Usted está aquí: lunes 7 de julio de 2008 Política Pide el PNUD dar enfoque de género a políticas ambientales

■ Mujeres, las más vulnerables ante efectos del cambio climático

Pide el PNUD dar enfoque de género a políticas ambientales

Mariana Norandi

El cambio climático vuelve el medio ambiente más extremo, inhóspito y acentúa las desigualdades sociales, por lo cual, su avance será cada vez más perjudicial para las personas de escasos recursos, por ser el sector de la población más expuesto a los efectos negativos de los desastres naturales, como huracanes, inundaciones o sequías.

Además, si la realidad de manera cotidiana muestra un paulatino pero constante incremento de la feminización de la pobreza, entonces las mujeres se convierten en el sector social más vulnerable frente al cambio climático

Ante esta advertencia, la Organización de las Naciones Unidas ha comenzado a recomendar a los responsables de políticas públicas en materias de medio ambiente y equidad de género, incorporar un enfoque de género en el diseño de sus estrategias gubernamentales de adaptación al cambio climático. Por ello, mañana, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) realizará en esta capital el Foro Internacional sobre Género y Medio Ambiente, donde también presentará la guía Recursos de género para el cambio climático, en el cual incluye sus recomendaciones.

Magdy Martínez Solimán, representante residente del PNUD en México, aborda en entrevista la relación de cambio climático y género; así como algunas de las recomendaciones que hace la organización internacional a sus países miembros sobre este tema.

–¿Cómo el PNUD llega ahora a la conclusión de recomendar que se incluya el enfoque de género en las políticas ambientales de sus naciones asociadas?

–Por un lado, porque los problemas de medioambiente, como los de igualdad, son problemas de desarrollo. El cambio climático no puede verse sólo desde un enfoque científico, de cómo mitigar las emisiones de CO2 de las industrias o los automóviles. Debe abordarse también como un problema social, en el sentido de cómo gestionamos la tierra; cuantos espacios protegemos; cuánta masa forestal mantenemos; cómo viven las personas en los bosques; que cantidad de pesticidas y fertilizantes utilizamos o el porcentaje de agricultura orgánica. No es un tema de laboratorio, sino de política social. Y, por otro lado, los elementos más extremos del impacto medioambiental exacerban las diferencias sociales, pues la mujer es más desfavorecida. Por lo tanto, en una situación de medioambiente más deteriorado quienes pagan el precio más alto son las mujeres, sobre todo las de menores recursos que viven en un ámbito rural.

–¿Por qué?

–Porque, y eso lo explicamos en la guía, por ejemplo, las mujeres frente a un fenómeno hidrometeorológico desastroso pierden el sustento de vida ya que no son propietarias de las tierras; tendrán que acarrear el agua a mucho más distancia; las niñas tendrán que hacer tareas que las alejarán de la escuela; las que son jefas de hogar viven en peores condiciones de vivienda; más cerca de los ríos, y van a verse obligadas a migrar mucho más rápido que los hombres. Es complejo explicar esta cadena, pero la resultante es: ante un medio ambiental deteriorado y un cambio climático peligroso, la mujer se vuelve mucho más vulnerable.

 
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