Usted está aquí: lunes 28 de julio de 2008 Opinión Desde el otro Lado

Desde el otro Lado

Arturo Balderas Rodríguez
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■ El lento cambio social

En la página editorial del New York Times apareció un estudio de opinión realizado por la agencia Gallup sobre el cambio de actitud en la sociedad estadunidense en torno a diferentes aspectos de su vida. Vale hacer algunos comentarios porque nos dan la pauta sobre la forma en que los estadunidenses dirimen sus diferencias ideológicas y la tendencia en su pensamiento. El artículo sugiere que los estadunidenses se mueven paulatinamente hacia el centro del espectro ideológico en temas tan diversos como la guerra de Irak y el matrimonio.

En 2003, 4 por ciento consideraba difícil que el país ganara la guerra en Irak; en 2007 ese porcentaje aumentó a 41 por ciento. En 2001, 19 por ciento creía que el gobierno gastaba demasiado en cuestiones militares; en 2008, 44 por ciento lo cree. Si bien estas cuestiones tienen que ver con una coyuntura específica, otras se relacionan con aspectos menos temporales. En 2001, 39 por ciento decía que la religión estaba perdía influencia en la sociedad, pero en 2007 ese número aumentó a 62 por ciento; esto sucede en una nación donde 80 por ciento cree en la existencia de Dios. En 2001, 48 por ciento creía que las diferencias entre blancos y negros podrían atenuarse con el tiempo; en 2008 ese número había crecido a 58 por ciento. En 2002, 45 por ciento afirmaba que procrear fuera del matrimonio era moralmente aceptable; este año ese número creció a 55 por ciento. En 2001, 40 por ciento aceptaba relaciones entre personas del mismo sexo; en 2008 ese número creció a 48 por ciento. En 2001, 53 por ciento pensaba que las relaciones extramatrimoniales eran moralmente aceptables; en 2008 la proporción se elevó a 61 por ciento.

Hay dos elementos difíciles de ignorar a partir de consideraciones ideológicas. En primer lugar, la sociedad se mueve lenta, aunque consistentemente, hacia posiciones más mesuradas sobre la forma de ver y entender el mundo que la rodea. La segunda es que en tiempos de campaña los propagandistas se especializan en magnificar las diferencias, según concluye Blow, autor del artículo.

La historia nos enseña que a una era de oscurantismo, pariente cercano del conservadurismo, le sigue una de lucidez y que esto no es necesariamente axiomático. Ejemplos en uno y otro casos los tenemos a la mano.

 
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