Usted está aquí: martes 23 de septiembre de 2008 Economist Intelligence Unit

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Los embates del crimen organizado han obligado a reuniones urgentes del gabinete de seguridad, encabezado por el presidente Felipe Calderón

El hampa tiene en jaque a Calderón

La crisis de seguridad gravita pesadamente sobre el gobierno de Felipe Calderón. La incidencia de crímenes y muertes violentas continúa elevándose y por toda la nación se reclaman acciones gubernamentales más eficaces. Las autoridades reconocen que, más allá del impacto social, la inseguridad y la violencia tienen un costo económico. Desde el punto de vista político, la ola delictiva es también perjudicial: podría costarle muy caro al partido gobernante en las elecciones intermedias de 2009.

 

Caos en la frontera norte

 
Los asesinatos en el país no cesan, sino que se han incrementado

Democracia en apuros

El cabestrillo con que Felipe Calderón se sujeta el brazo después de un accidente de ciclismo, a finales del mes pasado, es una metáfora de su gobierno. Asediado por la violencia criminal y una economía a la baja, Calderón parece cada vez menos capaz de imponerse, resguardado tras sus lugartenientes de confianza. Hace dos años desafió el caos en el Congreso y las calles de la capital para asistir a su toma de posesión luego de una cuestionada victoria sobre Andrés Manuel López Obrador. Ahora, el futuro de la reforma energética que propone es incierto, mientras el revigorizado...