Usted está aquí: miércoles 24 de septiembre de 2008 Ciencias Escasa inversión en ciencia frena el desarrollo social y económico

■ En la sociedad del conocimiento es urgente que México “no copie” modelos: académicos

Escasa inversión en ciencia frena el desarrollo social y económico

■ En Brasil, la IP participa con 60% de los 11 mil millones de dólares destinados a innovación

Emir Olivares Alonso

La falta de desarrollo económico, social y científico de México tiene que ver con la escasa inversión en materia de ciencia y tecnología y la falta de un proyecto nacional que impulse la innovación, consideraron expertos nacionales e internacionales durante la segunda jornada de la Semana de Ciencia, Tecnología e Innovación.

En el contexto de esta actividad, organizada por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como por la organización internacional Global Network For Economics of Learning, Innvation and Competente Bulding Systems (Globelics), los expertos señalaron que países con desarrollo económico similar al mexicano dedican más recursos públicos a esos rubros.

Roberto Sbragra, investigador de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, subrayó que mientras en su país el gobierno destina más de uno por ciento del producto interno bruto (PIB) y el sector productivo participa con 60 por ciento de los 11 mil millones de dólares de inversión total a ciencia y tecnología, en México la participación industrial es mínima y la inversión gubernamental es menor a 0.4 por ciento del PIB.

El académico brasileño aseguró que otra de las razones por las que Brasil “está un poco más avanzando” que México es porque “tenemos una industria más fuerte y hasta equiparable a la de países desarrollados. Contamos con más de un millón de empresas en varios sectores, somos fuertes en áreas como la metalurgia, hierro, acero, agricultura, química y otras”.

Sin embargo, aclaró que su nación aún no está a nivel de los países desarrollados, aunque ya se inició una serie de cambios para alcanzar mayores niveles de desarrollo, como generar estabilidad económica, marcos regulatorios para el avance de ciencia, tecnología e innovación, así como para regular la política fiscal.

Sbraga refirió que en el mundo existen tres tipos de naciones: un primer grupo donde ubicó a los países que generan innovaciones y transformaciones tecnológicas a partir de la ciencia, entre los que están Canadá, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos, entre otros; el segundo en el que hay países poderosos que han implementado esos procesos de innovación, como Italia; y los del tercer bloque, donde se ubican la mayoría de los países de América Latina, donde la innovación no figura como una política de Estado, por lo que es incipiente, sino es que prácticamente nula.

Consideró que otra desventaja de México con respecto a Brasil es que nuestro país “está atorado” en un comercio bilateral con Estados Unidos, mientras que la nación sudamericana “cuenta con una serie de empresas innovadoras en todo el mundo, con las que compite con China, India, países europeos, Canadá, Japón y Estados Unidos”.

Por su parte, Rodrigo Quintero, director de la División de Ciencias Naturales de la UAM Cuajimalpa, que por más de 30 años ha impulsado proyectos para vincular el trabajo entre científicos y sector productivo, señaló que mientras el país no cambie su orientación económica “nos iremos quedando cada vez más retrasados con respecto a los países que sí lo están haciendo”.

Indicó que en la sociedad del conocimiento es urgente que México genere su propio modelo, “y que no lo copie”, para el impulso de una mayor relación entre los sectores académico y de investigación con el productivo, lo que redundaría en un mayor desarrollo para el país.

Una de las primeras acciones, dijo, es transformar la forma en cómo se evalúa a los científicos mexicanos, ya que “mientras se les califique y premie por la cantidad de publicaciones internacionales seguirán haciendo eso”.

Subrayó que si bien una mayor  inversión y las modificaciones legales serían un impulso a la innovación, es respo- nsabilidad de gobierno, investigadores e industria crear estrategias para generarla; aunque esto también dependerá de otros factores como la generación y aplicación de patentes y el contexto económico.

En tanto, Javier Jasso, uno de los coordinadores de esta actividad e investigador de la UNAM, indicó que en comparación con otros países, en México “estamos muy lejos” para alcanzar la innovación que redunde en beneficios para la sociedad, debido a que durante los gobiernos panistas la inversión en la materia ha decrecido.

Ante la actual coyuntura de inseguridad que padece el país, el universitario agregó que la violencia está relacionada al grado de desarrollo sustentable del país, por lo cual el apoyo a ciencia, educación y tecnología es fundamental, y con ello “se podría combatirla”.

 
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