Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 5 de octubre de 2008 Num: 709

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Dos poemas
ARNOLDO KRAUZ

Voces
YANNIS DALLAS

Velvet Revolver y Libertad
SAÚL TOLEDO RAMOS

John Connolly: victorias pírricas
JORGE ALBERTO GUDIÑO HERNÁNDEZ

Cantata (fragmento)
CARLES DUARTE

João Guimarães Rosa: gran señor y gran señora
RICARDO BADA

Los cien años de João Guimarães Rosa
HAROLD ALVARADO TENORIO

Bordar canciones
JUAN MANUEL GARCÍA entrevista con JUANA MOLINA

Leer

Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA


Directorio
Núm. anteriores
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SAN FOUCAULT

PORFIRIO MIGUEL HERNÁNDEZ CABRERA


Foucault para todos,
Chris Horrocks y Zoran Jevtic,
Paidós,
Barcelona, 2006.

Foucault para todos es un libro ilustrado, mitad relato biográfico y mitad texto de divulgación, sobre la obra de Michel Foucault, uno de los filósofos e historiadores contemporáneos más influyentes en muchas disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades.

Publicado originalmente en Inglaterra y Australia en 1997, el texto del volumen corre a cargo de Chris Horrocks, profesor de historia del arte y de diseño en la Universidad de Kingston, quien presenta a grandes rasgos los momentos más relevantes de la vida y el trabajo intelectual del autor de Historia de la sexualidad, Vigilar y castigar y de otros importantes libros. En el plano biográfico, se abordan, entre otros temas, desde sus primeros años escolares, la experiencia de la guerra, su ingreso a la Escuela Normal Superior de París, sus amoríos con jovencitos, su ingreso a la academia y la investigación, hasta su pasión por el sexo con hombres, su gusto por los saunas y el sadomasoquismo, y su muerte por sida a los cincuenta y siete años el 25 de junio de 1984. En cuanto a las aportaciones del precursor de la moda de la cabeza rapada, Horrocks primero contextualiza filosófica e históricamente las problemáticas que Foucault abordó en cada uno de sus libros, explicando las teorías en boga que influyeron en su pensamiento y relatando los acontecimientos sociales más destacados del momento; después, el autor da cuenta en detalle del origen y el contenido de los estudios más importantes del filósofo.

Además se describen sus disputas intelectuales con influyentes pensadores coetáneos como Derrida, Chomsky, Baudrillard y Habermas. Se narran las revueltas y los movimientos sociales de un convulsionado mundo de protestas por las injusticias a principios de los años setenta y la participación de Foucault en el activismo a favor de los presos, los inmigrantes y los gays, y sus pronunciamientos sobre las políticas francesa e internacional.

En lo que respecta a las ilustraciones, éstas corren por cuenta de Zoran Jevtic, artista, ilustrador publicitario y animador. Se trata de imágenes, en su mayoría originales –aunque Jevtic también echa mano de fotografías, pinturas y grabados intervenidos– que representan a Foucault en las diferentes situaciones a que se alude en el texto. Sin duda, el trabajo gráfico de Jevtic es lo más rescatable del libro, pues es a la vez directo y metafórico, contribuyendo en mucho a la comprensión de los, en ocasiones, no tan accesibles contenidos textuales .

Se podría decir que la intención del libro es presentarnos un “Foucault a la Rius ”; sin embargo, la pesadez del texto –a pesar del aligeramiento de las ilustraciones– hace echar de menos la amenidad de los entretenidos e ilustrativos libros de Rius. Y es que, en realidad, Foucault para todos no es un libro “para todos”, es más bien una introducción a la vida y obra de “San Foucault” –como le llamó David Halperin– para estudiantes de filosofía o para aquellos alumnos de licenciatura que tienen una formación epistemológica básica.


JACQUES SOUSTELLE Y EL UNIVERSO AZTECA

RAÚL OLVERA MIJARES


La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la cconquista,
Jacques Soustelle,
Fondo de Cultura Económica,
Ciudad de México, 2006.

