Usted está aquí: sábado 2 de agosto de 2008 Mundo Se suicida científico del ejército de EU acusado de participar en ataques con ántrax en 2001

■ Las autoridades señalaron entonces como responsables a Al Qaeda o a Saddam Hussein

Se suicida científico del ejército de EU acusado de participar en ataques con ántrax en 2001

■ El fin de semana decidió quitarse la vida tras enterarse que la justicia iba a proceder en su contra

Dpa, Reuters y The Independent

Ampliar la imagen Imagen de archivo del científico castrense Bruce Ivins Imagen de archivo del científico castrense Bruce Ivins Foto: Ap

Washington, 1º de agosto. Un científico del ejército estadunidense, acusado por su supuesta participación en los ataques con ántrax en 2001, murió este semana por sobredosis de calmantes, en un aparente caso de suicidio, informó el periódico Los Angeles Times.

Bruce Ivins, de 62 años, trabajó casi por dos décadas en el laboratorio de investigaciones biológicas del Departamento de Defensa, en Fort Detrick, Maryland, y se especula que el pasado fin de semana decidió quitarse la vida al enterarse de que la justicia iba a proceder en su contra.

El científico era uno de los principales sospechosos por el envío de varias cartas con el carbunco del ántrax, poco después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.

Esos ataques biológicos causaron la muerte de cinco personas e infectaron a otras 17, además de provocar el cierre del Senado y una nueva crisis de pánico.

Aunque al principio las autoridades señalaron como responsable a Al Qaeda o al entonces presidente iraquí Saddam Hussein, la refinada calidad de la bacteria apuntó a los propios laboratorios del gobierno estadunidense.

Inicialmente las sospechas recayeron sobre un colega de Ivins, Steven Hatfill, pero éste negó las acusaciones todo el tiempo y contrademandó a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) por invasión de su privacidad, un caso que finalmente ganó y por el cual fue indemnizado con 2.8 millones de dólares en junio pasado.

Los organismos de seguridad, entonces, ubicaron a Ivins como presunto responsable de los ataques y comenzaron a investigarlo más de cerca. Hace unos días, el científico fue notificado que la gravedad de los cargos podría incluso llevarlo a la pena de muerte.

“Estamos entristecidos por su muerte y decepcionados porque no tendrá la oportunidad de defender su reputación en una corte judicial. La implacable presión de las acusaciones tiene su efecto de diferentes maneras. En el caso del doctor Ivins, lo llevó a su muerte prematura”, señaló el abogado defensor Paul Kemp.

Russell Byrne, colaborador de Ivins, afirmó que su colega había sido “acosado” de forma agresiva por agentes de la FBI, quienes allanaron su domicilio dos veces. Además, dijo Byrne, Ivins había sido obligado a dejar su trabajo, lo cual lo había sumido en la depresión, volviéndolo “un peligro para sí mismo y para los demás”.

 
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