Usted está aquí: lunes 1 de septiembre de 2008 Cultura Gouaches inéditos de Toledo para el Cuento del conejo y el coyote

■ La nueva versión, a cargo de la poeta Natalia Toledo, contiene la serie completa del artista

Gouaches inéditos de Toledo para el Cuento del conejo y el coyote

■ Originalmente fueron realizados para la extinta revista Colibrí; sólo usaron 16

■ Incluye textos de Elisa Ramírez, Luis Carlos Emerich y Carlos Monsiváis; se presentará el 3 de septiembre

Merry MacMasters

Ampliar la imagen "Quiero contarles, a mi manera, la historia de Conejo y Coyote, inspirada, a su vez, en la versión que me contó mi padre cuando yo tenía ocho años..." “Quiero contarles, a mi manera, la historia de Conejo y Coyote, inspirada, a su vez, en la versión que me contó mi padre cuando yo tenía ocho años...” Foto: Ilustraciones tomadas del libro Cuento del coyote y el conejo. Arvil/ FCE

Ampliar la imagen El triunfo del depredado sobre el depredador, de la astucia sobre la fuerza, de la inteligencia sobre el tamaño, son siempre la revancha narrativa del más débil, apunta la socióloga y antropóloga Elisa Ramírez en el libro El triunfo del depredado sobre el depredador, de la astucia sobre la fuerza, de la inteligencia sobre el tamaño, son siempre la revancha narrativa del más débil, apunta la socióloga y antropóloga Elisa Ramírez en el libro

Una nueva edición del Cuento del conejo y el coyote incluye las 33 ilustraciones que el pintor juchiteco Francisco Toledo creó originalmente para la extinta revista Colibrí (1979), editada por la Secretaría de Educación Pública (SEP), que sólo ocupó 16 de los gouaches.

El libro contiene una versión trilingüe (español, zapoteco, inglés) del cuento tradicional del istmo de Tehuantepec, reinterpretado por la poeta Natalia Toledo.

La primera adaptación estuvo a cargo de Gloria y Víctor de la Cruz, que se publica en el volumen de la colección Círculo de Arte (CNCA,1998).

La nueva edición comprende textos de Carlos Monsiváis, Luis Carlos Emerich y Elisa Ramírez. Del tiraje de 2 mil 500 ejemplares, mil vienen en una caja y contienen un facsimilar original, firmado y numerado por el artista, elaborado con papel hecho a mano en Oaxaca e incrustaciones de mica.

Cuento del conejo y el coyote, coedición de la galería Arvil –festeja su 39 aniversario– y el Fondo de Cultura Económica, será presentado por Gerardo Estrada, Teodoro González de León y Armando Colina, el miércoles 3 de septiembre a las 18:30 horas en el Salón Hispanoamericano de la SEP, ubicado en la calle de Brasil 31, en el Centro Histórico.

El día siguiente la exposición Francisco Toledo. Cuento del conejo y el coyote será inaugurada a las 18:30 horas en el Centro Cultural Bella Época, en la calle Tamaulipas 202, colonia Hipódromo Condesa.

“Quiero contarles, a mi manera, la historia de Conejo y Coyote, inspirada, a su vez, en la versión que me contó mi padre cuando yo tenía ocho años, a la orilla del río de las nutrias, en una casa con un cielo lleno de murciélagos”, dice a modo de introducción Natalia Toledo.

Anota que “de la tradición maravillosa de contar que tenemos los indígenas proviene el Cuento del conejo y el coyote, que pertenece a todos, porque todos lo recreamos con nuestras palabras cuando lo volvemos a contar, y así lo conservamos para las nuevas generaciones.

“Como las estadísticas indican que en un futuro mediato desaparecerán muchas de las lenguas originarias de México, yo estoy enseñándole a hablar zapoteco a mi loro Nguengue, para que cuando no queden hablantes del didxazá sobrevuele los tejados y arroje desde las alturas, mientras soñamos, las lecciones que aprendió.”

Natalia comienza el cuento...

“Conejo es de corazón alegre: ama las fiestas y le encanta vagar como hoja de maíz de la mano del viento. En una noche, bajo la jícara brillante de la luna, Conejo ‘orejas de totopo’ tenía hambre, le chillaban las tripas mientras caminaba pateando un bote de hojalata. De repente, levantó la vista y descubrió un huerto repleto de chiles; se escurrió bajo las púas del cerco y escogió para comer los más grandes, que colgaban como aretes en las orejas de las matas.”

Sobre las 17 imágenes inéditas, Armando Colina, coordinador del proyecto con Víctor Acuña, explica que Toledo “hizo variantes de algunos de los temas para que escogiera la editorial”, y a su modo de pensar, “algunas son mucho más hermosas que las seleccionadas”.

