayor de policías de la PGJDF los que estuvieron en el lugar, lo que no se ha probado pero la duda persiste. ¿Qué hizo ese personal durante los momentos trágicos? Hoy sabemos, por boca del propio Félix Cárdenas, qué función desempeñaron los uniformados, pero ¿y los que iban de civil?

Una fotografía poco conocida advierte que desde su arribo al antro los cuerpos policiacos bajo la Unipol estaban juntos, es decir, se miran las patrullas o lo que se presume son patrullas de la policía judicial, por lo que sería imposible decir que esos policías no estuvieron presentes en el operativo.

También se mira, en una serie de fotografías, que algunos supuestos agentes judiciales deambularon por el lugar sin dar asistencia a los jóvenes que salían del antro asfixiados o casi muertos. La procuraduría culpó a los policías de Seguridad Pública de no ayudar a quienes requerían de auxilio, pero tampoco lo hicieron los judiciales, y menos el agente del Ministerio Público del caso, que si bien no dirigía el operativo, desde el comienzo debió realizar el trabajo que por ley le corresponde. Eso, hasta donde se sabe, no ha sido tomado en cuenta por el procurador Rodolfo Félix Cárdenas.

Con sus declaraciones, los agentes judiciales y del Ministerio Público que estuvieron durante la tragedia parecen tratar de evadir sus responsabilidades, y eso no parece obrar en bien del compromiso del jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, por dar toda la transparencia a las investigaciones, así que más vale que se ponga en claro qué paso con los agentes de la PGJDF, antes de que empiecen a brotar, por aquí y por allá, las evidencias de su comportamiento.

Y lo peor, hay quien asegura que los judiciales y el MP rindieron declaración 24 horas después de ocurridos los hechos y que la misma agente del Ministerio Público de la coordinación territorial GAM 4, Natividad Gaona Cerna, que acudió al operativo, fue la misma que tomó declaraciones para la investigación del caso. ¿No que no eran juez y parte?

Lo que cada vez queda más claro es que todos los miembros de la Unipol, todos, formaron parte de la cadena de errores que provocó la tragedia. No es posible que el delegado con licencia de la GAM, Francisco Chiguil, pretenda evadir sus culpas, que son muchas y pesadas, que tienen el sello de la corrupción, y que después del numerito en el recinto de la Asamblea Legislativa quiera lavar sus pecados con la manta del movimiento popular del Frente Amplio Progresista. Eso no se le debe permitir.

Joel Ortega aceptó los errores que, por parte de la policía, se cometieron en el desalojo del antro, y cualquiera que sea su destino, su decisión tiene también un color político que debe tomarse en cuenta. Todos los caminos presentan un delgado filo, y para sortearlos el equilibrio es lo más importante.

Rodolfo Félix Cárdenas tiene que transparentar el actuar de su gente para evitar que se enturbie, aún más, la realidad de un hecho vergonzoso en el que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal también jugó un papel importante, y la evasión no es, como ya dijimos, el mejor derrotero.

Por último, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, según se nos ha dicho, tendrá listo su informe antes de lo previsto, muy posiblemente el martes, pero cuidado, dadas las confusiones creadas hasta ahora, sobre la responsabilidad de los cuerpos de seguridad, será bueno que se busque dar un poco de luz a lo que está lleno de tinieblas, y aunque los tiempos marcan urgencia, no se puede equivocar. Así van las cosas.

 
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