Usted está aquí: jueves 11 de septiembre de 2008 Cultura A escena, “la búsqueda de la divinidad y de la inocencia”

■ Mauricio Jiménez estrena su versión de la novela Otra vuelta de tuerca, de Henry James

A escena, “la búsqueda de la divinidad y de la inocencia”

■ En la obra se infiere cierta posesión, pero no se está frente a la estupidez de lo diabólico, explica el director

■ El montaje se basa en la adaptación teatral escrita por Jeffrey Hatcher

Carlos Paul

Ampliar la imagen Los actores Tomás Rojas y Diana Fidelia durante un ensayo de la puesta en escena que se presentará en el teatro Santa Catarina, en Coyoacán Los actores Tomás Rojas y Diana Fidelia durante un ensayo de la puesta en escena que se presentará en el teatro Santa Catarina, en Coyoacán Foto: Luis Humberto González

Considerada por su estructura literaria y por el tratamiento de los procesos mentales de sus personajes como precursora del llamado “monólogo interior”, anticipándose a autores como James Joyce o William Faulkner, la célebre novela Otra vuelta de tuerca (1898), del narrador y dramaturgo Henry James, es montada por el creador escénico Mauricio Jiménez.

La novela del autor estadunidense ha sido catalogada de diversas maneras, desde ser un cuento de fantasmas con niños, hasta un relato de terror sicológico o fantástico.

Sin embargo, lo que la distingue es su ambigüedad y complejidad, tanto de fondo como de forma, pues “lo que parece evidente no lo es, y lo que resulta inconcebible y perturbador puede ser más cierto que lo estrictamente razonable”.

En 1872, en su libro El punto de vista, Henry James argumentaba que “el narrador no sólo es el sujeto, sino también el objeto de la narración”.

Visiones para creer

En el caso de Otra vuelta de tuerca el relato está estructurado de tal manera que el lector puede creer “las visiones” de la protagonista, única versión de los hechos, quien conforme transcurre la historia pasa “de víctima perseguida a verdugo involuntario”.

Las acciones giran en torno a una –en apariencia– sencilla anécdota: ambientada en la época victoriana, una joven institutriz se convierte en preceptora de dos encantadores hermanos, una niña de unos ocho años y un niño de 10, cuyas actitudes son “infantiles por su ingenuidad y adultas por su intensidad”.

El tío de los pequeños ha exigido como único requisito para aceptarla como educadora de sus sobrinos, nunca ser molestado bajo ninguna circunstancia.

La casa al parecer no sólo está habitada por los niños, la institutriz y la ama de llaves. El recuerdo vivo o los espíritus de la anterior preceptora (muerta en extrañas circunstancias) y la desaparición de un antiguo criado conviven allí. Pareja de cuya pasión carnal y palabras viles y aterradoras llegaron a ser testigos los pequeños.

Las vicisitudes de la nueva institutriz son el centro de la perturbadora historia, escrita por Henry James.

Lo que en principio parece un cometido agradable derivará en una situación de latente angustia, una pesadilla.

El montaje se basa en la adaptación al teatro escrita por Jeffrey Hatcher, cuya traducción estuvo a cargo de Federico Campbell.

Por atrapar al espectador

Para Mauricio Jiménez, director de la puesta, en la obra “hay una búsqueda de la divinidad, de la salvación, de la inocencia, al tiempo que se adentra en los miedos de las personas.

“Aunque se infiere una cierta posesión, en este caso no se está frente a la estupidez de lo diabólico o demoniaco, al estilo de vomitar sopa de haba y girar la cabeza.

“La maldad –prosigue Jiménez– está en otra parte. Está en la perversión del silencio, de no decir la verdad, del ocultamiento, en no decirnos de lo que somos víctimas. No hablar sobre los anhelos de estar o ser felices.”

El reto, concluye el creador escénico, “es que el trabajo actoral atrape al espectador para que éste se vea encantado con lo que se está diciendo”.

Con las actuaciones de Diana Fidelia y Tomás Rojas, escenografía e iluminación de Fernando Flores, vestuario de época de Cristina Sauza y música de Leopoldo Nava, la versión de Otra vuelta de tuerca se estrenará este viernes a las 20 horas en el Teatro Santa Catarina (Plaza de Santa Catarina 10, Coyoacán).

Las funciones subsiguientes serán jueves y viernes, a las 20 horas, sábados, 19 horas y domingos a las 18 horas.

 
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