Usted está aquí: miércoles 9 de julio de 2008 Estados Más quejas contra cura hidalguense

Más quejas contra cura hidalguense

Carlos Camacho (Corresponsal)

Pachuca, Hgo. 8 de julio. Reinaldo Chávez López, cura de la comunidad de Cuatlimax, municipio de Tlanchinol, acusado de abusar de más de una docena de menores y de haber embarazado a una muchacha de 18 años, sigue sumando denuncias. Según familiares de la joven preñada, hay testimonios de acoso sexual y violación en otras 13 comunidades de la región. Sólo en Cuatlimax se habla de entre 10 y 15 menores ultrajadas.

Un primo de la joven, que pidió el anonimato por temor a represalias, asegura que el cura se oculta en Cuatlimax y ha convencido a varias personas de afirmar que las acusaciones son falsas.

Luego de que la joven embarazada y sus familiares presentaron la denuncia en Cuatlimax, ante en el Centro de Atención a Víctimas (CAVI), que depende de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), han surgido dos bandos: uno apoya al sacerdote y otro lo acusa de haber abusado de las jóvenes del pueblo desde que llegó, hace seis años.

“Pero eso no es todo. Ahora se sabe que en las otras 13 comunidades del municipio el párroco de Cuatlimax también abusó de las niñas”, comentó vía telefónica el familiar de la joven.

Aseguró que Chávez López “no ha salido del pueblo. Lo tienen oculto en una casa”, desde donde maneja su defensa y convence a testigos de que cuando sean citados a declarar en Huejutla, donde se atiende la denuncia, digan que todo es un infundio.

El caso, que fue ventilado públicamente el 10 de junio en Huejutla, ya había sido tratado por los padres de la joven con el obispo de esa diócesis, Salvador Martínez Pérez, quien pidió un mes para quitar de la parroquia de Cuatlimax al sacerdote acusado, a cambio de que no se hicieran público el caso, pero como no hubo respuesta decidieron denunciar penalmente y ante los medios.

Dinero y dulces por callar

El familiar de la muchacha dijo que ésta le relató cuándo comenzaron los abusos. Comentó que el sacerdote también se aprovechó de varias jóvenes del grupo de danza y del coro, a quienes daba dinero y dulces a cambio de que callaran. Recientemente, dijo, dio efectivo a una de las adolescentes para que se comprara un vestido para su fiesta de 15 años.

Los abusos contra niñas y jóvenes de esa comunidad indígena de la Huasteca hidalguense han tenido poca atención de las autoridades. La Iglesia católica tampoco ha fijado su postura.

 
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