14 de agosto de 2008     Número 11

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Mezcales Campesinos: La Opción de la Sanzekan Tinemi

Catarina Illsley Granich

Mezcal Sanzekan es la marca comercial de la bebida envasada y comercializada por la SSS Sanzekan Tinemi (Seguimos Estando Juntos, en náhuatl), organización campesina guerrerense. Detrás de ella hay años de esfuerzo por colocar en el mercado un mezcal de calidad artesanal elaborado con nuevos esquemas de sustentabilidad ambiental y comercio justo.

La historia de los mezcales, las fuertes bebidas que se obtienen de la destilación de numerosas especies mexicanas de agave, está marcada por el extraordinario desarrollo del tequila, que ha conquistado los mercados internacionales con una producción anual que superó los 200 millones de litros en 2007. El tequila creció así porque se crearon condiciones para ello, en particular la homogeneización genética y la producción agroindustrial, que dan prioridad al volumen y la ganancia económica sobre la calidad, la equidad y la sustentabilidad. La agavecultura agroindustrial conlleva fuertes costos ambientales: deforestación, pérdida de biodiversidad, fragmentación de ecosistemas, contaminación de suelos y aguas por uso excesivo de agroquímicos... Y sus beneficios se han concentrado en pocas manos, cada vez más en empresas trasnacionales.

Sin embargo, los tiempos han cambiado y las perspectivas han incluido a la sociedad y el ambiente. Sería irresponsable repetir la historia del tequila. La oportunidad de mercado para los restantes mezcales parece encontrarse justamente en su diversidad y unicidad, así como en los paisajes, las culturas y las personas que los sustentan. La crisis ambiental demanda modelos de producción con mínimo impacto sobre los bosques, los suelos y los mantos acuíferos.

Justo aquí se encuentra el valor del mezcal Sanzekan, que se arriesga a proponer y a experimentar nuevos esquemas. Por un lado rescata el conocimiento y la organización de las comunidades campesinas y desarrolla un modelo de producción agroforestal del maguey papalote no sólo con producción orgánica, sino manteniendo su carácter de planta silvestre, garantizando su manejo sustentable sin eliminar las selvas y bosques de los que forma parte, y protegiendo así biodiversidad, suelos y mantos freáticos, a cambio de una producción limitada.

Por otro lado, se ponen en marcha nuevos mecanismos para mantener la producción artesanal y la cadena completa en manos del sector social, y se reduce la distancia entre el productor y el consumidor. Con una membresía superior a la veintena de maestros mezcaleros y varios cientos de magueyeros, el proyecto de la empresa campesina se basa en el principio de la diferenciación, que es también una forma de garantizar la calidad, de dignificar el trabajo y de promover la conservación y el desarrollo del conocimiento tradicional. Cada botella lleva en la etiqueta el nombre del maestro mezcalero y el de la comunidad, el año de cosecha y el número de lote. El añejamiento se realiza en vidrio, como dicta la tradición guerrerense. Se está construyendo una cava con capacidad para añejar 60 mil litros en vidrio, la primera en México. Se formó un órgano local de autorregulación, la Asociación de Magueyeros y Mezcaleros del Chilapan (Ammchi), con la representación de todos los sectores involucrados en el proceso del mezcal (magueyeros –particulares y comunidades–, maestros mezcaleros, envasadores y comercializadores), que certifica y garantiza el origen, la autenticidad y la calidad del maguey y del mezcal con base en los criterios de calidad y sustentabilidad plasmados en su reglamento interno.

Comercio equitativo. Mezcal Sanzekan avanza bajo la premisa que reconocer y promover la permanencia de los mezcales campesinos, garantizando una distribución equitativa de los beneficios a lo largo de la cadena, es una oportunidad para impulsar enfoques más integrados de desarrollo regional, con identidad cultural, en las regiones áridas más pobres del país, en donde los magueyes y los mezcales son de los pocos recursos generadores de ingresos para las familias campesinas.

Ahora bien, para promover modelos como éste, se requiere en primer lugar reconocer que los mezcales artesanales son productos diferentes a las bebidas industriales homogeneizadas y que por tanto requieren de estrategias, legislación y esquemas de mercado diferentes. Tales políticas por ahora no son las impulsadas desde las instancias oficiales, pero poco a poco los productores y los consumidores, conscientes y cada más conocedores del valor de la diversidad mezcalera de México, las iremos empujando. El actual auge de los mezcales campesinos en numerosos bares y restaurantes de la ciudad de México son clara muestra de ello. La experiencia de la Sanzekan Tinemi tiene mucho que aportar en esa construcción, además de que, por ser producido cien por ciento de agave, su mezcal no causa cruda.

Grupo de Estudios Ambientales, AC

Frente Barzonista de Lecheros Defiende
a Pequeños Productores

Lourdes Edith Rudiño

Con una membresía de 30 mil ganaderos de 19 estados y una trayectoria de casi seis años, el Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche de El Barzón considera que su principal logro como organización es el saber expresar y defender el interés de los pequeños y medianos productores de leche, y eso le da autoridad moral sobre las viejas estructuras corporativizadas.

