Usted está aquí: miércoles 30 de julio de 2008 Sociedad y Justicia Deterioro cada vez más profundo en los servicios del IMSS, advierte Gustavo Leal

■ “Posición cómoda” de Calderón, disfrazar con argumentos financieros la problemática del instituto

Deterioro cada vez más profundo en los servicios del IMSS, advierte Gustavo Leal

■ Insulto para los trabajadores, poner al frente del organismo al “incompetente” Molinar, señala el experto

Mariana Norandi

Ampliar la imagen Gustavo Leal Fernández, en entrevista con La Jornada Gustavo Leal Fernández, en entrevista con La Jornada Foto: José Antonio López

Los servicios en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no mejorarán en la actual administración, sino que se verán empeorados como resultado de una estrategia federal que busca apoderarse de sus recursos y de los del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado para financiar establecimientos privados, asegura Gustavo Leal Fernández en su más reciente libro El IMSS bajo el calderonismo: el pliego hostil de Molinar Horcasitas.

El experto en temas de seguridad social y profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) presenta en esta publicación un examen detallado de los motivos por los cuales los servicios de dicho organismo de salud apuntan a un deterioro cada vez más profundo y de complicada reversión.

En entrevista, el autor explica que el primer factor que influye en el indeseado pronóstico es “el fenómeno Calderón”, que no es otra cosa que una posición “cómoda” del Ejecutivo federal, heredera del foxismo, donde la problemática del IMSS se disfraza con argumentos financieros para así despreocuparse del sector público. Prueba de esto –subraya– es el nombramiento de un hombre “incompetente” para dirigirlo, como es Juan Molinar Horcasitas.

“Lo que Calderón hizo al ponerlo al frente fue un insulto para los trabajadores, porque es un personaje sin capacidad para enfrentar el reto profundo que significa mejorar sus servicios, mismo que ya había esquivado Vicente Fox; el Ejecutivo compró a su antecesor el diagnóstico equivocado, el cual consistía en introducir factores financieros para explicar la situación de la prestación de servicios. Fox y Calderón son una muestra clara de que la alternancia sin operadores efectivos en la arena de las políticas públicas no sirve para nada”.

Cultura Coca Cola

Explica que el guanajuatense ejecutó una “cultura gerencialista abstracta, que consistió en aplicar al IMSS las mismas recetas gerenciales que a la Coca Cola”; y Calderón recurrió al “empresarialismo”, es decir, usó las bolsas públicas del instituto para financiar el sector privado. “La política panista ha demostrado gran falta de respeto al derechohabiente”, señala Leal Fernández.

Según el autor, el segundo factor que influye en dicho diagnóstico es la plataforma del Partido Acción Nacional, la cual “no tiene una política social moderna a la altura de la ciudadanía”.

Sin embargo –sostiene–, desde la administración anterior, el PAN usa “opinadores jilgueros” en los medios de comunicación, quienes manifiestan que cualquier plataforma política que no sea panista es “retrasada”.

“Es una posición política cómoda que busca rentabilidad electoral y que no quiere complicarse mucho entrando a las tripas duras del IMSS, cuando lo que realmente se debería hacer es ponerse las botas, introducirse en el proceso de atención y tratar de mejorarlo. Pero es incapaz, quiere que todo sea resuelto con recomendaciones gerenciales de arriba hacia abajo”.

Otro de los elementos determinantes en el malogrado destino de los servicios del IMSS –señala– radica en “la naturaleza de su cúpula sindical”, liderada por Valdemar Gutiérrez Fragoso, la cual ha afectado los intereses de los trabajadores, particularmente a los de nuevo ingreso.

“La estructura actual del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social es “formidable”; son 37 secciones que agrupan a 378 mil trabajadores activos y 160 mil jubilados; “medio millón de almas que ahora están silenciadas en manos de una cúpula gremial dirigida por Gutiérrez Fragoso, quien ante los retos de la institución la salida que encontró fue vender la representación de sus afiliados”.

Ante este panorama, en el cual “Calderón quiere trabajar poco y Horcasitas está de paso mientras busca otro lugar en la política, el sindicato vive un fenómeno nuevo, que es la restauración de un neocorporativismo al estilo priísta. Es decir, un gremio cuya cúpula traicionó a sus trabajadores y busca transformarse en una fuerza como la que hoy representa Elba Esther Gordillo en los equilibrios electorales, usando un sindicato enorme, como el de los trabajadores de la educación”.

Según el especialista, la crisis de este sistema político aplicado al IMSS vendrá cuando los trabajadores de nuevo ingreso comprueben los prejuicios de las reformas calderonistas en su actividad laboral y régimen de jubilaciones y pensiones.

“El tema de la sanidad está prendido y el debate ha cambiado. En la época priísta la discusión giraba en torno a la corrupción de la administración y la deficiencia de los servicios; ahora la disputa radica en el retiro de los empleados y en el daño a sus derechos. El último trabajador que se va a jubilar con el esquema precalderonista será en 2040, y la gente de nuevo ingreso no está dispuesta a aguantar tanto tiempo las diferencias con los sujetos al esquema anterior”.

En este punto el autor contempla cierta “esperanza” de cambio para la institución. Sostiene que el tema de la salud va a ir creciendo de tal manera que llegará un momento en que urgirá discutir la seguridad social, como ahora se debate sobre el petróleo.

 
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