Usted está aquí: lunes 8 de septiembre de 2008 Cultura En la radio y la tv, el discurso perverso del que habla Orwell

■ La poesía debe ofrecer una imagen “menos mugrosa” de la realidad

En la radio y la tv, el discurso perverso del que habla Orwell

■ Internet elimina derechos de autor, lo cual “me parece muy bien”

Ángel Vargas

Ampliar la imagen Saúl Ibargoyen: es muy difícil inventar el agua tibia, sólo nos queda mejorar lo que ya existe Saúl Ibargoyen: es muy difícil inventar el agua tibia, sólo nos queda mejorar lo que ya existe Foto: José Antonio López

Sostiene el poeta Saúl Ibargoyen: “La poesía no tiene que ver ni con el mármol ni con el bronce; está vinculada con todo, no hay nada ajeno a ella. No aceptarlo es restringir nuestra propia espiritualidad.

“Tiene que ver con la ciencia, la tecnología, lo concreto y real de cada día; con la caca, la pipí, los flujos vaginales, los procesos sociales, la privatización de Pemex, que ojalá no proceda.

“Tiene que ver, pues, con todo lo que somos y hacemos. Sin embargo, prevalece la idea generalizada de que debe delimitarse a ciertas temáticas, y no. No hay buenas ni malas palabras, ni limpias ni sucias; las palabras son palabras. Con la intención más sucia podemos usar las palabras más benevolentes, y uno escucha las cosas mas horrorosas con las palabras más agradables.”

Más de una hora es la que el también narrador, ensayista, traductor, periodista y docente de origen uruguayo (Montevideo, 1930) concede de entrevista a La Jornada, encuentro que deviene interesante reflexión sobre la poesía y el deber ser del poeta en la actualidad.

El pretexto de la plática es la presentación de su libro Rojo es el silencio. Poesía reciente (publicado por el sello venezolano Monte Ávila Editores Latinoamericana), la cual tendrá lugar este martes, a las 19 horas, en la Casa del Poeta (Álvaro Obregón 73, colonia Roma).

Se trata de un volumen integrado, en realidad, por dos obras: la primera, Rojo es el silencio, con poemas inéditos hasta antes de este material, y la otra, Poesía reciente, una especie de antología con textos ya publicados hace años, algunos de los cuales fueron revisados y reescritos en parte.

Bígamo de intenso corazón

Aunque se define como bígamo, por cultivar con la misma intensidad la poesía y la narrativa, Saúl Ibargoyen sin duda tiene su corazón y su epidermis más en la primera vertiente.

Al referirse a ella, lo hace con vehemencia y sin cortapisas, como cuando asegura que “la verdad del poeta no tiene precio, no es una mercancía”, o al confesar que lo único que escribe ahora a mano son precisamente los textos dentro de ese género.

Para él resulta muy importante hacer la diferencia entre creatividad y creación, y lo hace porque considera que la creación es un hecho divino –los dioses crean de la nada”– y los seres humanos a lo más que pueden aspirar es a ser creativos, pues sólo pueden modificar las cosas que ya están hechas.

Hablar de la función que el poeta y la poesía tienen en la actualidad le resulta complejo, debido a que, conforme ha pasado el tiempo, tiene que ver con nuevas formas de comunicación, nuevas tecnologías, particularmente la informática, lo cual ha generado un nuevo tipo de receptor, según dice.

“No sé cuál es la función del poeta ahora, pero hay algo que está implícito en su trabajo, es el cuidado del idioma, visto como un gran sistema ecológico, del cual todos formamos parte”, explica.

“Esa función para mí está clara. Ya no es el portavoz de la tribu. Ha sido sustituido por otra forma de comunicación, porque nunca se ha leído más poesía que ahora, sobre todo por Internet. Eso prácticamente está eliminando los derechos de autor, lo cual me parece muy bien.”

Merced esa nueva plataforma tecnológica, sostiene que la producción poética se está volviendo del dominio publico, además de que, como género literario, tiene la ventaja de manifestarse de muchas maneras: papel, oralidad, música e Internet: “¿Qué más se quiere? Es más fácil escuchar un poema que una novela de 500 páginas”.

De acuerdo con Saúl Ibargoyen, resulta imperativo que la poesía regrese a esa antigua época en la que iba de la mano de la filosofía.

Esto, precisa, con el fin de “dar atención precisamente al sistema ecológico de la lengua, y por otro lado, lo afectivo, ofrecer una representación menos corrompida, menos mugrosa de lo que nos representa esta realidad mundial, esta época de capitalismo salvaje, imperalismo desatado, guerras, corrupción, prostitución infantil y toda esa mugre que construye nuestra realidad”.

Autor de más de 50 títulos, entre libros de poesía, novela, cuento, ensayo y teatro, alerta sobre la severa amenaza en la que se encuentra el sistema ecológico de la lengua, como ejemplo dice que basta escuchar a cronistas de futbol o los disparates de los comunicadores de la radio y la televisión.

“En eso hay más que analfabetismo, porque como se ocupan de mentir, y lo saben, les genera contradicciones. Es una amenaza que tiene que ver también con el discurso perverso predominante del que habla George Orwell en 1984, cuando se refiere a la neolengua como el medio para empequeñecer la lengua anterior e imponer en su lugar el discurso autoritario y brutal”, sostiene.

“Lo que hacen los poetas es, precisamente, pelear contra esa degradación, pero hay que tener cuidado de no ponerse a inventar demasiado, porque una cosa es la creatividad y otra la invención por la invención, la lucha por lo nuevo, lo novedoso.

“Pero, ¿qué significa la lucha por la novedad? Yo, por ejemplo, busco lo nuevo en mí, no fuera; porque es muy difícil inventar el agua tibia, lo mismo que el arroz con leche. Lo único que podemos es mejorar o perfeccionar, modificar si acaso. Eso lo debemos tener siempre en mente.”

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.