Usted está aquí: martes 9 de septiembre de 2008 Ciencias Cuatro interrogantes

Cuatro interrogantes

Afp

París, 9 de septiembre. El Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), que será inaugurado cerca de Ginebra por la Organización Europea para la Investigación Nuclear (OEIN), está llamado a responder a preguntas determinantes que traen de cabeza desde hace décadas al mundo de la física de las partícula. Una de ellas tiene que ver con hallar el bosón de Higgs, una partícula inestable calificada de “divina”, puesto que muchos investigadores la han estudiado sin haber demostrado su existencia, la cual lleva el nombre del físico británico Peter Higgs, quien la descubrió por deducción en 1964. Confirmar su existencia por medio de la experiencia representaría la última pieza del rompecabezas llamado Modelo estándar, que resume los conocimientos actuales de la física de las partículas.

Fermilab, un rival

El bosón de Higgs permitiría explicar el origen de la masa y por qué algunas partículas están curiosamente desprovistas de ella. En este desafío, la OEIN rivaliza con el laboratorio estadunidense Fermilab, con sede en Chicago, que utiliza el Tevatron, un acelerador que se desactivará progresivamente a partir de 2010. El Fermilab participa también en el experimento del LHC.

Asimismo, explorará la supersimetría, un concepto que permite explicar uno de los hallazgos más sorprendentes de los años recientes, esto es, que la materia visible sólo representa 4 por ciento del universo. La materia negra (23 por ciento) y la energía oscura (74 por ciento) se reparten el resto. Una explicación sería que la materia negra está compuesta de partículas supersimétricas llamadas neutralinos.

Otra de las respuestas la obtendrá al estudiar el misterio de la materia y la antimateria. Cuando la energía se transforma en materia, produce un par de partículas, así como su reflejo, una antipartícula de carga eléctrica opuesta. Cuando una partícula y su antipartícula colisionan, se aniquilan mutuamente por medio de un pequeño estallido de energía. La lógica haría pensar que la materia y la antimateria existen en el universo a partes iguales, pero la realidad es que la segunda es muy inhabitual.

También busca recrear las condiciones que prevalecieron en el universo en las milésimas de segundo que sucedieron inmediatamente al Big Bang. La materia existía entonces bajo la forma de una especie de sopa densa y caliente llamada plasma quarks-gluones. Al enfriarse, los quarks se aglutinaron en protones y neutrones, así como en otras partículas compuestas. Colisionándolos, el LCH hará pedazos iones pesados que, aunque en condiciones extremas bajo los cero grados, generarán brevemente temperaturas 100 mil veces más elevadas que las que se registran en el centro del Sol. Estas colisiones liberarán entonces los quarks. Los investigadores podrán, por tanto, observar cómo éstos forman la materia.

 
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