■ Seguimos desafiando a los pesimistas, dice Dave W. Steward
La abolición del apartheid propició el florecimiento del arte y la cultura en Sudáfrica
■ Tenemos una de las sociedades más desiguales del mundo y el reto es vencer la pobreza, manifiesta el presidente de la Fundación De Klerk
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Un grupo de jóvenes sudafricanos manifiestan en las calles sus expresiones artísticas en un clima de libertad, para dar a conocer la riqueza de la diversidad cultural de ese país
Foto: Mónica Mateos
Johannesburgo, 14 de julio. Entre lo grandioso de Sudáfrica está “que seguimos encontrando retos y desafiando a los pesimistas”, considera Dave W. Steward, quien fue jefe de gabinete de Frederik de Klerk, el presidente blanco que colaboró en la abolición del apartheid en este país.
En entrevista con La Jornada, el ahora presidente de la Fundación De Klerk en pro de los derechos humanos asegura que se ha dicho que el país nunca va a resolver los problemas derivados de años de segregacionismo racial, “pero siempre hemos conseguido cosas importantes, por difíciles que parezcan.
“Por ejemplo, el arte y la cultura de Sudáfrica florecieron luego de la abolición del apartheid, en un clima de libertad. Ahora hay mucha energía para la creación artística en la sociedad sudafricana, pues creamos un ambiente en el que todos pudieron participar, principalmente para comenzar a disfrutar nuestra rica diversidad cultural.
“Tenemos 11 lenguas nacionales y cuatro grupos étnicos, ahí reside nuestro patrimonio. No obstante, perdimos muchas expresiones, principalmente de teatro, que se basaban en la lucha.”
Steward señaló que el actual gobierno de Thabo Mbeki “debe hacer mucho más por desarrollar nuestra lenguas indígenas. Necesitamos universidades donde las personas se eduquen en niveles superiores, pero en sus idiomas, zulú o khosa.
“Debemos brindar enseñanza a nuestros niños en sus lenguas nativas, por lo menos hasta el sexto grado de primaria, pues si no lo hacemos estarán en gran desventaja. Ése es uno de los errores que hemos cometido.
“Hay que celebrar nuestras culturas, las cuales son excelentes en Sudáfrica, pero no las hemos dado a conocer al mundo lo suficiente. Hay miles de películas sobre nuestra historia que se deben hacer.”
Sida, estadísticas escalofriantes
Respecto del sida, Dave W. Steward explicó que de los 48 millones de personas que viven en el país, 6 millones son VIH positivos: “una de las estadísticas más escalofriantes es que 20 mil personas se infectan cada tres semanas. Antes nuestro gobierno negaba estas cifras, fingía que eso no sucedía, pero ahora hay programas de información muy buenos, además de buena distribución de antirretovirales.”
En cuanto a la xenofobia contra los inmigrantes que se vive en Sudáfrica, consideró que “es terrible”, pero confió en que las instituciones se asegurarán de “que la sociedad reaccione de la forma correcta. Existe una comisión de derechos humanos que está tomando una posición muy fuerte ante la xenofobia. Nuestro gobierno ha actuado muy pronto y de manera correcta: ha protegido a las comunidades que están involucradas.
“Nuestro problema es la pobreza; existe una tasa real de desempleo entre los negros sudafricanos que es de 38 por ciento aproximadamente. Hay entre cuatro o cinco millones de trabajadores extranjeros en el país, por lo que hay mucha competencia por los trabajos; ésas son las circunstancias por las que brota la xenofobia.
“Por eso, uno de nuestros grandes retos es vencer la pobreza. Tenemos una de las sociedades más desiguales del mundo. Y sólo lograremos erradicar esto dando educación a nuestra gente, generando empleos y asegurándonos de que la economía siga creciendo.
“Tenemos una excelente constitución, un sistema judicial independiente y una democracia que funciona. Estoy muy confiado en que, suceda lo que suceda, continuaremos por ese mismo camino; tenemos nuevas dinámicas en nuestra sociedad. Como en todas las grandes ciudades, ha habido grandes cambios; el gobernante Congreso Nacional Africano se ha movido a la izquierda y eso generará un nuevo tipo de debate, pero éste se puede llevar a cabo, en paz, en el contexto de nuestra contitucionalidad.
“Cuando el presidente De Klerk afrontó por años la violencia, al emprender negociaciones con Mandela se dio cuenta de que una de las cosas más importantes eran los beneficios de la paz y la justicia, lo cual hace que todo valga la pena”, concluyó el directivo de la remombrada Fundación Frederik de Klerk.