Usted está aquí: martes 9 de septiembre de 2008 Mundo Afecta huracán fiesta de la Virgen de la Caridad

■ La Habana está en “alarma ciclónica”

Afecta huracán fiesta de la Virgen de la Caridad

■ Posponen procesión y suspenden misas

Gerardo Arreola (Corresponsal)

Ampliar la imagen En Camagüey, Cuba, un residente ingresa a su casa, devastada por las lluvias del huracán Ike, con la intención de recuperar algunas pertenencias En Camagüey, Cuba, un residente ingresa a su casa, devastada por las lluvias del huracán Ike, con la intención de recuperar algunas pertenencias Foto: Ap

La Habana, 8 de septiembre. A las dos de la tarde las campanas de la iglesia de la Virgen de la Caridad del Cobre repican a todo vapor. Anuncian la última misa de este día, el de la fiesta de la divinidad católica más venerada en Cuba. La capital del país entró en “alarma ciclónica” y pasado el mediodía todo apunta al repliegue masivo.

La Caridad del Cobre es reconocida como la Patrona de Cuba y para muchos cubanos, católicos o no, su imagen es un símbolo nacional. La bandera y el escudo cubanos custodian la estatua de la virgen en el templo de Centro Habana, un muy poblado sector de la traza antigua de la ciudad.

El cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, explica a los fieles que por la “alarma ciclónica” se ha pospuesto la tradicional procesión callejera en honor de la Caridad y que se hará cuando haya pasado el huracán Ike. Además, se cancelan las misas de la tarde y noche.

Ortega cuenta en el púlpito de su visita a la Isla de la Juventud, que quedó aniquilada por el huracán Gustav la semana pasada; habla de la fe religiosa que encontró en algunos damnificados y dice que los pescadores de Batabanó que sobrevivieron a un naufragio durante el paso de ese ciclón, pidieron que se hiciera una misa de acción de gracias.

El templo se llena a reventar cada año en esta fiesta, pero ahora sólo están ocupadas las bancas. Apenas unos 300 fieles asisten a la misa y dejan sus flores y veladoras. Muchos llevan grandes ramos de girasoles y ropa amarilla. Es el color de la imagen, pero también el de Ochún, la divinidad de la creencia yoruba o santería, que en la cultura mestiza se sincretiza con la Virgen de la Caridad.

Según la tradición, la Virgen de la Caridad se apareció a unos pescadores azotados en alta mar por una tormenta; Ochún es el orisha de los ríos. El día anterior fue la fiesta de la Virgen de Regla, Yemayá en la santería, regente de los mares. Todas las devociones llevan hoy al gobierno de las aguas.

En la calle la gente va de prisa con sus últimas compras en la mano. A dos cuadras de la parroquia, el barrio chino está desierto. A media tarde las tiendas y los restaurantes están cerrando. Una calle de abundante comercio como Neptuno, de tránsito nutrido y lento, de ríos de gente en las aceras, está despejada. La ventisca arrecia y la ciudad empieza a despoblarse.

Por la noche un aguacero anuncia la cercanía de Ike. Al parecer el centro del huracán no pasará sobre la capital, pero la ciudad podría ser batida por el mortífero flanco derecho, al final del martes.

 
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