Usted está aquí: lunes 11 de agosto de 2008 Estados Agoniza el Plan Chontalpa; ejidatarios y campos de cultivo, casi en la ruina

■ Hace 43 años prometía convertir 22 poblados ejidales de Tabasco en “granero del país”

Agoniza el Plan Chontalpa; ejidatarios y campos de cultivo, casi en la ruina

■ La crisis comenzó en los 80, con la división de la propiedad, pero también por malos manejos, sequía y contaminación petrolera: productores

■ Llaman a Granier Melo a reactivar ese proyecto de desarrollo

René Alberto López (Corresponsal)

Ampliar la imagen El cultivo de arroz desapareció en la región por falta de apoyo de las autoridades agropecuarias. En la imagen, planta arrocera ubicada en el poblado-32, que dejó de funcionar hace cuatro años El cultivo de arroz desapareció en la región por falta de apoyo de las autoridades agropecuarias. En la imagen, planta arrocera ubicada en el poblado-32, que dejó de funcionar hace cuatro años Foto: René Alberto López

Cárdenas , Tab., 10 de agosto Hace 43 años, el proyecto de desarrollo agrícola Plan Chontalpa prometía convertir esa región en “el granero del país”. En sus buenos tiempos llegó a producir 30 mil toneladas de arroz. Hoy, sus campos de cultivo languidecen, la planta y la maquinaria están casi en ruinas, y los ejidatarios enfrentan problemas de cartera vencida.

Pese a que en esta región es notoria la crisis de otros cultivos, el caso del arroz es emblemático, pues el año pasado los campesinos sólo cosecharon 9 mil toneladas y tuvieron pérdidas en 3 mil hectáreas de las 8 mil sembradas.

Para este año los arroceros de la región esperan, “si bien les va”, una producción de entre 15 mil y 18 mil toneladas.

Los productores atribuyen el fracaso a varios factores, principalmente a la mala administración en todos los niveles, pero también a la desaparición del sistema de trabajo colectivo de las tierras ejidales, la falta de créditos y de comercialización, la contaminación petrolera, la sequía y las plagas.

Santos Ramírez Jiménez, campesino de 56 años del poblado C-31, ex tesorero de la Unión de Ejidos, ha trabajado en el proyecto desde su inicio y resume la debacle: “Se acabó la posta lechera (donde ordeñaban vacas con equipo especializado) y el transporte colectivo (que llegó a tener 18 autobuses ) pasó a mano de particulares; el molino de arroz no funciona; la central de maquinaria es un panteón de chatarra; la granja porcina ya no existe; las zonas plataneras se vinieron abajo; el cacao enfrenta pérdidas por plagas; además, cerraron la farmacia veterinaria donde comprábamos insumos a precios bajos y las empresas que nos vendían fertilizante barato. También desaparecieron las instituciones de crédito rural, los seguros para ejidatarios y un fideicomiso. Hasta las tortillerías ejidales dejaron de funcionar”.

Además, los ejidatarios dejaron de trabajar de manera colectiva y la organización cambió de razón social, de Unión de Ejidos Colectivos a Unión de Ejidos de Producción Agropecuaria General Lázaro Cárdenas del Río.

Para Santos Ramírez, con el sistema de trabajo ejidal había quienes no trabajaban al parejo de los demás, pero también reclamaban reparto de utilidades, lo que generó inconformidades y descontrol.

“Todo se fue acabando allá por 1980, porque la gente ya no quería un sistema colectivo, sino individual. Se comenzó a dividir la propiedad y se dio a cada quien lo que le tocaba de terreno o de ganado”.

Benito Bautista Córdova, presidente de la Asociación Agrícola Local de Productores de Arroz del municipio de Cárdenas, recuerda: “El gobierno fue abandonando el Plan Chontalpa y, lógicamente, cayó. Algunos líderes comenzaron a decir a la gente que lo colectivo no era bueno, lo que había no era de los ejidatarios, sino del gobierno. Entonces se llegó al acuerdo de repartir todo”.

Explicó que en el poblado C-14, de donde es originario, había 4 mil cabezas de ganado, cultivos de caña, cacao, maíz, arroz, en una superficie de 4 mil 900 hectáreas. “Todo se repartió entre los 377 productores de ese poblado. Lo mismo sucedió en los otros ejidos y prácticamente ese fue el fin del colectivo”.

El Plan Chontalpa se creó en 1965. Está integrado por 22 poblados ejidales, de los cuales siete se ubican en el municipio de Huimanguillo y 15 en Cárdenas, ambos en la región de La Chontalpa tabasqueña. Ocupa 80 mil hectáreas. En sus años de bonanza producía con éxito arroz, cacao, caña, maíz, cítricos y ganado bovino y porcino.

Algunos campesinos reconocen que sólo siembran para autoconsumo.

Bautista Córdova explicó que de 1992 a 1994 el cultivo de arroz desapareció por falta de apoyo de las autoridades agropecuarias, y hace cuatro años dejó de funcionar la planta beneficiadora de arroz ubicada en el poblado-32. Hoy el grano se vende a la empresa Covadonga.

El precio de arroz palay es otro de los problemas que aquejan a los productores, pues alegan que no es redituable debido a los altos precios de los insumos.

Benito Bautista advierte lo que podía pasar si no se reactiva el campo mexicano. “Los campesinos no se van a morir de hambre, pero van a empezar a cosechar para autoconsumo. El problema comenzará a sentirse en las ciudades en unos años”.

Además, señala, la tierra ha perdido nutrientes: de 1985 a 1990 producían, “en siembra de temporal”, entre cuatro y cinco toneladas de arroz por hectárea, y ahora sólo obtienen 3.5.

“Urge invertir más en el campo”

Para Bautista Córdova la única forma de revivir el Plan Chontalpa sería que el gobierno federal “se metiera más al campo” a invertir con créditos oportunos.

“Aquí hace falta el sistema de riego para levantar los diversos tipos de producción y, en el caso del arroz, modernizar la planta, que tiene un equipo obsoleto de hace más de 40 años. Dicen que hay política para el campo, pero no vemos nada”, subrayó.

Preocupados por la crisis del Plan Chontalpa, una vez que tomó el poder la actual administración estatal, los 22 presidentes de comisariados ejidales solicitaron una audiencia con el gobernador Andrés Granier Melo. El 16 de abril de 2007 los recibió en el palacio de gobierno, donde le plantearon las necesidades de esa región agrícola.

Ahí Granier Melo se comprometió a acondicionar los caminos cosecheros, rehabilitar la arrocera, aplicar medidas para combatir las plagas y enfermedades en cultivos de caña y cacao, así como mejorar el sistema de abastecimiento de agua potable. “Llegó el momento de que el Plan Chontalpa recupere su vocación productiva”, les dijo.

El 7 de agosto Granier Melo se reunió en la Quinta Grijalva con delegados de seis poblados del Plan Chontalpa, a quienes entregó apoyos económicos para la compra de terrenos que servirán para la instalación de plantas de tratamiento de aguas residuales, que darán servicio a 22 poblados de Cárdenas y Huimanguillo, y les informó que estas acciones forman parte del sistema integral de saneamiento que se pondrá en funcionamiento el próximo año.

 
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