Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 17 de agosto de 2008 Num: 702

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

El sueño de Quetzalcoatl
ROGER VILAR

Edad madura
NIKOS FOKÁS

Premios, gloria y fortuna
HAROLD ALVARADO TENORIO

El beso: Munch, Rodin y Klimt
HÉCTOR CEBALLOS GARIBAY

Maritain y el sentido olvidado de la historia
BERNARDO BÁTIZ VÁZQUEZ

Pensar escribiendo
MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ entrevista con RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO

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Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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Germaine Gómez Haro

Una historia de la fotografía urbana

Este verano tuve la oportunidad de viajar a Londres, ciudad que en las últimas décadas se ha posicionado como uno de los centros más vanguardistas del mundo en materia de creación y difusión del arte contemporáneo. En este contexto se presenta actualmente la fenomenal exposición titulada Calle y estudio. Una historia de la fotografía urbana, integrada por unas 350 imágenes fotográficas de un centenar de artistas internacionales. La exposición explora la historia del retrato fotográfico urbano a través de su desarrollo paralelo en sus dos ejes de creación: el estudio del artista y la calle. El inteligente y puntual guión curatorial presenta, por una parte, el devenir cronológico del retrato a partir de sus aspectos formales y conceptuales, así como el diálogo estrecho y continuo que se ha dado entre la fotografía artística y la documental desde los albores del siglo XIX hasta nuestros días.

La muestra da inicio con algunos ejemplos de fotógrafos decimonónicos tempranos, como Charles Nègre, Étienne Carjat y Nadar. Desde el siglo XIX y a principios del XX el rol central de la fotografía era la formación de la identidad moderna y el testimonio del status social de la creciente burguesía a través del retrato de estudio, así como su contraparte, el retrato tipológico que obedecía a intereses sociológicos, antropológicos o científicos. La invención de la cámara portátil fue la piedra de toque que revolucionó el concepto de aprehensión de la realidad del mundo moderno, abriendo las posibilidades infinitas para crear un nuevo género a partir de la captación de personajes anónimos en ámbitos urbanos. Algo que resulta fascinante es percibir el desarrollo de estilos personales que, de una u otra manera, corre paralelo a la evolución de los movimientos artísticos de las diferentes épocas. Así se pueden tejer vínculos estilísticos entre las composiciones pictorialistas de Alfred Stieglitz y el impresionismo, los ámbitos insólitos e inesperados de Brassaï y el surrealismo, las síntesis formales de Paul Strand y el abstraccionismo, las imágenes directas de August Sander y la Nueva Objetividad , el esteticismo exacerbado de Cecil Beaton y el art déco, el gusto de Richard Prince por los medios publicitarios y el pop, las extravagancias de Laurie Anderson y el conceptualismo setentero, y así sucesivamente.


Irving Penn

El retrato es uno de los temas más amplios, sugerentes y multivariados de la historia del arte de todas las épocas, pues ha dado cuenta de la diversidad del ser humano desde tiempos inmemoriales. La posibilidad de lanzarse a las calles con una cámara portátil permitió al artista moderno dejar volar su imaginación de manera ilimitada buscando parajes fantásticos y escenarios infinitos, y asimismo le ofreció la posibilidad de plasmar en imágenes impresas sus ideas y su voz en son de protesta contra la injusticia social que se manifiesta ante nuestra mirada en todas las calles del mundo. Un aspecto conmovedor del retrato es el interés de algunos fotógrafos como John Thomson, Louis Vert e Irving Penn en promover la idea de la dignidad de las clases trabajadoras a través del respeto por sus oficios, y la denuncia de los niños trabajadores o de los obreros urbanos en imágenes de una fuerza brutal por su lenguaje directo y sin maquillajes, como se percibe en las fotografías de Friedrich Seidenstücker. También hay lugar para los outsiders y los personajes marginados de las calles de las grandes ciudades como Nueva York, captados por Andrés Serrano, o en las viñetas callejeras de Francis Alÿs en el Centro Histórico de Ciudad de México.

A través de esta historia del retrato urbano se perciben los cambios radicales que la fotografía ha experimentado a lo largo de los siglos XX y XXI y cómo nuestra percepción visual de la ciudad, en parte, es condicionada por las muy diversas maneras de representar al ser humano en una cultura dominada por el irrefrenable bombardeo de imágenes. Al entrelazar las dos prácticas fotográficas aparentemente contrarias –la calle y el estudio– esta magnífica muestra deja patente que el inabarcable trabajo de documentación de los fotógrafos de todos los tiempos ha sido determinante en la creación de las identidades tanto individuales como colectivas, toda vez que la fotografía adquiere cada vez mayor fuerza como la creación artística más representativa de la postmodernidad.