Usted está aquí: domingo 3 de agosto de 2008 Política Corroboran militarización en zonas de influencia zapatista

■ Caravana de observadores avala que no hay plantíos de mariguana

Corroboran militarización en zonas de influencia zapatista

Ángeles Mariscal (Corresponsal)

Ampliar la imagen Policías chiapanecos destruyeron milpas en la comunidad de Cruztón para jugar futbol. En la imagen, observadores europeos que constataron las afectaciones Policías chiapanecos destruyeron milpas en la comunidad de Cruztón para jugar futbol. En la imagen, observadores europeos que constataron las afectaciones Foto: Moysés Zúñiga

San Cristóbal de las Casas, Chis. 2 de agosto. Soldados de la 39 zona militar, algunos encapuchados y fuertemente armados, ven con curiosidad a los observadores, quienes les responden con miradas de incredulidad.

A su paso por comunidades de la selva y las montañas altas, los miembros de la Caravana Nacional e Internacional de Observación y Solidaridad con las Comunidades Zapatistas han podido constatar la militarización en la región.

Los integrantes de la caravana se reunieron con las juntas de buen gobierno de los caracoles de La Garrucha, Morelia, Oventic y La Realidad. Luego formaron comisiones con representantes de cada país presente, entre ellos España, Grecia, Italia y México, para visitar diferentes comunidades.

Fueron al poblado La Galeana, donde el pasado 4 de junio ingresó el Ejército y acusó a los zapatistas de tener plantíos de mariguana. “Es de sobra sabido que antes de darse a conocer, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el primero de enero de 1994, acordó el total rechazo de las comunidades zapatistas al consumo de bebidas alcohólicas y cualquier tipo de drogas, así como al cultivo de éstas”, explicaron a los visitantes.

Inclusive, el viernes pasado, a su llegada, se anunció a los integrantes de la caravana: “En los caracoles zapatistas, a petición de las mujeres y con la aceptación de todos, no se permite el consumo de ninguna droga, incluso el alcohol, lo cual no es obstáculo para que se diviertan siempre que deseen”.

La caravana visitó el poblado San Alejandro, donde se concentraron camiones del Ejército antes de realizar la incursión, y esperan visitar en los próximos días San Javier, San Rafael y Juan Diego.

“A las 11 de la mañana pasaron por el camino de tierra, junto a la entrada del caracol dos, camiones del Ejército y dos camionetas repletas de soldados jóvenes. Excepto algunos que pasaron encapuchados y empuñando armas, como ametralladoras, el resto mostraba una actitud curiosa, pero no desafiante, hacia la comunidad”, relataron los integrantes de las caravanas.

Eran miradas de jóvenes devueltas por jóvenes, porque en esta caravana lo sobresaliente son las decenas de activistas que no rebasan los 20 años de edad. “De las primeras visitas que los observadores realizábamos a finales de la década de los 90 a ésta, lo sobresaliente es que se han unido nuevos activistas, porque el apoyo y solidaridad a los zapatistas ha ido renovándose y creciendo”, explicó una italiana.

Las incursiones militares, los nuevos rondines y cada actividad que realizan las comunidades zapatistas, en este caso la llegada de visitantes solidarios, son videograbadas y fotografiadas por indígenas que llevan equipos semiprofesionales.

Forman parte de la llamada comisión de medios de comunicación, que abrazó esta actividad tanto para registrar la lucha de sus pueblos como su proceso de desarrollo.

Son de una nueva generación, que también ha ido creando medios de información alternos –cabe señalar, por otro lado, que en cada centro zapatista hay servicio de Internet, aún en los lugares más apartados–, los cuales sirven de enlaces con sectores sociales de otros países. También como foros de denuncia que funcionan ante la cerrazón de los medios oficiales, “que sólo trasmiten lo que el gobierno les dicta”.

Javier, un tzeltal de no más de 18 años, explicó que parte de la labor de esa comisión es “rescatar la historia y cultura de nuestros pueblos, porque muchos jóvenes ya no saben qué pasó. Nos estamos organizando para hacer videodocumentales, audiolibros y libros, para que se queden para los niños que vienen. Que queden como archivo, para que no se pierdan la lucha y la cultura que tenemos”, detalló.

 
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