Usted está aquí: miércoles 2 de julio de 2008 Opinión Isocronías

Isocronías

Ricardo Yáñez

■ Tres entes

El elegante

En la pesera voy, en la pesera
a una velocidad algo sabrosa,
en la pesera voy entre la broza
de la que formo parte pasajera,
que pasajero soy, quiera o no quiera.

Parece hay turbulencia… Así es la cosa.

Y pasa de ligera a, pues, riesgosa.

Aguantar el rigor de nos se espera.

Enfrena y acelera y se encarrera
el chofer que dijérase en su sala
a sus anchas está poniendo discos.

Seguramente estoy haciendo bizcos.
Pensé que era pesera y es tren bala
esta mágica alfombra en que resbala
mi corazón, mi bofe, mis meniscos.

El viajante

Quería como dormirse y no podía,
regresaba sus ojos al paisaje,
y yo, aunque voyerista, me hacía guaje.

Me llamó la atención, se parecía
a Verónica, aquella que solía
proponerme sin más darme masaje...

De Querétaro a México era el viaje.

Una nalga, la izquierda, me dolía.

En el placer de verla me perdía.

Quería saber su nombre, sólo eso.

Mochila gris y botas, cuánto lunes.

Interminable música de itunes
segregaba mi ipod. Yo no sabía:
de aquel amor no había salido ileso.

El escribiente

No sé si soy quien soy o
soy tan sólo
un lejano recuerdo de mí mismo,
y en este no saber sé me ensimismo
y un ápice no avanzo, más me embolo
que aclaro mi conciencia, y me hago solo
el que no se ha enterado del abismo
sobre el que está parado o del mutismo
que habla se le figura, en que me inmolo
inútilmente. ¿Dónde mi cacumen
si es que uno tengo o tuve? ¿Qué presumen
estas palabras dizque de poeta?

Si de veras de oro la saeta
que me atraviesa el pecho, de oro fuera,
otra cosa el soneto este dijera.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.