Usted está aquí: martes 12 de agosto de 2008 Opinión Astillero

Astillero

Julio Hernández López
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■ Iluminaciones

■ Ocurrencias y disculpas de “izquierda”

■ Ironías e hipocresía de derecha

Ampliar la imagen REUNIÓN PERREDISTA. Guadalupe Acosta Naranjo conversa con Carlos Navarrete, Marcelo Ebrard, Amalia García, Zeferino Torreblanca, Leonel Godoy, Javier González Garza, Narciso Agúndez y Juan Guerra durante la reunión que el dirigente perredista sostuvo con gobernadores y los líderes de las bancadas legislativas REUNIÓN PERREDISTA. Guadalupe Acosta Naranjo conversa con Carlos Navarrete, Marcelo Ebrard, Amalia García, Zeferino Torreblanca, Leonel Godoy, Javier González Garza, Narciso Agúndez y Juan Guerra durante la reunión que el dirigente perredista sostuvo con gobernadores y los líderes de las bancadas legislativas Foto: Marco Peláez

En Secuestrolandia hay una reñida competencia para ver qué autoridad hace mejores promesas. Los Pinos ha formado un cuerpo especial de policías federales tecnologizados que para atender denuncias recorrerá el país, y ha promovido con entusiasmo electoral la aporreada tesis de la cárcel vitalicia. Por su parte, Plaza Marcelo anuncia cambios de etiqueta (de un golpe científico, los judiciales pasarán a ser investigadores), fuerzas selectas y atractivas recompensas.

Los juegos florales capitalinos, coordinados por el vate Mondragón y Kalb, han merecido de inmediato un sesgado reconocimiento del bohemio hispano-campechano cuyo apellido artístico es Mouriño. El futuro diputado federal hispano-campechano (que será postulado por un distrito de la entidad federativa llamada Salida Decorosa) dijo que “cualquier titular de un Poder Ejecutivo, en cualquiera de las entidades, que toma medidas para bla,bla,bla”, le “parece importante”. Los planes M&M (Marcelo y Mondragón, aunque también funciona la dulce fórmula para Marcelo y el procurador Mancera) incluyen la infiltración de civiles entre el respetable público para la prevención de delitos (¡oh, y ahora cómo se establecerán las diferencias, pues hasta hoy el ciudadano ha sido alertado por el uniforme para saber cuándo correr!) y la habilitación de cientos de miles de ciudadanos como coadyuvantes y vigilantes de que los agentes hagan bien su trabajo. Los policías disfrazados de civiles tendrán como objetivo “la georreferenciación del delito” y los civiles investidos de custodios buscarán crear “una nueva relación policía-ciudadano”.

La triple eme aprovechó el día para cumplir, tarde y a regañadientes, con la exigencia que había hecho la comisión capitalina de derechos humanos de que los funcionarios involucrados en el caso News Divine expresaran disculpas institucionales a los deudos de los fallecidos en aquel episodio. Ya el jefe Marcelo había querido aprovechar en semanas pasadas una ceremonia confeccionada a la carrera, con la presencia de una minoría de los destinatarios, para decir que ya había cumplido el ritual de solicitar perdones impuestos por el ombudsman local. Pero la tal comisión dijo que el montaje había sido mal hecho, pidió reposición y ayer el procurador y el jefe de la policía del Distrito Federal expresaron públicamente sus posturas contritas y el gobernante lo hizo en privado. Prueba ¿superada?

Organizaciones empresariales, cívicas y de influencia clerical, a más del gobierno calderónico (el secretario Mouriño expresó que el club de Los Pinos respalda y apoya esta iniciativa), se esfuerzan por revivir las escenas de la marcha blanca de 2004. Centrados en el caso Martí, esos grupos organizan una marcha del Auditorio Nacional al Ángel de la Independencia, en la ciudad de México, el próximo sábado 30 por la noche, en silencio y con velas votivas. Habrá actos similares en Guadalajara y Monterrey. El “movimiento de expresión ciudadana” se llama Iluminemos México (www.iluminemosmexico.org.mx) y pretende que los ciudadanos, sin distingo de partidos ni ideologías, se manifiesten para que las autoridades pongan freno a la inseguridad pública. En una especie de declaración de principios, la convocatoria luminaria plantea que la nación debería estar por encima de cualquier interés particular, pero “el problema es que esto se nos olvidó, lo dejamos en el camino. ¿Cuándo? No lo sé. Pero qué importa. Hay que retomarlo”.

Aun cuando la porción de responsabilidades del gobierno capitalino es importante, resulta innegable que la del federal es mayor, no sólo por extensión territorial y jurisdicción del tipo de delitos cometidos, sino además porque el calderonismo ha invertido enormes recursos públicos en una campaña supuesta contra el narcotráfico que ha generado violencia y descomposición extremas sin que el mal supuestamente combatido haya mostrado proporcional abatimiento y sin que el volumen de delitos graves haya disminuido, sino todo lo contrario.

Resulta irónico que grupos e intereses que se coludieron para instaurar el golpe electoral de 2006 y que abonaron con entusiasmo la campaña de odio y división sociales, ahora no sepan cuándo se olvidaron los intereses generales y llamen a la colectividad a retomar caminos unitarios, sin importar causas ni circunstancias de esas nubes negras que ahora denuncian en los cielos que antes veían más o menos limpios. También resulta tragicómico que quienes impidieron que la voluntad popular mayoritaria instalara electoralmente un camino de izquierda moderada en México ahora se espanten de su Frankenstein blanquiazul y desde posiciones de derecha y ultraderecha pretendan movilizar conciencias y ánimos cívicos que han sido terriblemente golpeados por el mencionado fraude electoral y por la política enclaustrada, menor, intrascendente y sin apoyo popular de la opción calderonista (bueno, hasta el eterno vividor de presupuestos públicos, José Antonio Ortega Sánchez, que cobra como caro funcionario en el gobierno de Jalisco y recibe viáticos y ayuda directa para promover “organismos ciudadanos” contra la inseguridad pública, se ha lanzado contra el secretario federal de seguridad pública, Genaro García Luna, acusándolo de estar detrás de varios secuestros). Resulta cínico e hipócrita, por último, que el propio gobierno felipense se adhiera a Iluminemos México, como si fuera una agrupación sin vela en los entierros, como si así reconociera el calderonismo que, en realidad, es una especie de ONG con subsidio confeso.

Y, mientras el ebrardismo ve a un juez otorgar amparo al jefe policiaco Zayas, consignado tramposamente por homicidio doloso (para aparentar con rapidez que había un culpable inequívoco, de cuyo nivel no se debería ascender), y se abre la puerta para que la acusación quede en el terreno de lo imprudencial, ¡hasta mañana, con un San Luis Potosí de policías asesinados y asentamiento de bandas criminales que ha hecho que al gobernador lo rebauticen como Marcelo de los Narcos!

 
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