Entender lo que no se conoce por lo conocido es, según Aristóteles, una de las tantas maneras como procede el intelecto. Conceptos como imperio, esclavitud, hegemonía, superstición, ritos sanguinarios, se atribuyen, para bien o para mal, al mundo forjado por los aztecas, en auge todavía a la llegada de los europeos. La visión etnocentrista del hombre occidental nubla, incluso hoy, la comprensión de un universo prácticamente extinto, cuyas últimas huellas se hallan en poblaciones rurales marginadas y, por supuesto, en tanto que substrato, en la peculiar idiosincrasia, composición étnica y mentalidad profunda del pueblo de México –sin importar la proporción de sangre española, la región de procedencia o el influjo de otras civilizaciones o culturas mesoamericanas, todas con una cosmovisión humana, religiosa y civil, afín en líneas generales.

No resulta sencillo acercarse a la organización de un imperio, centrado en la conquista y la guerra, que ejercía su autoridad a través de una serie de señores, una suerte de aristocracia aunque no hereditaria, salvo en el caso del tlatoani. La propiedad comunal de las tierras, la organización del calpulli, la ausencia de cárceles, el aseo diario y el apego a la naturaleza –aun dentro de las grandes ciudades– son conceptos que ciertamente retan la comprensión moderna. Jacques Soustelle (1912-1990), antropólogo, historiador, amante del mundo mesoamericano y musulmán, compuso La vie quotidienne des aztèques à la veille de la conquête espagnole (Hachette, Paris, 1955).

Salida en 1956 en traducción de Carlos Villegas, La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista, que va en su decimosexta reimpresión, se constituye en obra imprescindible para comprender el ser del mexicano, fruto de los desvelos de un estudioso europeo, miembro del servicio exterior de Francia, estacionado en México alrededor de 1940, cuando le cupo el honor de fungir como representante personal del general De Gaulle, por entonces en el exilio londinense. Desconocido por el gobierno de Vichy y privado de la ciudadanía francesa, Jacques Soustelle viviría más tarde la deshonra de ser cesado en Argel y expulsado del Partido, al oponerse a las políticas gaullistas de opresión étnica. Rehabilitado al final de su vida con cargos honoríficos, Soustelle es autor de obras antropológicas tan señeras como El universo de los aztecas, Los olmecas, Los mayas, La familia otomí-pame del México central, amén de otras como Aimée et souffrante Algérie y L'espérance trahie . Incansable viajero y lector de una curiosidad prodigiosa, Jacques Soustelle supo descubrir la innegable otredad de México y de sus civilizaciones, equiparables en complejidad y riqueza a Sumeria, Egipto, China, India y, por supuesto, Occidente. Verse en los ojos de otro para reconocerse a sí mismo: he ahí la gran lección para México de este humanista francés.


LA MANO DE NOAM

ENRIQUE HÉCTOR GONZÁLEZ


Intervenciones,
Noam Chomsky,
Siglo XXI,
México, 2007.

Que un novelista “descienda a la mera política”, escribió Borges a propósito de Dostoievsky, es un hecho bochornoso que en cierto modo demacra su creatividad; que el creador de un modelo de análisis lingüístico tan objetable como la gramática generativa haya ascendido de los meandros de la sintaxis transaccional a la crítica habitual y obstinada del modelo político de su país (sobre todo si esa nación es Estados Unidos), consiente un peligro evidente: todo lo que escriba, a fuerza de provenir de un espíritu crítico entendido como “radical” dentro del conservador panorama de la intelligentsia estadunidense, puede volverse un lugar común o una diatriba pronunciada en el desierto. Y sin embargo, esos son los riesgos naturales que debe asumir todo “objetador de conciencia” –cuando es verdadero. Por lo menos así lo entendió, en su momento, Bertrand Russell, que solía descender de la mera filosofía a la crítica acerba de las injusticias más ominosas; son los que asumen Fernando del Paso, Carlos Fuentes y aun Vargas Llosa cuando abandonan la mera literatura para ratificar que un escritor, sea de la índole que fuere –pergeñe poemas o investigue sobre las precursoras ideas liberales del tlatoani prehispánico–, es un ser de conciencia.

