Número 144 | Jueves 3 de julio de 2008
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus




Treinta años reivindicando la diversidad sexual en México

Desde las primeras manifestaciones públicas masivas a finales de los años setenta, el movimiento Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero y Travesti (LGBT) ha aportado, a la par del feminista, a la construcción de una sociedad más equitativa, respetuosa y tolerante de las diferentes formas de pensamiento y expresiones de la sexualidad. A lo largo de estos treinta años, ha puesto de manifiesto en las calles las diferentes maneras con las que cuentan los seres humanos para mostrar afectos y disfrutar la sexualidad.

Este andar ha visibilizado a un grupo de personas que han roto el silencio con valor, han creado nuevas identidades, han luchado contra la arbitrariedad, la impunidad, el estigma y la discriminación, pero sobre todo por el respeto a sus derechos. Han invitado a deshacerse de las culpas y temores arraigados en una moral sexual tradicional que tiene su origen en la cultura judeo-cristiana, que nos educa para estigmatizar y denigrar a quien aparentemente es diferente a la regla establecida para vivir la sexualidad, ser heterosexual.

Uno de los sectores que se ha opuesto álgidamente a las expresiones de una sexualidad diversa, ha sido la jerarquía conservadora de la Iglesia Católica. A través de los sermones, la promulgación de documentos y sobre todo de la utilización de su investidura religiosa como símbolo de poder para sugerir la dirección de políticas públicas, busca imponer sus preceptos morales y creencias religiosas a toda la sociedad. Como católicas creemos fundamental que la jerarquía católica entienda el daño que produce con sus mensajes a miles de personas, olvidando que el amor es el principal mensaje de Jesús, quién reconoce la diversidad, basado en la misericordia y en el respeto a la dignidad de todas las personas y no en el sufrimiento, en las culpas o en la exclusión.

Hoy como desde hace treinta años el movimiento LGBT organizado salió a las calles para demandar: seguridad social para parejas del mismo sexo, equidad, ciudadanía plena en lo público y en lo privado e identidad jurídica para transexuales y transgénero. Mostrando las expresiones de la diversidad, dejaron atrás siglos en los que se vivía una sexualidad oculta y en silencio.

Aún cuando esta lucha ha significado un gran aporte para la construcción de una sociedad más democrática e incluyente, todavía se tiene que trabajar por el respeto y construcción de nuevos derechos, por implementar políticas públicas que erradiquen el estigma, la discriminación, la homofobia, que tipifiquen los crímenes de odio por homofobia y que prevengan la infección del VIH, la cual cada vez tiene rostro más joven y de mujer. Confiamos en que el Ejecutivo responda favorablemente a la exhortación del poder legislativo y proclame el 17 de mayo como Día Nacional contra la Homofobia. Hacemos un llamado a los congresos locales a elaborar y promulgar leyes en defensa de los derechos de la diversidad sexual; exhortamos a la jerarquía católica a respetar la diversidad sexual, tomando en cuenta que el mensaje inspirado en el Evangelio de Jesús es de justicia, solidaridad y amor especialmente hacia los sectores más discriminados. Finalmente hacemos un llamado a la sociedad mexicana para que promueva el respeto hacia los homosexuales, lesbianas, bisexuales, transgéneros, transexuales e intersexuales, incluyendo las posibilidad de la libre expresión de sus afectos y de su identidad.

En un país laico como el nuestro, la democracia es sinónimo de tolerancia y respeto hacia los derechos de las personas, por lo cual es fundamental que nuestra legislación garantice el cumplimiento de los derechos de la diversidad sexual. En Católicas por el Derecho a Decidir, creemos que resulta imposible etiquetar y condenar a los seres humanos a partir del ejercicio de su sexualidad, que no existen humanos de primera y de segunda categoría y que el amor en cualquiera de sus expresiones es uno de los pilares de la sana convivencia entre todos y todas.

Dios = Amor + respeto + justicia + tolerancia = Respeto a la Diversidad Sexual