Usted está aquí: domingo 17 de agosto de 2008 Opinión Una vez más: renta y excedentes petroleros

José Antonio Rojas Nieto
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Una vez más: renta y excedentes petroleros

Permítaseme insistir una vez más. Para el gobierno la renta petrolera está constituida por el valor de los hidrocarburos extraídos del subsuelo a precios del mercado internacional, menos los costos de extracción eficientes. Lo reiteraron esta semana secretarios, subsecretarios y académicos que los apoyan. Además, algunos senadores y diputados. Me gusta la definición para excedente petrolero global, no para renta petrolera. Pero sirve de muy poco si no se señalan sus componentes. La distinción es fundamental, pues además de que se determinan con lógicas distintas, hoy son objeto de un arrebato excesivo de funcionarios federales, gobernadores y presidentes municipales, que parecen no comprenderlas para formular con mucho mayor cuidado y prudencia sus demandas.

Una vez más intento explicar esos componentes. Me parece fundamental para determinar el nuevo régimen fiscal de Pemex. Supongo resuelto lo de los costos de extracción eficientes. En dos sentidos, el de nuestro costo individual y el del costo marginal mundial, es decir, el del yacimiento de costos más elevados entre todos los que operan hoy para satisfacer la demanda. Hace 10 o 15 años, con demanda inferior, ese costo marginal era más bajo. En estricto sentido, la renta petrolera es exclusivamente la parte del excedente global que se determina por la diferencia del costo marginal y el costo individual de producción. David Ricardo la llama renta diferencial. Evidentemente, su monto depende del movimiento de ambos costos, dependiente, a su vez, de la calidad y ubicación de los yacimientos. Pero también de la eficiencia productiva en exploración, explotación, desarrollo y producción. Pero el marginal –nunca hay que olvidarlo– del nivel de la demanda. Y puede ser mayor o menor si hay productores de costos privilegiados, capaces de mover su nivel de producción. Es el caso de los de la OPEP. Basta analizar la historia de su producción para demostrarlo. Pero los excedentes tienen más componentes. No sólo la renta diferencial.

Descontemos del precio la ganancia que debe ir al productor –en este caso Pemex– como pago por el uso de los activos utilizados, so riesgo de descapitalizarlo. Hay, además, al menos un componente más. Y digo al menos porque la diferencia entre el precio internacional y la suma del costo marginal y la ganancia (precio natural según David Ricardo) podría dividirse en dos: el pago al propietario del yacimiento por permitir su explotación (renta absoluta según Marx) y el resto (excedente de mercado, también según Ricardo). Marx explica bien de dónde salen las rentas diferencial y absoluta, y el excedente de mercado: valor transferido de otras esferas, de aquí su contingencia, aleatoriedad y gran impacto. También –por cierto– por qué los productores soportan precios de mercado inferiores a los naturales: el costo capitalista de producción es inferior al costo total social, al valor. De aquí la gran polémica histórica sobre la teoría marxista del valor, pues da razón teórica de la plusvalía como excedente no pagado a los trabajadores. No creo que estas distinciones teóricas deban ser guía mecánica para definir el régimen fiscal de Pemex. No. Llevaría a muchas complicaciones. Pero deben ser tomadas en cuenta para que, bajo el esquema fiscal más simplificado posible, se eviten las cuentas alegres y el dispendio de unos excedentes petróleos que muy probablemente tiendan a disminuir y cuya evolución cuyo futura se verá sujeta a cuatro lógicas distintas: 1) la de la ganancia media, ligada al volumen de capital invertido en exploración y producción y a la tasa de interés; 2) la de la renta diferencial, derivada de la evolución de los costos individual y el costo marginal sujeto al nivel de la demanda; 3) la de renta absoluta, vinculada con la capacidad del propietario –en nuestro caso la Nación a través del gobierno– para exigirla; 4) finalmente, la del excedente de mercado, fruto de la diferencia entre el precio internacional y el costo del productor marginal.

La ganancia media es de Pemex y jamás se la debe conculcar nadie, so riesgo de un gravísimo deterioro de su capacidad productiva. Ya ha pasado. La renta diferencial es de la Nación. La renta absoluta también. El otro componente tiene otra lógica. Puede ser enorme. Pero es volátil, aleatorio e inseguro. Ya lo estamos viendo. Sin duda.

N.B. Con agradecimiento a mis estudiantes de economía de nuestra querida UNAM, con quienes este año completo 30 cursos anuales de Economía Política. Con el ánimo de que se apasionen por un estudio crítico de los problemas y retos de México.

 
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