DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   LUNES 28 DE JULIO 2008 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Educación para el desarrollo de sociedades sustentables
Arturo Gómez-Pompa y Ma. del Carmen Vergara Tenorio

Parcelas agroforestales escolares: laboratorios vivos para el aprendizaje de prácticas agroecológicas
Patricia Irene Montañez, María del Rocío Ruenes, Juan José Jiménez, Luis López Burgos, Pedro Chimal, Cynthia Bazán y María José Pool

Participación ciudadana en programas municipales de separación de desechos limpios para el reciclaje
Salvador García Ruvalcaba y Gabriela Pérez Carrillo

Vivienda rural y desarrollo sostenible: un modelo conceptual de producción
Ma. Guadalupe Noemí Uehara Guerrero

Jóvenes por el medio ambiente e integración social en la ciudad de São Paulo
Elaine Aparecida Rodrigues, Bely Clemente Camanho Pires, Isabel Fernandes de Aguiar Mattos, Rochelle Lima Ramos dos Santos, Rodrigo Antonio Braga Moraes Victor y Vanessa de Souza Silveira

Refugio de fauna silvestre y reserva de pesca ciénaga de Los Olivitos, estado Zulia, Venezuela
Nila Pellegrini, José Moncada, Jesús Aranguren y Ana Rivero

Educación, capacitación y la toma de conciencia como ruta para el desarrollo forestal comunitario
Pavel Valdés Pérez

Proyecto San Isidro, un espacio para aprender haciendo
Francisco Gómez Rábago


Correo electrónico:

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Educación, capacitación y la toma de conciencia como ruta para el desarrollo forestal comunitario

Pavel Valdés Pérez
Reforestamos México, AC

Cuando referimos a la educación para el desarrollo sustentable, no podemos evitar la asociación con la instrucción académica, con los métodos, los programas, temas o materias, los contenidos y productos esperados. Con la responsabilidad del educador. Sin embargo, para nuestros fines haremos referencia al medio en donde la educación para el desarrollo sustentable debe de aplicarse, y a la urgencia y las justificaciones para la educación in situ.

Reforestamos México, AC, tiene la misión de conservar y recuperar las áreas forestales del país promoviendo el manejo sustentable, la cultura ambiental y la participación de todos los sectores de la sociedad en beneficio de las personas y el entorno. Nuestra misión es recuperar y conservar. Sin embargo, ¿cómo lograrlo sin educación? ¿Cómo lograrlo sin capacitación? Y, ¿cómo desarrollar la sensibilidad y conciencia de nuevas generaciones que nunca conocieron el bosque?

La conservación y recuperación de las áreas forestales en un país con 56 millones de hectáreas de bosque es misión imposible si no se considera que el 80 por ciento de los recursos forestales está en manos de ocho mil ejidos y comunidades forestales. Es ahí donde para el cumplimiento de la misión se debe asimilar lo relevante de los procesos comunitarios.

De los 37 proyectos en los que compartimos experiencias con organizaciones locales hay tres casos que se ubican en el estado de México. Y a pesar de la relativa cercanía entre ellos, existe una disparidad considerable en cuanto a los procesos comunitarios, la percepción del bosque, las expectativas de manejo y la posibilidad de ver al bosque como uno de los elementos dentro de la integralidad de la visión de cuenca.

El primer caso es el de la zona mazahua, en San Felipe del Progreso, en donde Reforestamos México colabora con el Patronato Pro Zona Mazahua, AC, y con la Universidad Intercultural del Estado de México con una estrategia forestal de tres, cinco y 10 años, que pretende involucrar a la municipalidad, el estado y la federación en el esfuerzo por recuperar y revertir uno de los procesos de deforestación más graves y notorios.

La reserva estatal de Santo Desierto del Carmen alberga un extenso bosque con una amplia variedad de especies, y representa el segundo caso. Aquí se trata de un proceso de conservación en el que intervienen Santo Desierto, AC, y la pastoral social coordinada por los monjes carmelitas asentados en el Convento del Carmen desde hace más de 200 años. Esta reserva ha sido conservada por la insistencia misma de los monjes y por la participación comunitaria. Una marcha contra corriente a la visión del desarrollo inmediatista y fragmentario que ha transformado las tierras de vocación forestal en agrícolas.

San Jerónimo Zacapexco es una de las experiencias con las que nació Reforestamos México, y donde 320 hectáreas agrícolas se reconvirtieron a forestales. Los comuneros y ejidatarios han asumido el proyecto del manejo del bosque desde un inicio, con una visión económica-productiva y físico-ambiental.

Sin embargo, y a pesar de tener el clima, los terrenos las condiciones y contar con bajos índices de emigración, aún hacía falta integrar a los comuneros en este proceso, convencer a los ejidatarios y comprometer a las autoridades en una estrategia a corto, mediano y largo plazo.

Para esto se requería un plan de manejo forestal y no sólo la gestión era la ruta. Y de manera especial la inclusión, la negociación y el desarrollo de conciencia. Aquí también, es donde nace el Centro Nacional de Educación y Capacitación del Manejo Integral de los Recursos Forestales (CNECMIRF). El centro se construyó bajo el principio de bioconstrucción, ecotecnias aplicadas e instalaciones óptimas para brindar hospedaje y alimentación a 30 personas.
Es en este centro que Reforestamos México brinda apoyo a sus 37 proyectos en 24 estados de la república, trabajando así de la mano con 20 organizaciones de la sociedad civil.

Se ha impulsado también el programa nacional de becarios en donde jóvenes y no tan jóvenes desarrollan sus capacidades metodológicas y técnicas para reforzar las iniciativas comunitarias de conservar y preservar los bosques y selvas de nuestro país.

De la misma manera se ha impulsado la relación con la Universidad Intercultural del estado de México. A través de su división de desarrollo sustentable se van estableciendo brigadas de trabajo comunitario cada vez con un programa más refinado real y consecuente. Cabe destacar que la mayoría de los brigadistas universitarios forman parte de las mismas comunidades mazahuas, otomíes y matlatzincas.

Se trabaja además con brigadas juveniles forestales de nivel secundaria, considerándolos becarios, fortaleciendo así sus capacidades e impulsando su operación, sin generar dependencia. Al contrario, se les proporcionan herramientas para su autonomía y autosuficiencia.

Por otra parte, se consolidó una alianza entre estos brigadistas, la organización local Patronato Pro Zona Mazahua y la comunidad para reforestar el año pasado más de 200 hectáreas, cifra record en los cuatro años de trabajo y seguimiento de la estrategia forestal al 2010. De igual forma se instaló un vivero comunitario productor de 30 mil plantas para consolidar la autosuficiencia.

Es así como Reforestemos México ejercita la educación, la capacitación y la conciencia para el desarrollo sustentable in situ, contando con un importante respaldo académico, el apoyo empresarial, la responsabilidad de la sociedad civil y el cumplimiento de las obligaciones del Estado.

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