Usted está aquí: sábado 23 de agosto de 2008 Ciencias Deshielo del Himalaya amenaza a mil 300 millones de personas

■ El cambio climático pone en riesgo las reservas de agua de esa región, alertan en Estocolmo

Deshielo del Himalaya amenaza a mil 300 millones de personas

■ El retroceso de sus glaciares es de hasta 70 metros al año, advierten expertos

■ Desastres naturales, como crecidas y desbordamientos de ríos y lagos, son cada vez más frecuentes, afirman

Afp

Ampliar la imagen Cachemira, población a unos mil 680 metros sobre el nivel del mar, es un valle lleno de huertos de frutas y rodeado de montañas nevadas. En la imagen, un poblador rema en su shikara (pequeño bote) en el lago Dal, en Srinagar, India Cachemira, población a unos mil 680 metros sobre el nivel del mar, es un valle lleno de huertos de frutas y rodeado de montañas nevadas. En la imagen, un poblador rema en su shikara (pequeño bote) en el lago Dal, en Srinagar, India Foto: Ap

Estocolmo, 22 de agosto. El cambio climático amenaza seriamente las reservas de agua de la región del Himalaya, con lo que se pone en peligro la subsistencia de mil 300 millones de personas, estimaron los expertos reunidos en Estocolmo por la Semana Internacional del Agua.

La región montañosa del Himalaya, que alberga los glaciares y la zona de permafrost (capa de hielo permanente) más grandes del mundo, después de las regiones polares, ha experimentado en años recientes un deshielo progresivo y un cambio espectacular en lo que respecta a precipitaciones, lamentaron.

“Los glaciares del Himalaya desaparecen más rápido que en el resto del mundo”, afirma Mats Eriksson, responsable del programa por la gestión del agua en el Centro Internacional del Desarrollo Integrado de las Montañas.

Aunque las grandes altitudes, la lejanía y la difícil cooperación entre los países de la región complican los estudios del fenómeno, Eriksson estima evidente que “la región está siendo especialmente afectada por el cambio climático. El retroceso de los glaciares es enorme, hasta 70 metros al año”, precisa.

Xu Kinchu, quien dirige el Centro para los Estudios del Ecosistema Montañoso en China, también asegura que el cambio climático está devastando el Himalaya, y subraya, por ejemplo, que las temperaturas en la meseta tibetana han aumentado 0.3 grados por decenio, “el doble de la media mundial”.

Es difícil cuantificar las repercusiones en las reservas de agua, pero el impacto es real en la región en la que los glaciares y la nieve aportan 50 por ciento del agua que desciende por las montañas y que alimenta nueve de los ríos más grandes de Asia.

El Himalaya, conocido por “ser el techo del mundo”, se extiende a lo largo de China, India, Nepal, Pakistán, Birmania, Bután y Afganistán. La cordillera montañosa representa una fuente importante de agua para una de las regiones más pobladas del planeta, alrededor de mil 300 millones de personas censadas en la región del Himalaya.

“La nieve y el hielo se funden y proporcionan una importante fuente de agua fresca para la irrigación, la energía y el consumo”, explica Xu.

Los glaciares tienen una capacidad enorme para conservar el agua. De esta manera, si el nivel de agua aumenta a medida que el hielo se funde, a largo plazo, la desaparición de los glaciares reducirá el agua disponible.

Migran en busca de subsistencia

“Las subsistencias se verán más afectadas” por este fenómeno, subrayó Eriksson.

Paralelamente al deshielo, los científicos han observado que en muchas zonas del Himalaya hay más lluvia en periodo monzónico y menos en épocas secas.

“Las regiones más secas se hacen más secas y las húmedas más húmedas”, resumen Rakhshan Roohi, científica del Instituto de Investigaciones de Recursos de Agua de Pakistán.

Además, con las condiciones climáticas inciertas para las cosechas, que han provocado la migración de personas en busca de medios de subsistencia alternativos, los agricultores se enfrentan cada vez con más desastres naturales, como crecidas de ríos y desbordamientos de lagos.

“Imagino que antes la región sufría una crecida cada estación y las personas podían adaptarse. Pero si hay tres, cuatro o cinco, es demasiado. La cuestión es saber cuántas puede tolerar la población sin perder sus bases de subsistencia”, concluye Eriksson.

 
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