Usted está aquí: lunes 1 de septiembre de 2008 Política Acabará hoy por fin el ritual de lectura del catálogo de promesas incumplidas

Segundo Informe

■ Hasta 2007, cada primero de septiembre era considerado “el día del Presidente”

Acabará hoy por fin el ritual de lectura del catálogo de promesas incumplidas

■ Fox fue acusado de “cínico y bribón”; Calderón fue calificado de “espurio” por la izquierda

Roberto Garduño y Enrique Méndez

Al romperse la tradición del boato presidencialista del primero de septiembre, fecha que hasta 2007 se consideraba “el día del presidente de la República”, también se impidió que Felipe Calderón Hinojosa utilizara la tribuna del Palacio Legislativo de San Lázaro para cumplir el ritual de dar lectura a un catálogo de compromisos y promesas de gobierno que a lo largo de la historia contemporánea no se han cumplido.

Si Vicente Fox fue el primer presidente de la República que no consiguió presentarse ante los legisladores en el salón de plenos de la Cámara de Diputados, en momentos en que se le acusaba de ser autor del fraude electoral, en 2007 la férrea oposición de los grupos parlamentarios del Frente Amplio Progresista (FAP) –PRD, Convergencia y Partido del Trabajo– impidió que Calderón Hinojosa leyera su informe y provocó que únicamente presentara un breve mensaje.

A pesar de los amagos de éste, quien por conducto de sus funcionarios lanzaba señales de que sí se presentaría a San Lázaro, los integrantes del FAP tomaron la tribuna camaral en protesta por lo que consideraron el fraude electoral en 2006, y, ante la insistencia de los representantes del PAN, quienes advertían que sí habría informe, la persistencia de sus opositores consiguió que Calderón no se dirigiera al pleno desde la tribuna, sino desde la mesa directiva.

El protocolo duró sólo cuatro minutos. Calderón Hinojosa entregó el paquete al vicepresidente de la mesa, Jorge Zermeño, una vez que Ruth Zavaleta se excusó.

En el momento en que el primero comenzaba su mensaje, en el cual convocó a un “diálogo público y directo” con los legisladores –que no será posible ante la oposición del PAN por incluir esta figura en la reforma constitucional–, los legisladores frentistas abandonaron el salón. El acuerdo entre el PAN y el PRD había sido que el Ejecutivo sólo dejara el Informe y no hablara ante los legisladores.

El encono entre los diputados del FAP, quienes rechazaban la presencia de Calderón Hinojosa en San Lázaro, por considerarlo “espurio y producto del fraude electoral”, y los panistas, que acusaban a los opositores de romper el orden institucional y de atentar contra las normas escritas, provocó que por segunda vez no hubiera informe presidencial en la historia del régimen panista.

La primera ocurrió en el último año de gobierno de Vicente Fox Quesada, quien, señalado por sus detractores como “cínico” y “bribón”, no logró ingresar al salón de plenos, cuya tribuna fue tomada por el PRD.

El guanajuatense, contrariado, fue conducido por su escolta del Estado Mayor Presidencial hasta el vestíbulo del recinto legislativo, donde –entre trompicones– apenas pudo entregar a la presidencia de la Cámara el texto que pretendía leer.

Estos dos sucesos generaron que el coordinador del PAN en la Cámara de Diputados, Héctor Larios, promoviera una iniciativa de reforma a los artículos 69 y 93 de la Constitución, con el argumento de que debía terminar el ritual inventado en la era priísta, superado ya por la historia.

La reforma fue aprobada el 20 de junio pasado, durante el periodo extraordinario de sesiones, cuando también la mayoría del PAN y del PRI modificó el artículo 88 de la Constitución para que el Ejecutivo ya no tenga que solicitar permiso para ausentarse del país cuando sus viajes sean menores a siete días.

De tal forma, este lunes el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, acudirá a San Lázaro, al filo del mediodía, para hacer entrega del texto del segundo Informe al presidente de la mesa directiva, César Horacio Duarte Jáquez, en una ceremonia programada en el nuevo salón de protocolos del complejo legislativo.

El acto, que –se prevé– será breve, servirá de prólogo a la sesión de Congreso General, que deberá realizarse a partir de las cinco de la tarde, en el salón de plenos, en la cual Duarte dará cuenta de que se recibió el Informe.

Asimismo habrá posicionamientos de los partidos representados en el Congreso de la Unión, con la participación de un representante por cada grupo parlamentario para exponer su postura acerca del estado en que se encuentra la nación.

 
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