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Directora General: CARMEN LIRA SAADE Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER Domingo 20 de julio de 2008 Num: 698 |
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¿DÓNDE QUEDÓ LA BULLYTA ?ENRIQUE HÉCTOR GONZÁLEZ
No es noticia (de tan serlo) que la televisión y la prensa nos sorprendan con nuevos refinamientos en la manera de agredir al enemigo político o social en turno, al vecino incómodo y al peatón altanero (cuando mi coche debería naturalmente intimidarlo) o a la persona que nos vio como su madre a Gregorio Samsa: con una mezcla de miedo y asco, espanto y aversión. No lo es, tampoco, que los titulares de los diarios y los noticieros le dediquen días continuos a la saga del asesino contumaz que balaceó a veinte en una remota universidad estadunidense o en un suburbio de París. Lo que sí puede serlo (porque no queremos verlo o porque lo vemos con una alarma falaz que es una falsa alarma a la hora de intentar desactivar bombas que no existen porque, en efecto, hacen una implosión callada pero implacable en el cuerpo social) es el incremento de la violencia intraescolar y la compleja red de inestimables inhibidores de la autoestima que va generando, como secuela, individuos cada vez más egoístas y apáticos, desinteresados y rumiantes, desarticulados en el trato, torpes expertos frente a las máquinas (e incapaces en todo lo demás) en los centros educativos del mundo. La agresividad humana no tiene límites, pero el libro de Cobo y Tello se aviene a ellos para circunscribir y examinar un fenómeno que en otras latitudes está a punto de generar especialidades y doctorados y en nuestro medio apenas atora a unos cuantos docentes y autoridades, preocupados porque la profusión de imágenes y circunstancias de viva violencia al alcance de cualquier niño o joven ha propiciado que el acoso y la agresión repetida, malsana y hasta inconsciente, se incremente en las escuelas con la facilidad con que se extiende lo que no se atiende y se multiplica lo que no se explica. Por lo pronto, hay una palabra para designar a esta nueva actitud (pues ya no se trata de la reyerta “a la salida” y la madriza ocasional, sino de un conjunto de agresiones continuas, discriminatorias, físicas, verbales y hasta cibernéticas, destinadas a minar y transminar a la víctima): bullying, que los puristas tenderán a traducir como “acoso” pero que tarde o temprano y en buen romance se impondrá como bulin, sin más. Bullying es intimidación por abuso de un individuo o varios sobre otro o varios de manera persistente y corrosiva, en una relación de pleno desequilibrio. Son ganas de que tu torta se le haga chicharrón al bravucón que te la quitó a la vista de todos. Es impotencia frente al que te agarra de su puerquito cada que le viene en gana. Es la conciencia de que no perteneces ni a las divinas ni a los populares y debes pagar por ello. Las consecuencias se manifiestan, tarde o temprano: nos habituamos a la violencia inmediata e irremediable del poderoso o del medio; nos reconocemos como incapaces, asumiendo que, si somos víctimas de un bully, es porque íntimamente lo merecemos. En Bullying en México, Cobo y Tello consuman tres logros no menores: denunciar la prevalencia de este mal sin amarillismos ni alopecías por desgreñamiento; proponer estrategias y dinámicas que ayuden a reconocer e inhibir las actitudes que favorecen el fenómeno y examinar la incidencia, en México, de una conducta que el propio término que la designa ayuda a desterritorializar.
Este volumen forma parte de la colección “Biblioteca Óscar de la Borbolla ”, en la que también se han publicado Las vocales malditas, Filosofía para inconformes, Nada es para tanto e Instrucciones para destruir la realidad, entre otros. A diferencia de ellos, en los que el también profesor de filosofía decanta su escritura en narraciones, ensayos y aforismos preferentemente, Los sótanos de Babel es un poemario.
El autor, candidato a la gubernatura zacatecana hace poco más de tres lustros, ha publicado otros nueve títulos, todos ellos relativos a la política o a la economía. A diferencia de ellos, el presente volumen “describe [a] los pesonajes de la segunda mitad de los años de 1900's”, así como “la grandeza, la soberbia y la cultura zacatecanas”. Una obra, pues, profundamente local.
Esta es la novela ganadora del primer premio para este género, convocado por la propia editorial. El autor, uruguayo de nacimiento y residente en Barcelona, previamente inédito, “tiene una larga trayectoria como guitarrista de blues y rock”. Lluís Pasqual, jurado único del premio, sostiene que Los justos “parece la obra [...] de un profundo conocedor del arte de narrar”.
Con autores nacidos entre 1976 y 1990, este volumen “no pretende ser una antología” y “tiene mucho más de memoria que de panorama”, sostiene Fabre en su amplio prólogo, y añade que el “sueño adolescente” del libro es “convertirse, con el paso de los años, en el Novísimo Tesoro del Declamador ”. Ya lo dirán los años. |
