■ Un gobierno que se basa en el uso de la fuerza está destinado al fracaso, asegura

Enseñarle al individuo a ser ciudadano, lo mejor contra la delincuencia: Mockus

■ La coerción en una sociedad violenta es algo muy delicado, señala el ex alcalde de Bogotá

Agustín Salgado

El ex alcalde de Bogotá, Antanas Mockus, aseguró que la manera más eficaz para combatir la inseguridad es generar un proceso pedagógico en el que el individuo aprenda a ser ciudadano y respete el pacto social por voluntad propia, pues un gobierno que se apoye exclusivamente en el uso de la fuerza y en la amenaza de las medidas correctivas está destinado al fracaso.

En entrevista con La Jornada, el ex rector de la Universidad Nacional de Colombia afirmó que “la coerción en una sociedad violenta es un ejercicio delicadísimo”, y que más que dividir “el mundo de forma elemental en nosotros los buenos, que somos mayoría, y una minoría de malos a los que hay que derrotar”, las autoridades deben de promover procesos para que los gobernados se conviertan en ciudadanos responsables.

“Al asumir mi primer periodo en la alcaldía de Bogotá propuse un cambio de lenguaje, es decir, no hablamos tanto de inseguridad sino de ciudadanía. Si realmente somos ciudadanos, si nos formamos como tales, habrá más seguridad y cada uno respetará más el derecho de los demás. Lo otro fue reconocer que uno no nace ciudadano sino que aprende a serlo”.

Académico convertido en político, el rector que durante una conferencia se bajó los pantalones para captar la atención del auditorio, y que durante su primer gestión al frente de la administración pública logró reducir en más de 40 por ciento el índice de homicidios, dijo que si bien la prisión y el pago de multas cumplen su función de amenaza, también deben aprovecharse otro tipo de herramientas.

“También sirve la explicación de la ley, la culpabilización. Todavía hoy se muestra (en Colombia) un comercial muy pequeño que hicimos. En él aparecen una ambulancia, un cuerpo caído y un muchacho borracho. Todo ocurre durante la madrugada y lo único que dice el joven es ‘la llevo viva’ y que significa o lleva viva a la muchacha o lleva viva la borrachera.

“Lo que se demuestra con ese comercial es que el individuo cambió la vida de una persona querida por una buena borrachera. Ahí no le decimos vas a ir a la cárcel sino le estamos subrayando el sentimiento de culpa. Ésta es una manera de generar la corresponsabilidad entre ciudadanos y autoridades.”

Antanas Mockus se ha caracterizado por aplicar métodos poco tradicionales para cambiar hábitos sociales. Se ha presentado en público vestido de superhéroe e incluso durante un debate político le arrojó agua a su contrincante.

Ex candidato a la presidencia del país sudamericano indicó que un fenómeno que se registra en nuestras sociedades es el poco valor que se le da a la vida y que incluso dicho bien se pone en riesgo por situaciones tan absurdas como el robo de un teléfono celular.

“Cada muerte es irreversible. Ni todo el dinero ni todo el poder del mundo resucitan a nadie. Entonces el tema de la vida, tanto propia como ajena, debería de estar más blindado. Tiendo a pensar que es un fenómeno que se repite en la mayoría de las ciudades latinoamericanas, aunque la evidencia académica que tengo aún es muy parcial, pero creo que el latinoamericano mezcla los derechos de la vida y de la propiedad y es capaz de matar por robar o por no dejarse robar”, aseguró.

El también filósofo y matemático reconoce que durante sus gestiones como servidor público, si bien el índice de asesinatos disminuyó, otros como el robo de automóviles fue a la alza.

“Cuando fui alcalde por primera vez no había pasado ni un mes y recibí la invitación para asistir a un foro sobre robo de carros. Pero después dije que ya había asistido a dos foros de este tipo y que juraba no volver a hacerlo mientras no se hicieran seminarios suficientes sobre vida humana”, relató quien dijo haber sido víctima del robo de cuatro bicicletas, un Renault 4 y un “computador”.

Por último, Antanas Mockus se refirió al programa Ciudadanos formadores de ciudadanos, que implementó durante su administración y que básicamente consistía en reconocerle al policía su calidad de ciudadano y que además tiene la responsabilidad de formar a otros individuos.

Para Mockus el policía debe ser un educador, debe estar consciente de los derechos que posee: tiene que saber de garantías individuales, pero también debe ser experto en creatividad y comunicación, pues –sostiene– la carencia de palabras y argumentos se sustituye con la fuerza.

“Hay una gran cantidad de policías que saben resolver problemas, yo conocí a uno que se estaba quejando ante un grupo de ciudadanos, sin autoridad y el argumento que él mismo esgrimió fue: ‘ustedes pagan impuestos para que yo esté aquí, denme la posibilidad de que realice mi trabajo y reconozcan que en este momento soy la autoridad.”