Usted está aquí: domingo 27 de julio de 2008 Cultura Presentan el catálogo de la muestra El amor hasta la locura, en el Soumaya

■ Extienden la exposición “erótica y mística” hasta el 31 de agosto

Presentan el catálogo de la muestra El amor hasta la locura, en el Soumaya

Merry MacMasters

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Ampliar la imagen Dos de las fotos que se presentan en la muestra El amor hasta la locura, en el museo Soumaya Dos de las fotos que se presentan en la muestra El amor hasta la locura, en el museo Soumaya Foto: tomadas del catálogo de la exposición

El amor hasta la locura. Arrebatos eróticos y místicos, exposición de 212 piezas montada en el Museo Soumaya, ha extendido su permanencia hasta el 31 agosto, se anunció durante la presentación de su catálogo, con un tiraje de tres mil ejemplares. Al mismo tiempo se abrió al público la muestra Jardín secreto, también concebida como analogía de amor erótico y amor místico.

El amor hasta la locura explora la manera en que la carne siente el amor, erótico y místico, complemento y manifestación de éste como estado del alma, expresó Soumaya Slim de Romero. La vicepresidente del museo escribe en su presentación para el catálogo que “una de las cualidades más hermosas del amor es la serenidad.

“Aunque parece contradictorio, en la exposición se tienen puentes desde este ámbito –donde la silueta de una mujer seduce en la intimidad lo mismo que un santo mira enamorado la luz en un rompimiento de gloria– hasta el éxtasis, espacio del erotismo y de la mística. Cuando nos referimos a la locura, hablamos de ese estado en el cual la lógica cotidiana pierde sentido.”

La exposición transita desde El jardín de las delicias, es decir, desde el tema de Adán y Eva, el primer conocimiento de la individualidad, el otro, para entrar a un diálogo donde parejas amorosas emblemáticas como Augusto Rodín y Camille Claudel se miran de frente con santos místicos como Teresa de Avila y Juan de la Cruz, señaló Héctor Palhares, curador de la muestra.

Después, el recorrido lleva al visitante por símbolos y leyendas de amor, donde “cupido, psique, también en diálogo fecundo, miran al sagrado corazón de Jesús y de María como prueba factible de este arrebato, encuentro, entrega, que da paso también al amor en la intimidad. Desnudos, ámbito cotidiano, intimidad, mujeres en un acto arrebatado de pinceles impresionistas que también fecundamente miran de frente a María Magdalena.

“Esta figura encarna el amor erótico y el amor místico en toda su potencialidad y, sin lugar a dudas, nos lleva de pronto por un recorrido de pequeños objetos que resguardan historias de amor propio, como relicarios, objetos miniaturas, que, sin embargo, también dialogan con partituras musicales, con cucharillas del amor y con toda una serie de elementos que dan cuenta de la vida cotidiana investida de amor”.

Finalmente, El beso, de Agusto Rodin, que reseña la historia de Paolo y Francesca –óleo pintado por Jean Auguste Dominque Ingres, entre 1856 y 1860 ahora perteneciente al museo Soumaya–, relato de amor que sin lugar a dudas las cuenta todas.

Una receta para preparar el amor hasta la locura, en la forma de un pastel mousse de chocolate, sirve de epílogo al catálogo.

En la muestra Jardín secreto se imponen las flores, reconocidas mensajeras sentimentales, mediante obra de los flamencos Jacob Marrel, Adrian de Gryeef, Hans-Heinrich Jürgen; el estadunidense Conrad Wise, y los mexicanos Andrés López, José Agustín Arrieta, Humberto Limón, García Arévalo, Eduardo Cataño y Jorge González Camarena.

 
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