Usted está aquí: jueves 24 de julio de 2008 Ciencias Los cerebros de mujeres y hombres, con diferencias anatómicas claves

■ Al parecer están construidos a partir de modelos genéticos distintos, revelan estudios

Los cerebros de mujeres y hombres, con diferencias anatómicas claves

■ Algunas regiones son más grandes en un sexo que en otro, lo que se relaciona con la organización funcional, explica experto

■ Enfermedades mentales y efectos de los fármacos, también desiguales

Michael McCarthy (The Independent)

Ampliar la imagen El lóbulo frontal y la corteza límbica son proporcionalmente mayores en las mujeres. En la imagen, los modelos lucen  diseños de trajes de baño de la colección Ed Hardy, en la semana de la moda de Mercedes-Benz, en Miami El lóbulo frontal y la corteza límbica son proporcionalmente mayores en las mujeres. En la imagen, los modelos lucen diseños de trajes de baño de la colección Ed Hardy, en la semana de la moda de Mercedes-Benz, en Miami Foto: Ap y Reuters

Hombres y mujeres muestran diferencias de conducta porque los cerebros de unos y otras son órganos físicamente distintos, revela una nueva investigación. Al parecer, están construidos a partir de modelos genéticos diferentes.

Las diferencias en los circuitos que los forman y en las sustancias químicas que transmiten mensajes dentro de ellos son tan grandes, que apuntan a la conclusión de que no existe un tipo único de cerebro humano, sino dos, según recientes estudios neurológicos.

Puede ser que a final de cuentas los hombres sí sean de Marte y las mujeres de Venus. Desde que el sicoterapeuta estadunidense John Gray escribió su famoso libro con esa idea, en 1922, ha sido un lugar común pensar que varones y féminas proceden de planetas diferentes en términos de sus respuestas emocionales. Sin embargo, hasta fechas recientes esas diferencias se explicaban por la acción de las hormonas sexuales adultas o por presiones sociales que impulsaban a uno y otro sexos a comportarse en determinada forma.

Estas presunciones se han puesto cada vez más en tela de juicio, según un análisis de investigaciones neurológicas recientes publicado en la revista New Scientist, y cada vez resulta más claro que el cerebro del hombre y el de la mujer muestran numerosas diferencias anatómicas.

El dolor, más prolongado

en las féminas

Algunas de estas divergencias, según el análisis, realizado por Hannah Hag, podrían explicar varios misterios, como por qué mujeres y hombres son propensos a distintos problemas de salud mental, por qué algunos fármacos funcionan bien en uno de los sexos, pero tienen escaso efecto en el otro, y por qué el dolor prolongado es más frecuente en las féminas que en los varones.

Si bien se sabe desde hace mucho que existen diferencias cerebrales entre los sexos, se creía que se limitaban al hipotálamo, región cerebral que regula la ingestión de alimentos, la lucha y el impulso sexual, entre otras cosas. Pero cada vez queda más claro que muchas estructuras del cerebro femenino difieren en tamaño relativo de las del masculino.

Un estudio realizado por científicos de la Facultad de Medicina de Harvard descubrió que partes del lóbulo frontal, que alberga las funciones de toma de decisiones y resolución de problemas, son proporcionalmente mayores en las mujeres, al igual que la corteza límbica, que regula las emociones. Otros estudios han hallado que el hipocampo, que tiene parte en la memoria de corto plazo y la navegación espacial, también es proporcionalmente mayor en las mujeres, “lo cual quizá resulta sorprendente, debido a la fama que tienen de ser malas lectoras de mapas”, observa el análisis de New Scientist.

Entre las zonas del cerebro que son proporcionalmente más grandes en los hombres está la corteza parietal, que procesa señales de los órganos sensoriales e interviene en la percepción espacial, y la amígdala, que controla las emociones y la conducta social y sexual. “El solo hecho de que la estructura difiera en tamaño sugiere una diferencia en la organización funcional”, comenta el doctor Larry Cahill, del Centro de Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria de la Universidad de California en Irvine.

Un campo de la investigación se refiere a los mecanismos supresores del dolor, y apunta a que podrían estar organizados en forma diferente en hombres y mujeres. Esto explicaría por qué ellas soportan más el dolor prolongado, y por qué existen diferencias entre sexos en la respuesta a los calmantes del dolor derivados del opio. “Las mujeres –anota el estudio– obtienen más alivio que los hombres de la opiácea nalbupina, en tanto la morfina es más efectiva entre los hombres, y de hecho la nalbupina eleva la intensidad del dolor en ellos.” Es posible que estos hallazgos conduzcan al desarrollo de nuevos fármacos contra el dolor, aunque no será pronto.

La salud mental es otro rubro en el que las diferencias cerebrales podrían ofrecer explicaciones. Las mujeres reciben diagnóstico de depresión con dos veces más frecuencia que los hombres, lo cual podría vincularse con los niveles relativos del neurotransmisor serotonina. Por otro lado, los muchachos reciben más a menudo que las chicas diagnósticos de autismo, síndrome de Tourette, dislexia, desorden de déficit de atención o esquizofrenia precoz. Margaret McCarthy, de la Universidad de Maryland en Baltimore, cree que la causa de esto puede residir en parte en las prostaglandinas, sustancias semejantes a hormonas que ayudan a masculinizar el cerebro del futuro varón alrededor del momento del parto.

El abuso de las drogas es otra zona en la que las diferencias cerebrales podrían explicar distinciones en comportamiento. Los hombres tienen dos veces más probabilidades de consumir cocaína que las mujeres (tal vez debido a factores sociales). Sin embargo, las mujeres se vuelven adictas a ella con más rapidez y por lo regular cuando buscan tratamiento su hábito está más arraigado.

Una de las razones por las cuales las diferencias fisiológicas entre el cerebro del hombre y el de la mujer no se habían notado ampliamente es porque la mayor parte de lo que sabemos del cerebro procede de estudios en voluntarios varones o en animales machos. “Si aunque sea una pequeña proporción de lo que se infiere de estos estudios no se aplica a las mujeres, significa que se ha construido un enorme cuerpo de investigación sobre cimientos tambaleantes”, comenta el análisis publicado en la revista.

El profesor Jeff Mogil, de la Universidad McGill de Montreal, Canadá, quien ha demostrado importantes diferencias en el procesamiento del dolor entre mujeres y hombres, lo expresa aún con más fuerza. Le asombra que muchos investigadores no hayan incluido mujeres o animales hembras en sus estudios.

“¡Es escandaloso!”, sostiene. “Las mujeres son las que más sufren dolor y, sin embargo, nuestro modelo para la investigación básica sobre el dolor es la rata macho.”

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

 
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