Usted está aquí: sábado 20 de septiembre de 2008 Sociedad y Justicia La deforestación acelera cambio climático en el Nevado de Toluca

■ Ha disminuido la nieve en invierno y el resto del año la temperatura se eleva: expertos

La deforestación acelera cambio climático en el Nevado de Toluca

■ La extracción de piezas prehispánicas de las lagunas, otro factor que influye, dicen indígenas

Angélica Enciso L.

Ampliar la imagen Ceremonia náhuatl-otomí en la laguna de la Luna del Nevado de Toluca Ceremonia náhuatl-otomí en la laguna de la Luna del Nevado de Toluca Foto: Archivo / Carlos Cisneros

En el Nevado de Toluca se han experimentado cambios en el clima en años recientes: ha disminuido la nieve en el invierno y en otros periodos las temperaturas son más cálidas de lo normal. De acuerdo con los científicos, esto es consecuencia del cambio climático global y de la deforestación en el lugar. Según representantes indígenas se debe a que de las lagunas del Sol y de la Luna, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) recientemente ha extraído piezas prehispánicas que se encargaban de “regular las lluvias en el volcán”.

Las lagunas se encuentran en el centro del cráter del volcán, que es la cuarta montaña más alta del país, con 4 mil 578 metros sobre el nivel del mar. Hasta hace unos días se podía llegar al cráter en automóvil, lo cual, de acuerdo con las autoridades del parque nacional, ha sido un factor para su deterioro.

En el camino al cráter del Nevado de Toluca, también llamado Xinantécatl –señor murciélago–, cubierto por la nubes, se puede encontrar ganado que pastorea libremente y restos de basura. La vía lleva primero a la laguna de la Luna, en cuyo espejo se reflejan las paredes del cráter y adquiere tonos aperlados. Más adelante está la del Sol, más grande y a la que constantemente fluye agua desde la cima.

Nieve, en riesgo de desaparecer

De acuerdo con el biólogo Gerardo Carreón, director de ParksWatch México de la organización Naturalia, el cambio del clima en el lugar se debe básicamente a la pérdida de cobertura vegetal, lo cual ha provocado un cambio en la retención de humedad en el ambiente y en los suelos del bosque, función que cumplían los árboles. “Han cambiado los ciclos de lluvia y la infiltración de agua en los mantos acuíferos, debido a la erosión de los suelos por falta de árboles”.

Indica que “se sabe que la temperatura ha aumentado un par de grados en la ciudad de Toluca y sus alrededores en las décadas pasadas, en parte por la falta de cobertura vegetal que hacía la función de amortiguador ante la radiación solar que ahora cae de lleno al suelo. Esto ha causado que las nieves y glaciares permanentes que se veían casi todo el año o gran parte de él, estén a punto de desaparecer o ya no existan en estas montañas”.

Carreón sostiene que gran parte del problema del Nevado de Toluca se debe a la pérdida de cobertura forestal con fines de aprovechamiento maderable, por el cambio de uso de suelo que se observa, con el acelerado crecimiento de las tierras de cultivo como maíz y cebada.

En esto también incide, refiere el experto, el acelerado crecimiento poblacional en la región, que se manifiesta en la invasión de tierras federales con asentamientos dentro de los límites del parque. “Como sabemos, donde existen poblaciones rurales se presentan diversas actividades que incluyen un uso irresponsable de los recursos naturales; así, por ejemplo, a la fecha el Parque Nacional Nevado de Toluca se encuentra sin fauna debido a la cacería ilegal”.

Exploraciones en las lagunas

Para los “guardianes del lugar”, estos cambios que han ocurrido se deben a que de las lagunas se han extraído piezas que fungen como “reguladores atmosféricos por su efecto electrolítico”. Se trata de figuras de Chalchiuhtlicue –diosa del agua– y bastones rayo, señalan Óscar López, del Centro Ceremonial Otomí, y Ehekatl Kuetzalkoatl, de la organización Fuego Nuevo del Sexto Sol.

Detallaron en entrevista que el INAH, el año pasado, hizo exploraciones en las lagunas y que en octubre prevé continuar con sus investigaciones, por lo que pidieron la intervención de las cámaras de diputados local y federal para que las piezas arqueológicas sean devueltas a las lagunas, “ya que de acuerdo con nuestros abuelos esto es lo que ha modificado el clima, que haya dejado de llover y se afecte el hábitat”.

De acuerdo con información del INAH, de 2007, investigadores de la subdirección de Arqueología Subacuática y del Área de Arqueología de Alta Montaña buscaban restos óseos de niños, que eran utilizados para hacer sacrificios. Lo que encontraron fueron diversos objetos prehispánicos como turquesas, cuentas cilíndricas de jadeíta, petalillo, navajillas de obsidiana y siete cetros rayo serpientes.

Reportó que los cetros depositados en el fondo de la laguna de la Luna “son la fuerza para controlar la lluvia”, y representaban la ofrenda principal que resguardan las lagunas del Nevado de Toluca desde la época prehispánica y colonial.

De acuerdo con el INAH, las dos lagunas “conservan en su interior secretos que poco a poco, y a pesar del saqueo desmedido del que han sido objeto, todavía guardan vestigios que por medio de técnicas y metodologías científicas se empiezan a desentrañar”. Respecto a la figura de Tláloc, el INAH reportó que esas piezas no han aparecido.

Reportó que en la segunda temporada del proyecto en el volcán se utilizará un sonar, con el objetivo de no remover el sedimento de la laguna de la Luna y localizar piezas completas de cerámica y lítica, lo que hasta ahora no ha ocurrido.

El pasado 30 de julio, en la sede del Consejo Estatal para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas se realizó una reunión entre funcionarios del INAH y la delegación de Semarnat con representantes de los “calpullis”. Óscar López explicó que entre los representantes del INAH estaban el arqueólogo Arturo Montero y Pilar Luna, subdirectora de Arqueología Acuática. En ese encuentro, dijo, coincidieron en que era necesario cerrar el paso del Nevado al ganado, y recuperar ambientalmente el volcán y les presentaron videos sobre las exploraciones que han realizado.

Sin embargo, dijo Óscar López, no recibieron respuesta acerca de quién autorizó la investigación y para qué harán una nueva exploración. Pidieron que se entreguen credenciales a los representantes indígenas para que tengan acceso al cráter con el fin de hacer sus ceremonias, ya que normalmente se les prohíbe el paso, al igual que ocurre en los museos y recientemente le pasó a una de sus compañeras en el Templo Mayor en la ciudad de México.

 
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