Shelley Niro: Chicas

 

Levantamiento estanciero en Argentina

“A mapuche  no huele”

Ante los apoyos que por ignorancia o sumisión brindaron sectores campesinos argentinos a los grandes terratenientes, estancieros, empresarios, esclavistas, invasores y promotores del monocultivo transgénico de soya [o soja] que se han movilizado en los meses pasados en busca de más prebendas para impulsar su proyecto excluyente, algunas organizaciones y comunidades mapuche expresan con claridad su postura de rechazo a quienes desde el poder argentino (aunque hagan marchas y cacerolazos) siguen siendo cercanos a los militares que implantaron una dictadura de terror en los setenta del siglo XX.

Recientemente, la Asociación Mapuche Epu Bafkeh de la comunidad de Los Toldos, se pronunció: “En el conflicto entre el gobierno nacional y la dirigencia del sector quisiéramos nombrar la contradicción al interior del propio pueblo cuando las pequeñas parcelas o chacras medianas que siguen estando legalmente en manos de mapuches son sembradas o alquiladas también para sembrar soja transgénica. La contradicción no es tal si miramos los condicionamientos que a muchos mapuches les impiden asumir la identidad y vivir en la práctica como mapuches. Una derivación lógica es que piensen que pertenecen a la Sociedad Rural [la de los grandes terratenientes] y que vivan de hecho como pobres de barrio. Si no viven consecuentemente, pasan a formar parte de las clases populares, de los sectores medios en menos casos y en otros más “afortunados” de la vidriera folclórica y funcional de la dirigencia partidaria local. Pero a mapuche no huele”.

Y continúan: “La ‘lógica chacarera’ y mezquina sigue peleando por retenciones (unos puntos más o menos) pero nada dicen de las enfermedades que nos causa el glifosato para que crezca la señora soja. ¿Y la muerte de más de 150 especies de plantas medicinales en menos de treinta años? Por qué callarnos sobre la muerte de la diversidad biológica gracias a la soja transgénica? Nos manifestamos contra la lógica mezquina y avara de los chacareros y estancieros. No es justo que la sociedad argentina se vea privada de alimentos básicos, para que unos pocos se enriquezcan a costa de la vida de la tierra y de propia nuestra vida. En Los Toldos, todos sabemos de qué modos estos chacareros y estancieros se han apropiado de nuestras tierras y nuestros campos. Sabemos de las presiones que estos grupos han realizado sobre los peones de campo, sobre los trabajadores de los comercios, para ir a apoyar la chocolateada y el tractorazo. Repudiamos toda forma de violencia simbólica sobre nuestros hermanos”.

“Los geh”, afirmó Verónica Azpiroz Cleñan, de Epu Bafkeh: “los espíritus que habitan y protegen cada ser vivo en la naturaleza, tienen su propia lógica, nos exigen respeto por el equilibrio de la vida misma. Están en los ríos, en el mar, en las plantas, en las montañas, en el viento, en las lagunas, en los esteros, en la nieve, en las flores y cada uno tiene su newen. Como una especie de plegaria de la madre que está amenazada, de la tierra, de la madre que está sufriendo, le decimos a nuestras y nuestros lamgen, hermanos, que no dejen que se apague el kimün ancestral y la memoria de los antiguos.

Ojarasca

 

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