Usted está aquí: lunes 22 de septiembre de 2008 Sociedad y Justicia Auguran conflictos sociales en el noreste por los recursos naturales

■ Expertos: el desmedido crecimiento turístico provoca deficiencia de servicios

Auguran conflictos sociales en el noreste por los recursos naturales

■ En una región donde llueve una semana al año se construyen complejos con campos de golf

Angélica Enciso L.

Ampliar la imagen El Cemda asegura que los desarrollos turísticos han destruido manglares en Baja California Sur El Cemda asegura que los desarrollos turísticos han destruido manglares en Baja California Sur Foto: Fots Archivo La Jornada

El Baja California Sur, donde hay una situación de estrés hídrico y llueve una semana al año, el auge de planes turísticos sobre todo en La Paz y Los Cabos ha provocado incremento poblacional, mayor demanda de agua y que los recursos naturales estén en riesgo: el modelo de turismo que se presenta en todo el noroeste mexicano no cumple con los criterios de desarrollo sustentable de la Organización Mundial de Turismo.

De acuerdo con expertos, en Baja California Sur pese a ser la entidad menos poblada del país, ha dado un alto crecimiento turístico, aumenta el número de estadunidenses que llegan a residir en forma definitiva y hay deficiencia de servicios. También se da una gran polarización entre los sectores de altos ingresos y los residentes locales, explica María Luisa Cabral, investigadora de la Universidad de Baja California Sur.

La especialista indica que en 2003, Los Cabos fue visitada por un millón 300 mil personas, mientras que un año antes fueron un millón 100 mil personas, contra una población local de alrededor de 164 mil residentes. En todo el estado se estima en alrededor de 502 mil los pobladores; en La Paz se encuentra la mayoría, cerca de 230 mil personas.

Tan sólo entre Los Cabos y Puerto Peñasco, Sonora, se presenta el crecimiento poblacional más alto del país con 9 por ciento al año, señala en un estudio la Alianza para la Sustentabilidad del Noroeste Costero (Alcosta). La alta tasa de migración y la competencia por los recursos naturales entre distintos sectores sociales son el augurio de graves conflictos en las comunidades costeras del Golfo de California, advierte.

Desarrollo turístico

En un estudio que realizó en 26 localidades de Baja California, Baja California Sur, Nayarit, Sinaloa y Sonora, la organización detectó que en siete de ellas hay “un potencial alto de conflicto social”, debido a los problemas entre el desarrollo turístico y pesquero. Advierte que el acceso, la disponibilidad y el uso de agua dulce es por lo que se presentan los roces más fuertes en la región, que es predominantemente desértica. Refiere que 54 por ciento de las comunidades tienen abasto insuficiente de agua potable y 94 por ciento carecen de plantas de tratamiento de aguas residuales.

El estudio señala que el modelo de desarrollo turístico costero en el noroeste mexicano no cumple los criterios de sustentabilidad de la Organización Mundial de Turismo, de los que México es signatario, ya que esta “aislado de la realidad local sin plantear mecanismos claros de beneficio a la población”.

El Golfo de California es una región rica en biodiversidad: es conocida como el acuario del mundo. Ahí reside, entre otras especies, la vaquita marina que es endémica de México y está en riesgo de extinción. También se localizan áreas naturales protegidas como el parque nacional Bahía de Loreto, las islas del Golfo de California y el parque nacional Cabo Pulmo.

La inversión turística prevista en Baja California Sur es millonaria. De acuerdo con datos del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), en 11 proyectos turísticos en puerta se invertirán 13 mil 800 millones de dólares. Se trata de Loreto Paraíso, en 2 mil 700 hectáreas y con 7 mil cuartos de hotel; en La Paz están planeados Costa Baja, que en mil hectáreas tendrá 700 casas, hotel, marina y campo de golf; Azul Cortés, también con campo de golf, y Paraíso del Mar con mil cuartos de hotel, villas y campo de golf. Otros planes en la región son Cabo Cortés, Cabo Pacífica, La Ribera, Puerto Los Cabos, Vista Serena, Chileno Bay y Hacienda.

Los complejos deben establecer plantas desaladoras –las cuales carecen de regulación y generan desechos tóxicos como la salmuera que termina en el mar– y de tratamiento de aguas residuales. En una zona donde hay tan poca agua, cada desarrollo construye su campo de golf, el cual utiliza al año el líquido equivalente al consumo de 12 mil habitantes en el mismo periodo. En todo el noroeste hay 21 campos de golf y actualmente se tiene considerado construir 24 campos más.

La migración, otro problema

“El crecimiento de los desarrollos turísticos trae como consecuencia muchos problemas sociales, migración y asentamiento de migrantes en colonias marginales que aparecen con una rapidez impresionante y que alcanzan a tener en un periodo de tres meses hasta 3 mil habitantes en casas improvisadas, sin ningún tipo de servicios y que de inmediato empiezan a solicitar agua, luz, escuelas”, indica María Luisa Cabral, en el texto La migración estadunidense en Baja California Sur.

Refiere que en 2000, el municipio de Los Cabos tenía una población de 105 mil personas con una tasa promedio de crecimiento anual de 9.2 por ciento, mientras que en ese periodo La Paz creció en 2.1 por ciento, pero en 2005 el número de habitantes era ya de 164 mil. La situación social es tan contrastante que en Los Cabos están algunos de los hoteles más lujosos del mundo y las colonias más pobres, sin servicios básicos.

Precisa que gran parte del crecimiento poblacional se debe a la presencia de estadunidenses, que residen ahí de manera temporal o permanente, así como por la migración intraestatal y la proveniente de otras entidades que llegan “al sur de la península atraídos por el crecimiento económico propiciado por los desarrollos turísticos”.

En La Paz, Paraíso del Mar es el desarrollo más controvertido por ubicarse en una barra arenosa, el Mogote, frente al malecón de la ciudad. En esa área se encuentran desde delfines hasta el tiburón ballena, especie que no fue considerada en la manifestación de impacto ambiental, indica Pablo Uribe, del Cemda.

Además los desarrolladores compraron al gobierno estatal el metro cuadrado en 10 pesos para construir casas que venden en alrededor de 400 mil dólares.

Los edificios son ahora la vista que tienen los paceños cuando buscan ver el mar infinito. Las obras llevan un avance del 70 por ciento y se construyen mil 50 cuartos de hotel y un campo de golf, además de que se comercializan mil lotes. La inversión de la empresa Desarrollos Punta La Paz es de 733 mil dólares.

El Cemda y otras organizaciones han presentado acciones legales en contra del proyecto debido a que violó la legislación ambiental al haber destruido una hectárea de manglar en el Mogote, el cual es hábitat de 14 aves migratorias, aseguró Uribe. La autorización de impacto ambiental del proyecto contravino la norma técnica 022 de manglares, ya que el plan fue autorizado un mes antes de que en 2003 esa regulación fuera modificada. La norma original prohibía la destrucción del manglar.

 
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