Usted está aquí: lunes 8 de septiembre de 2008 Política Cárteles mexicanos amplían redes; ahora trafican precursores con argentinos

■ Buenos Aires-ciudad de México, nueva ruta para introducir efedrina y seudoefedrina

Cárteles mexicanos amplían redes; ahora trafican precursores con argentinos

Alfredo Méndez

Ampliar la imagen Según reportes, el decomiso de 206 millones de dólares al empresario Zhenli Ye Gon y, con ello, el debilitamiento de sus empresas fue aprovechado por algunas farmacéuticas de Argentina para pactar con capos mexicanos Según reportes, el decomiso de 206 millones de dólares al empresario Zhenli Ye Gon y, con ello, el debilitamiento de sus empresas fue aprovechado por algunas farmacéuticas de Argentina para pactar con capos mexicanos Foto: PGR

Los pasos del mexicano de origen chino Zhenli Ye Gon, comerciante avecindado hace una década en México que fue pionero en el tráfico de efedrina y seudoefedrina en el país, fueron emulados por empresarios farmacéuticos de Argentina, donde la distribución de esas sustancias químicas no está restringida penalmente.

Al menos desde finales de 2006, operadores argentinos de algunas farmacéuticas lograron cerrar acuerdos con grupos de narcotraficantes mexicanos que compran efedrina y seudoefedrina para elaborar en laboratorios clandestinos diversas drogas sintéticas, como metanfetaminas.

La efedrina cuesta en Argentina 6 mil 500 dólares el kilogramo y en México el doble, según reportes que autoridades del país sudamericano han proporcionado a medios de información argentinos.

Un expediente judicial abierto en 2007, luego de que cinco tijuanenses fueron detenidos en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) en posesión, cada uno, de 25 paquetes de efedrina, revela cuál es una de las nuevas rutas de tráfico ilegal de esa sustancia química: Buenos Aires, Argentina, Distrito Federal, y de ahí a ciudades fronterizas como Tijuana, Reynosa o Ciudad Juárez.

Al parecer desde finales de 2006, cuando las empresas fachadas de Zhenli Ye Gon se vieron afectadas tras el inusitado decomiso de 206 millones de dólares en una casa del empresario ubicada en la capital mexicana, diversas farmacéuticas argentinas aprovecharon esa coyuntura como nueva oportunidad de hacer dinero ilícito.

En las constancias de la averiguación previa PGR/DDF/SZC/ AICM/2428/2007-10 se refiere que industriales argentinos han ideado diversas vías para transportar cargamentos de efedrina y seudoefedrina a México.

Ya en el país las sustancias se distribuyen entre los grupos criminales mexicanos, principalmente del cártel de Sinaloa, en diversas ciudades fronterizas del norte.

Para ello los traficantes argentinos se valen de burreros (personas que introducen la mercancía), quienes de Buenos Aires vuelan al Distrito Federal y de ahí se trasladan en autobús a ciudades fronterizas, como Tijuana o Ciudad Juárez.

A finales del año pasado autoridades mexicanas, de manera casual, se dieron cuenta de esa nueva ruta de tráfico ilegal de efedrina.

Cinco hombres, identificados como Miguel Humberto Flores Rodríguez, Miguel Ángel Rodríguez Viveros, Juan Carlos Miranda Peña, Isquian Israel Ruiz Ontiveros y Carlos Elguezabal Flores, fueron detenidos el 24 de octubre de 2007 en el AICM.

Ese día la Procuraduría General de la República decomisó 22 kilos 596 gramos de efedrina y arrestó a las cinco personas que la traían en su equipaje, procedentes de Buenos Aires.

La incautación se hizo luego de revisar el equipaje de los pasajeros del vuelo 1692 de la aerolínea Mexicana de Aviación.

En el filtro de revisión número siete, para vuelos de Centro, Sudamérica y el Caribe, fueron detenidos los tijuanenses, ya que pretendían abandonar las instalaciones sin su equipaje, que contenía botes con la sustancia ilícita.

Los burreros abandonaron sus maletas, pues se atemorizaron ante la vigilancia policiaca, pero los federales se dieron cuenta del abandono y procedieron a detenerlos.

Un argentino, el enganche

En sus declaraciones, los tijuanenses aseguraron que fueron engañados por un argentino llamado Antonio Tarzia, a quien conocieron en un bar de la Plaza del Zapato, de Tijuana.

Ese hombre los invitó a Argentina a finales de 2007. Los mexicanos viajaron a ese país, donde pasearon, comieron, hubo diversión y cuando regresaron a México, cada uno con 25 latas de lo que creyeron eran suplementos alimenticios pero en realidad era efedrina, fueron detenidos.

Antonio Tarzia había convencido a los mexicanos de que entregaran los paquetes en Tijuana a Jesús Martínez Espinoza, identificado por autoridades argentinas como líder de la célula del narco responsable del triple homicidio.

El pasado 13 de agosto se reportó un triple crimen de jóvenes empresarios que fueron hallados, fusilados, en un descampado de la localidad General Rodríguez, provincia de Buenos Aires. Se trata de los asesinatos de Sebastián Forza (34 años), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35).

Aunado a este triple asesinato, el 29 de agosto pasado la policía argentina descubrió en un depósito de la localidad General Rodríguez cinco tambores con “sustancias tipo resina cristalina”, presuntamente metanfetaminas.

El depósito resultó estar alquilado por Manuel Poggi, director de desarrollo industrial de ese municipio, quien renunció dos días antes del allanamiento y se dio a la fuga.

 
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