–¿Cómo nació el proyecto?

–Es un poco el mismo caso de la Zoología fantástica. El Fondo de Cultura Económica en su momento sólo usó parte de la colección completa de imágenes que creó Toledo para acompañar el texto de Jorge Luis Borges. Inclusive, de algunas de las acuarelas sólo utilizó pequeños detalles para los inicios de página.

Colina y Acuña viajaron a Oaxaca la semana pasada para enseñar la edición a Toledo.

“Le gustó muchísimo –expresa el entrevistado. Se acordaba de las imágenes publicadas, pero de las otras no. Fue una gran sorpresa ver las que había olvidado. Creo que eso mismo va a pasar con el público; descubrirá unas variantes hermosísimas que no se usaron.”

La edición también incluye una reproducción del óleo Autorretrato acostado (2007), de Toledo. Colina explica que en cada libro –éste es el cuarto– que han hecho de la obra del artista, en vez de poner la clásica fotografía, prefieren una obra.

Para Carlos Monsiváis, “un fabulista natural como Toledo se ha acercado desde siempre a los relatos del universo zapoteco, a sus peregrinaciones del deseo, a sus evocaciones del origen donde en los mundos vegetal y animal todo y todos poseen el don del habla, y maldicen, se burlan, se jactan, cortejan, follan en el follaje”.

Agrega que a Toledo “el cuento, la fábula, el microrrelato, las leyendas le parecen sueños del animismo que él asume como la creación colectiva a la que le añade sus impresiones, a la vez fidedignas y desbordadas. Un cuento es, de modo invariable, el espejo donde se asoman otros relatos, y esto lo conoce Toledo, que con igual gusto y energía recrea las variedades de las formas vivas, en homenaje a Juchitán o al Istmo o al sitio que usted elija, donde todavía las iguanas no empollan rascacielos, y donde todo, lectores incluidos, se parece entre sí, porque si la fábula no reconcilia al mal con el bien se vuelve parábola bíblica, y para eso, en el Edén invertido, todavía falta mucho tiempo”.

Origen de su personalidad plástica

Para el crítico de arte Luis Carlos Emerich, “lo que Toledo aporta no son sólo recreaciones de figuras de la cosmogonía zapoteca, sino el génesis de su personalidad plástica enfrentado a la revaloración moderna de lo primitivo. Si otro pintor oaxaqueño, Rufino Tamayo, ya lo había experimentado y validado en sus aspectos formales, Toledo lo llevaría mucho más allá. Su asunción de las pulsiones sexuales como principio y fin de este mundo creó otros mundos plásticos posibles e imposibles.

“Ideológicamente lejos del movimiento artístico mexicano, que desde los años 20 había oficializado el tratamiento de la tradición cultural indígena, ahuecándola mediante sus exaltadas idealizaciones, la obra de Toledo, sin embargo, tampoco armonizaba dentro del movimiento plástico de su misma generación –más tarde denominado la Ruptura–, que abominaba todo referente local para nutrirse de los lenguajes plásticos de la posguerra.

“Aunque la asunción consciente de la inocencia salvaje y la propuesta de un modo de figuración incontinente que la confirma contribuían a la pluralidad de la Ruptura, el acendrado individualismo de la obra de Toledo hace que ésta siga siendo tan inclasificable como perturbadora es la imparable diversificación de su imaginario hasta hoy y con ella la de sus significados.

“Incluso, frente a todas las fases del conceptualismo, Toledo sigue siendo una figura excepcional. La influencia que ha ejercido comprueba cada día más la inimitabilidad de su obra.”

De acuerdo con la socióloga y antropóloga Elisa Ramírez, “Conejo y Coyote son tal vez los protagonistas más frecuentes de los cuentos indígenas mexicanos; unidos o separados, son personajes esenciales de la narrativa oral de nuestro país. Y no solamente aparecen en nuestro territorio: entre los indios del sureste de Estados Unidos se cuentan también historias de Conejo y Coyote”.

Pero las fechorías y engaños de estos personajes “también se narran en el medio rural mexicano”, y “la pareja aparece hasta en las caricaturas, donde el correcaminos sustituye al conejo para hacerle imposible la vida al coyote”.

Anota que “el triunfo del depredado sobre el depredador, de la astucia sobre la fuerza, de la inteligencia sobre el tamaño, son siempre la revancha narrativa del más débil. Ante la ausencia de explicaciones morales, las adaptaciones locales gozan de gran plasticidad.

“Los cuentos de Conejo y Coyote son siempre una transgresión: lo fortuito y lo arbitrario, al narrarse, siempre conllevan una postura de resistencia al poder y una actitud de burla hacia el poderoso.”

 
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