Usted está aquí: viernes 29 de agosto de 2008 Política Advierten sobre la creciente desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones

■ Prevalecen las condiciones de polarización que se generaron en 2006, según especialistas

Advierten sobre la creciente desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones

■ El proceso de construcción de un sistema democrático es una “obra inacabada”: Ackerman

Laura Poy Solano

A dos años de las elecciones de 2006 no sólo se ha profundizado la fractura del pacto democrático, sino también la creciente desconfianza ciudadana en las instituciones públicas, por lo que las condiciones de polarización social aún prevalecen, lo cual revela que el proceso de construcción de un sistema “democrático en el que se respeten las reglas de acceso al poder político es una obra inacabada”, afirmaron catedráticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Al participar en la mesa redonda A dos años de 2006: resistencia ciudadana y reforma del Estado, John Ackerman, especialista del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, afirmó que la democracia no es un “estado ideal donde no existan confrontaciones entre instituciones y actores políticos, como muchos lo interpretan. Por el contrario, no hay nada peor para la democracia que la confianza ciega de los ciudadanos en su gobierno, cuando lo que debe prevalecer es una activa participación y observación”.

Por ello, enfatizó que los bajos niveles de credibilidad y confianza hacia las instituciones públicas revelan una ciudadanía “más consciente, pero también con una enorme capacidad de organización, porque tampoco es nada nuevo la desconfianza hacia la autoridad institucional, ya que durante décadas nos acostumbramos a que sólo con la movilización y la presión sociales se alcanzaban algunas soluciones, y es precisamente la enorme capacidad de organización popular lo que nos puede llevar al siguiente paso de la transición democrática”.

En tanto, Armado López Leyva, especialista en sociología política del Instituto de Investigaciones Sociales, destacó que en 2006 se “fracturó el compromiso democrático” que se había ido construyendo desde 1988, a lo cual se suma la incapacidad de los ganadores de la contienda electoral de “reconstruir la confianza” de los ciudadanos, por lo cual crece el descrédito institucional, es decir, “no existe un mínimo de confianza que rija a los actores políticos”.

Este descrédito institucional, afirmó, va mucho más allá de organismos como el Instituto Federal Electoral, pues en general “todas las instancias evaluadas tienen una muy baja percepción de confianza en la ciudadanía, lo que nos sitúa ante una problemática que va más allá del tema electoral”.

Raquel Sosa, catedrática de la UNAM y secretaria de educación del “gobierno legítimo”, afirmó que es gracias a la movilización ciudadana y a la memoria histórica del pueblo de México como se han ido consolidando avances como la discusión de la reforma energética, pero también la construcción de un movimiento civil organizado y pacífico que “busca construir una democracia desde abajo, que garantice la justicia social, pero también la aplicación de la ley a todos aquellos que se han enriquecido con los recursos públicos y que hoy gozan de impunidad”.

Advirtió que la construcción de una verdadera democracia no puede realizarse en un país “militarizado, donde se reprimen las manifestaciones sociales y con ello la libre participación de los ciudadanos. Sabemos y afirmamos, con toda responsabilidad, que no existe ningún municipio del país que no cuente con un representante del ‘gobierno legítimo’ y esto es parte del enorme proceso de transformación que vive México, de la lucha por establecer una verdadera democracia”.

 
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