Usted está aquí: viernes 12 de septiembre de 2008 Sociedad y Justicia Adame ofreció las cabezas de dos funcionarios, pero nada de la alianza

■ Maestros de Morelos defienden derecho de sangre a heredar plazas

Adame ofreció las cabezas de dos funcionarios, pero nada de la alianza

Arturo Cano

Ampliar la imagen Maestros de Morelos se apostaron ayer en la calle Arquímedes mientras en Los Pinos decidían a cuántos de ellos recibirían para que expusieran sus demandas Maestros de Morelos se apostaron ayer en la calle Arquímedes mientras en Los Pinos decidían a cuántos de ellos recibirían para que expusieran sus demandas Foto: José Carlo González

“No podemos darnos el lujo de regresar sin nada”. En Polanco, muy lejos de Zacatepec, donde es directora de una escuela primaria, habla la maestra María Elena Zagal. La comisión de seis maestros de Morelos y cuatro de otras entidades acaba de ser recibida en Los Pinos. La noche anterior, el gobernador de Morelos les ofreció las cabezas de dos funcionarios y los salarios caídos.

Desde el martes sabían que Marco Antonio Adame les iba a llamar cuando estuvieran rumbo al Distrito Federal. Les llamó. Una comisión tomó el camino de regreso para reunirse con él, por segunda ocasión después de un mes de paro, marchas y plantón. Les ofreció pagar los salarios caídos y las cabezas de los funcionarios del sector en el estado. Pero de la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), que Adame firmó con Elba Esther Gordillo dos días antes del reinicio de clases, nada.

Los maestros de Morelos vienen y marchan en el Distrito Federal como no lo hacían desde 1981. En ese año, la profesora Zagal ni siquiera había ingresado a la Normal Rural de Amilcingo. Hoy, con 15 años de servicio, es directora de una escuela en Zacatepec. En agosto, la convocaron para tomar un curso. Después, tenía que ser “reproductora”, es decir, transmitir a los demás profesores las bondades del pacto por la educación.

En los primeros días de agosto, los profesores morelenses recibieron la orden de reunirse, al inicio del nuevo ciclo escolar, para recibir unos cursos de capacitación.

María Elena Zagal, como otros directores, fue enviada a una zona que no conocía y donde nadie sabía nada de ella. El 13 de agosto llegó a una escuela a dar el curso, para el cual había sido capacitada. Lo hizo a “regañadientes” porque, según ella, todo el curso iba dirigido “a que los maestros aceptáramos que somos los responsables de la mala calidad de la enseñanza”.

Los directivos capacitados fueron enviados a la guerra con las siguientes armas: un USB con los documentos de la ACE, un disco compacto que contenía una conferencia de José Woldenberg sobre la democracia y otra de Josefina Vázquez Mota sobre los “valores” y la “equidad”.

La maestra Zagal relata todo esto sentada en la banqueta, a unos pasos de Chivatito, en el lugar donde habitualmente se dispone el cuerpo de granaderos para impedir el paso de manifestante a Los Pinos

Ella, con otros nueve asesores, llegó a una zona distinta a su lugar de trabajo. “No nos dieron ni un plumón, ni una hoja de papel”. Para acabarla, en cuatro de los 10 salones no había los recursos de Enciclomedia, necesarios para la capacitación.

En Jojutla, siete de 10 capacitadores no llegaron a uno de los centros. Los profesores se impacientaron mientras leían los documentos de la ACE. Se salieron Decidieron ir a otros centros de trabajo. Llegaron al lugar donde estaba la profesora Zagal. Era el 13 de agosto. Se oyó un megáfono. A la una de la tarde, el curso que duraría tres días terminó. El 14, una marcha de 10 mil maestros acabó con los cursos de capacitación. Al día siguiente fueron 18 de los 25 mil mentores de la entidad.

“Elba Esther Gordillo se atreve a denigrar al magisterio diciendo, por ejemplo, que hay maestras que pagan con cuerpo. ¿Hay maestros que venden sus plazas? Sí, pero ese no es el problema, sino que los líderes como ella no quieren que los profesores dispongan de sus plazas, sino venderlas ellos”, concluye la maestra Zagal.

Les ofrecen $80 mil

Altagracia Cabrera Barrientos se iba a jubilar este año. Fiel a los usos y costumbres magisteriales, quiere dejarle la plaza a su hijo. ¿Eso es gratuito? ¿Puede ser para cualquiera? No. El hijo de Altagracia, por ejemplo, estudió en la Universidad Pedagógica Nacional y se tituló hace cuatro años. Ella quería dejarle su plaza, y ahora no sabe si podrá.

Como otros profesores, sostiene que les han ofrecido 80 mil pesos si al jubilarse renuncian a ese “derecho de sangre”.

Altagracia, que no puede dejar a su hijo en su lugar, cuenta la historia de varios dirigentes sindicales cuyos parientes ocupan no sólo plazas, sino puestos variados en la estructura educativa.

Todo por una beca

Mientras los maestros de Morelos marchan, los del Distrito Federal padecen sus propias calamidades. Este viernes se vence el plazo para que soliciten y obtengan una beca para sus hijos que cursan la enseñanza básica.

¿Quiere su beca, maestra? Pues venga a solicitarla con el comité que la profesora Gordillo (im)puso en el DF. Y si quiere también le damos hoja verde u hoja roja, para préstamos.

Venga al hotel Holiday Inn de la calzada de Tlalpan, donde despacha el SNTE; ahí le daremos una plática sobre las bondades de la ACE y las becas; lo subiremos a un camión y lo llevaremos a otro hotel, donde le daremos la beca de su hijo o bien, una hoja para préstamo del ISSSTE.

El comité impuesto por Elba Esther Gordillo tiene manga ancha para entregar las becas, pero los maestros son conminados a asistir a pláticas de “convencimiento” y para obtener la ayuda, de 250 pesos mensuales para estudiantes de primaria, deben ir a una reunión “al Fiesta Americana de Reforma”. En congruencia con los gustos de su máxima dirigente, todos los trámites importantes del SNTE en la capital del país, se realizan en hoteles.

 
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