Álvaro González Muñoz, presidente del Frente con sede en Pachuca, Hidalgo, señala que la lechería nacional, no obstante ocupar el lugar número 13 en el mundo en volumen de producción, enfrenta una situación adversa: de precios al productor oprimidos por la influencia de la industria procesadora, que actúa como bloque, como monopolio; importaciones crecientes baratas, y competencia desleal de parte de las llamadas “fórmulas lácteas” y quesos y yogures que en realidad no lo son (que están hechos con lactosueros de baja calidad proteínica) pero que se comercializan libremente ante la falta de vigilancia de la autoridad y de normas de calidad obligatorias.

Como resultado, durante los 20 años recientes, el padrón nacional de productores de leche cayó de 400 mil a 150 mil, y las quiebras continúan. En este periodo desaparecieron los precios controlados al consumidor, y se ha afianzado un esquema en que la industria (Nestlé, Danone, Alpura, Sigma, Lala) aplica precios bajos al productor, hoy de 3.80 a 4.50 pesos por litro, similares a los de hace cuatro años, y cobra caro al consumidor, 10.50 pesos el litro en el caso de la leche pasteurizada.

También dentro de esos 20 años se desarrolló la desgravación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) e, igual que ocurrió en maíz, el gobierno liberó a los importadores del pago de aranceles en sobrecupos de importación, a tal grado que “con 170 mil toneladas de leche en polvo importadas anualmente de 1994 a 2007, el gobierno dejó de cobrar más de cuatro mil millones de dólares, dinero que bien pudo servir para apoyar a los productores lecheros nacionales a ser más competitivos”.

Lecheros pequeños. Según el entrevistado, los lecheros que predominan en el país son los de pequeña y mediana escala: “el 90 por ciento tiene menos de 50 vacas”. Por eso preocupa la forma de actuar de la priista Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG).

“Hace cuatro años el Frente se movilizó y logramos que Liconsa pagara el litro de leche a 3.84 pesos. La CNOG negoció al año siguiente con Liconsa y aceptó 3.22. Por ello, tan sólo en un mes desaparecieron 12 mil productores”. El problema es que la CNOG ha sido en ocasiones beneficiaria de cupos de importación de leche en polvo, y perdió la noción de su objetivo: la defensa del interés de los productores.

Por eso “al Frente se le reconoce como voz legítima de los productores”. Y se ha hecho muy visible su presencia: el 26 de enero pasado, previo a la marcha campesina en la Ciudad de México, sus miembros hicieron un corral en el Monumento a la Revolución, y en varias ocasiones, movilizados frente a las secretarías de Agricultura y Economía, han sacrificado vacas y han regalado leche a las amas de casa.

“Son vacas que ya estaban listas para el sacrificio en el rastro, con siete u ocho años de edad, pero les hemos dado muerte públicamente para que la gente se dé cuenta de que, por los bajos precios que recibimos, muchas veces tenemos que sacrificar las vacas antes de tiempo. La actividad no es rentable. Si seguimos en esto es porque no sabemos hacer otra cosa, y hay que trabajar. El maíz para el alimento animal nos costaba en diciembre dos mil 300 pesos la tonelada, ahora cuesta cuatro mil. Antes el alimento animal representaba 48 por ciento de cada litro de leche, ahora es 60 por ciento”, señala González Muñoz y subraya que en Estados Unidos y Europa la leche al consumidor se vende a 19 pesos el litro. “Ese es el precio que regirá aquí cuando desaparezcan totalmente los productores nacionales”.

Propuesta de reactivación. El Frente hoy está proponiendo desarrollar una estrategia nacional de fomento a la producción, para enfrentar la carestía global de alimentos.

El plan que promueve es que Liconsa, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social, incremente su padrón de proveedores de 10 mil actuales a 80 mil productores lecheros y que amplíe significativamente sus compras de leche fluida, que hoy son de un millón y medio de litros. Liconsa dice que no está en condiciones de comprar más producto fluido, pues sus instalaciones no son aptas para éste, sino para rehidratar leche en polvo (de importación). El Frente le pide que invierta para readecuar sus instalaciones. La intención es garantizar la venta de leche y que el precio de Liconsa influya en los precios que paga la industria priavada.

Asimismo, el Frente pide que Liconsa incremente de seis a 12 millones su padrón de beneficiarios (de población pobre) que adquiere leche subsidiada a cuatro pesos el litro, y que además de la leche que coloca en este mercado, de 3.2 millones de litros hoy al día, genere la venta de otros ocho millones de litros diarios a un precio más alto, de ocho pesos, para atender a población que no es paupérrima pero que requiere un precio inferior al comercial. Con esto Liconsa podría sostener sus finanzas.

La idea es que Liconsa sea la columna vertebral de esta estrategia y que por su intermediación lleguen todos los apoyos públicos que maneja la Secretaría de Agricultura, y que hoy día son “muy manoseados” y no llegan a quien realmente los necesita.