Usted está aquí: lunes 25 de agosto de 2008 Capital Otorgarán a intérpretes de estatuas vivientes licencia de trabajadores no asalariados

■ El Gobierno del Distrito Federal les dará apoyos en materia social y asistencia médica

Otorgarán a intérpretes de estatuas vivientes licencia de trabajadores no asalariados

■ Busca difundir estas expresiones culturales; portarán un documento con fotografía

Bertha Teresa Ramírez

La Secretaría del Trabajo del Gobierno del Distrito Federal expedirá licencias de trabajadores no asalariados a los 12 artistas que actualmente realizan representaciones de estatuas vivientes en el Centro Histórico, con el fin de difundir estas expresiones culturales y apoyar a estos artistas en materia de empleo.

Se pueden encontrar en las avenidas 20 de Noviembre, Pino Suárez, entre la Plaza de la Constitución y Venustiano Carranza, así como a lo largo de las calles Gante y Motolinia, principalmente.

La Secretaría del Trabajo informó que estos artistas portarán el permiso para ejercer este oficio, documento que contendrá una fotografía, datos personales, así como el sitio y el horario donde ofrecerán sus servicios.

La dependencia dará a estos trabajadores apoyos en materia de desarrollo social, que van desde la tramitación de un acta de nacimiento hasta la asistencia médica gratuita y demás programas que ofrece el GDF.

Estos personajes, que capturan la mirada de niños, jóvenes y adultos, se hacen llamar El Mago, El Samurai, La Muerte Negra, El Hebreo, El Poeta, El Pachuco, La Estatua Blanca, El Robot, El Azteca, El Hombre Plateado, El Azteca Músico y El Danzante.

Son personajes admirados por gran número de peatones, tomando en cuenta que cada semana, incluyendo sábados y domingos, el Centro Histórico recibe más de ocho millones de visitantes, y muchos detienen su marcha para apreciar el arte de las estatuas vivientes, con lo que consiguen unos minutos de relajamiento, sobre todo por el goce estético del llamado Teatro del Silencio, señaló la dependencia.

Estos mimos son personas que luchan honradamente por su subsistencia, ejerciendo un oficio con tradición de muchos años, sobre todo en países de Europa.

Es muy común encontrar en banquetas, plazas u otros sitios públicos a las estatuas vivientes; algunas llevan alas para representar un ángel, otros caracterizan algún personaje con la vestimenta en colores diversos, sobre todo el blanco, y aparentan estar inmóviles, pero cuando el público se acerca y les da una moneda, se mueven lentamente y cambian de posición.

“Es –como ellos dicen– un nuevo inmobiliario artístico con corazón propio”, según la dependencia. Esperan largos minutos y aun horas hasta que les regalan una moneda y, para agradecer la dádiva, sorprenden a la gente con algunos de sus movimientos sutiles, mecánicos. Su mirada casi siempre está perdida en el vacío.

 
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