Usted está aquí: lunes 18 de agosto de 2008 Opinión Centenaria

Centenaria

18 de agosto de 2008

El Imparcial*

El teléfono nos está matando por una simple falta de precaución

Pocos saben que el teléfono es uno de los mejores transmisores de graves enfermedades, que muchas veces ocasionan la muerte del que las contrae en tres ó cuatro días.

Personas poco escrupulosas se han visto al borde del sepulcro por la falta de precaución que han tenido al hablar por los modernos aparatos.

“Creáme usted –Nos decía una señora en días pasados–, que una de mis hijas tuvo que sufrir por espacio de varios años, una grave afección en la boca, por causa del teléfono que se hallaba en lamentables condiciones de aseo”.

En efecto, en la oquedad que forma la bocina, se reúnen muchos bacilos que se transmiten á otras personas que, por falta de cuidado, se arriman demasiado cerca del aparato.

El contagio de la enfermedad que padezca una persona que habla por teléfono, se podrá evitar de distintas maneras, siendo la principal de ellas, hablar á cierta distancia de la bocina, para no aspirar los micro-organismos.

También puede evitarse el mal, cubriendo la bocina con un pañuelo ó un papel.

Muchas personas dirán que de ese modo dejará de oirse con claridad la voz, pero se hayan en un equívoco, pues está demostrado que, aunque el papel que se adhiera á la bocina, sea bastante grueso, la voz, antes de amenguar se refina en su transmisión.

Ayer hablamos con un médico de vastos conocimientos científicos, que nos explicó claramente los inconvenientes que presenta el uso del teléfono, en la forma en que se ha venido haciendo hasta la fecha.

El estimable doctor con quien hablamos, –que nos suplicó no diéramos á la publicidad su nombre– nos dijo que en varias experiencias que ha hecho durante su vida profesional, ha descubierto en las bocinas de los teléfonos, microbios de difteria, tuberculosis y otras graves enfermedades. No es muy remoto que por el teléfono se transmita con facilidad el terrible tifo á las personas que no toman precauciones necesarias al hablar por medio de los referidos aparatos.

En varios domicilios se acostumbra lavar con jabón desinfectante la bocina del teléfono, con lo cual queda libre de micro-organismos.

CAL

*Se publicó de 1882 a 1883 y de 1897 a 1914. Centenaria recogerá, en su grafía original, noticias que publicaban diferentes periódicos hace cien años en la ciudad de México.

 
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