Usted está aquí: martes 23 de septiembre de 2008 Mundo Muere el obispo González Cruchaga, detractor de la dictadura de Pinochet

■ Fue un defensor de los derechos humanos, destaca el gobierno chileno

Muere el obispo González Cruchaga, detractor de la dictadura de Pinochet

Enrique Gutiérrez (Corresponsal)

Santiago, 22 de septiembre. Uno de los principales detractores de la dictadura de Augusto Pinochet que gobernó Chile entre 1973 y 1990, el obispo Carlos González Cruchaga, murió de cáncer hepático, a los 87 años, la noche del domingo en su casa del pequeño pueblo de Lircay, al sur de Santiago.

Diversas autoridades y dirigentes políticos manifestaron hoy su pesar por el deceso de González Cruchaga, e incluso desde las esferas militares, blanco de sus cartas pastorales a finales de la dictadura, hubo manifestaciones de condolencias por la muerte del obispo emérito de Talca. El coronel Marcelo Pooley Liscombe, comandante del Regimiento de Infantería de Talca, lamentó el “fallecimiento del reconocido religioso”.

El gobierno de la presidenta Michelle Bachelet destacó la labor del prelado como “muy importante en cuanto a la defensa de los derechos humanos, y en las elecciones libres”. Recordó que la autoridad eclesiástica “organizó a la gente e infundió la mística que había que tener para vencer en un proceso tan delicado como fue el plebiscito de 1988; por eso fue muy reconocido por todo el mundo democrático del país”.

Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, mencionó que cuando González Cruchaga encabezó la Conferencia Episcopal, sus documentos eran ansiosamente esperados por los familiares, pues “esos informes significaban un aporte a la verdad y una denuncia de lo que estaba pasando en Chile”.

Para el senador Jaime Naranjo, del Partido Socialista, el obispo siempre dijo las cosas por su nombre y contribuyó así al conocimiento de la verdad y a la justicia. “Sin lugar a dudas muchos chilenos hoy le deben la vida a su defensa sin límites de estos derechos”.

En otro orden, la justicia chilena condenó este lunes en primera instancia a siete años de cárcel a Manuel Contreras, ex jefe de la policía secreta de la dictadura, por su papel en la desaparición del sacerdote espalol Antonio Llidó.

 
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