Usted está aquí: martes 19 de agosto de 2008 Sociedad y Justicia Festejo y alianza política

Festejo y alianza política

Claudia Herrera y Karina Avilés

Por segundo año, el presidente Felipe Calderón festejó su cumpleaños en compañía de la dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, con quien confirmó su alianza.

“Perdón, es un exceso, lo sé, pero honor a quien honor merece”, exclamó la profesora chiapaneca ante varios cientos de niños que acudieron a la ceremonia de inicio del ciclo escolar 2008-2009 y felicitó al panista, porque “al final de cuentas somos seres humanos”.

Con estas palabras comenzó en la escuela Tlacoquemecatl la celebración por los 46 años del Presidente. Gordillo y la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Josefina Vázquez Mota, coincidieron en su intento por halagar al mandatario federal.

Si bien la ex priísta reconoció en la ceremonia que al michoacano no le gustan esas expresiones públicas, le deseó “muchos años de felicidad y de salud, por el bien de la patria y por el bien de su familia”.

Cuando regresó al presídium, la dirigente se fundió en un abrazo con Calderón. A diferencia del año pasado, cuando la celebración fue en petit comité en Los Pinos, esta vez fue en público y ante la prensa.

A su vez, Vázquez Mota deseó “muchas felicidades” al titular del Ejecutivo, sobre todo por festejar esta fecha dando el banderazo de salida al ciclo escolar.

Sin hacer alusión a esos mensajes, Calderón habló de su infancia: “Me da mucho gusto estar aquí hoy, porque durante mucho tiempo viví aquí en la delegación Benito Juárez, muy cerca de aquí, en la colonia Portales; bueno, relativamente cerca”.

Al terminar los discursos, Calderón fue agasajado con un pastel cortesía de la SEP.

“¡Mordida, mordida!”, gritaron los niños y los integrantes del presídium, hasta que finalmente el michoacano accedió y se acercó furtivamente al obsequio, decorado con un moño de crema batida color azul y el mensaje: “Feliz cumpleaños, señor Presidente” y una vela amarilla en forma de signo de interrogación.

Auxiliado por Gordillo y Vázquez Mota, el mandatario repartió algunos pedazos de pastel y fue despedido por un grupo de niños que, a su paso, entonaron Las Mañanitas.

En Los Pinos ya no hubo celebración, aunque trascendió que se realizó el sábado.

 
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