Usted está aquí: viernes 26 de septiembre de 2008 Política La gripe económica de EU no será pulmonía en México: Calderón

■ Bush dijo la víspera que la crisis pone en peligro a todo su país

La gripe económica de EU no será pulmonía en México: Calderón

■ Llama al Congreso mexicano a decidir ya sobre la reforma petrolera

Claudia Herrera Beltrán (Enviada)

Nueva York, 25 de septiembre. El presidente Felipe Calderón aseguró que una gripe económica en Estados Unidos no provocará pulmonía en México, y urgió al Congreso mexicano a decidir sobre la reforma petrolera, bajo la advertencia de que eso definirá un futuro mejor o peor para el país.

Un día después de que el presidente George W. Bush planteara que la economía estadunidense “entera está en peligro”, el michoacano reconoció que si bien México está sufriendo los impactos de esta situación, e incluso habrá que modificar las estimaciones de crecimiento económico, hoy la economía es más capaz de enfrentar situaciones difíciles.

Durante su último día en Nueva York, Calderón almorzó con empresarios del Economic Club, cuyo vicepresidente, Robert D. Hormats, definió al presidente mexicano como un “campeón de muchas reformas” y elogió su “enorme valor” para lidiar con el problema del narcotráfico.

En el hotel Waldorf Astoria, reunido con varias decenas de empresarios de esta ciudad, el mandatario hizo una amplia exposición en inglés sobre la situación económica del país, en medio de las turbulencias que vive el centro financiero del mundo.

Celebró que, a diferencia del pasado, el sistema financiero de México “está fuerte, bien capitalizado y contribuyendo al sistema económico”, lo que le ha impedido contagiarse de la crisis económica internacional.

Esta fortaleza se basa, según Calderón, en que México tiene la tasa de inflación más baja de América Latina, no depende tanto del intercambio comercial con Estados Unidos y sus reservas internacionales han llegado a casi 82 mil millones de dólares, el doble de la deuda externa del gobierno federal, y que solamente representa 5 por ciento del producto interno bruto (PIB).

Tras enunciar esas ventajas, señaló: “En general se dice que cuando a Estados Unidos le da la gripe, en México a la gente le da pulmonía, pero éste no es el caso hoy en día. Ahora estamos sufriendo naturalmente los impactos de la situación aquí, pero los datos nos demuestran que México es mucho más capaz de superar esta situación difícil”.

Barbara Hackman, secretaria de Economía en el gobierno de George Bush padre, insistió en preguntar a Calderón sobre los efectos de la crisis estadunidense en la economía mexicana.

El Presidente se mostró confiado en que Estados Unidos tendrá valor, sabiduría y la voluntad de resolver “tan terrible” problema, y dijo que nuestro país está mejor preparado para resistir esta situación.

Como ha hecho a lo largo de su gira, el mandatario defendió el Tratado de Libre Comercio, porque es estupendo. “Yo creo en el mercado”, expresó en respuesta a otra pregunta. 

La reforma petrolera fue otro punto en el que los hombres de negocios mostraron interés, como hizo ver Hackman cuando reconoció “el gran valor” del Ejecutivo mexicano y le preguntó cómo iba a sacar adelante estos cambios.

Calderón respondió que Petróleos Mexicanos (Pemex) representa un punto muy delicado. “Probablemente ningún presidente antes que yo presentó una iniciativa en este campo, porque en términos políticos es como un pecado capital hablar de eso, inclusive solamente hablar”.

Hoy, explicó, el Congreso celebra un “debate largo y tendido” sobre estos cambios. Y si bien declaró tener gran respeto para el Legislativo, porque fue diputado y calificó esa etapa de su vida como agradable, pidió a los legisladores mexicanos que tomen una decisión, porque “no hay tiempo que perder”.

Argumentó que su gobierno está “diciéndole la verdad a los mexicanos” en cuanto a que si no se hace nada, la situación va a empeorar por la pérdida de reservas petroleras.

Al ser interrogado sobre el problema de la inseguridad, el Presidente declaró estar dispuesto a pagar los costos necesarios para encarar la delincuencia y garantizar que prevalezca el imperio de la ley.

Prometió que usará todas las fuerzas federales, incluyendo el Ejército y la Marina, para imponer la ley. Sería ingenuo, reconoció, pensar que esto se iba a lograr sin algún costo, y mencionó la cifra de 100 policías que han pedido la vida; reiteró que es la única manera de rescatar al país de la delincuencia.

 
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