Los artículos de Chomsky, en las tres sintonías temáticas que modulan el libro, nos dicen lo que ya sabemos: que la nociva política de Bush en Medio Oriente es la fuente central de los conflictos entre judíos y no judíos; que su política hacia América Latina ha hecho retroceder la posibilidad de acuerdos en el área a sus límites más bajos; que la intervención estadunidense en Irak ha sido un error catastrófico mayor que el de Vietnam. Pero, en demérito de sus detractores, no se trata de un polemista por antonomasia o de un ideólogo a previsible contrapelo de los dictámenes de Washington. Confieso que leí su recopilación de artículos con el prejuicio del Publishers Weekly, que los editores de la traducción decidieron colocar en el frontispicio del volumen como un lema incómodo: “Puro asco hacia el imperialismo y la hipocresía norteamericana.” Y sólo encontré, en todo caso, los rescoldos de tal asco, un mesurado residuo de opiniones bien rasuradas que no atemorizarían ni a la más conservadora ama de casa especializada en fruit cakes. Y no porque las precisas, serenas, casi frugales opiniones de Chomsky pequen de blandas o convencionales, sino porque la augurable estridencia tiene en el libro un aspecto más cercano a la sobriedad que al sobresalto: la solución a la problemática en el Cercano Oriente se reduce a que los dos pueblos (el judío y el palestino) puedan asentarse juiciosamente en el reducido espacio en que conviven; que Estados Unidos siempre ha esperado “confiar en América Latina como base segura de recursos, mercados y oportunidades de inversión”; o ésta, tan simple como la constatación de una encuesta: “Cerca del 90% de los iraquíes sienten que la situación de su país era mejor antes de la invasión encabezada por los norteamericanos que ahora”, consideraciones que pueden pecar de comedidas antes que de escandalosas.

Y es entonces cuando el viejo aserto de Epicteto, privilegiado como epígrafe por Sterne para su Tristram Shandy, cobra nuevamente realidad: “Lo que turba a los hombres no son las cosas en sí sino las opiniones sobre las cosas”, vale decir, ¿y si la mano de Noam fuera la menos chomskyana de las manos que hoy escriben acerca de lo que pasa en el mundo? ¿No estarán, tanto sus detractores como sus simpatizantes, erigiendo una estatua que se parece poco al Chomsky real?

Estudié alguna vez sus propuestas lingüísticas y me parecieron un elaborado desatino de la obviedad respecto de las capacidades creativas del hablante. Pero sus artículos, que conocía bajo la estorbosa doble versión de que eran geniales o predecibles –como predecible es el encomio del liberalismo político en las publicaciones que lo anatemizan–, en absoluto resultan incendiarios o adivinables: son lúcidos y graves, transparentes y contenidos como los de Borges, cuando no descendía a la mera ironía o los de Paz, cuando no se dejaba arrebatar por ese “múltiple don de generalizaciones” que con tanto tino denunció Monsiváis. Y eso no es poco decir.



El estilo es la idea. Ensayo literario hispanoamericano del siglo XX.
Antología crítica,

Alberto Paredes,
Siglo XXI Editores,
México, 2008.

Doctor en letras por la UNAM y crítico literario, autor de ensayos sobre Lezama Lima, López Velarde y muchos otros autores y temas, en este volumen Paredes llena el hueco que ha implicado soslayar, en su estudio, la perspectiva literaria de la ensayística latinoamericana. Para cada autor se incluyen análisis introductorios que pueden ser considerados “una verdadera historia crítica” del ensayo de esta región.



Teatro escogido,
Óscar Liera,
Fondo de Cultura Económica,
col. Letras mexicanas,
México, 2008.

En colaboración con varias instituciones tanto de Baja California como de Sonora, así como el Conaculta, el FCE publica este volumen que recoge dieciocho obras del dramaturgo sinaloense, una por cada año de los que han transcurrido desde su fallecimiento. El libro arranca con un prólogo escrito por Armando Partida Tayzán.



En el jardín de la cábala,
Angelina Muñiz-Huberman,
Conaculta,
México, 2008.

Poeta, narradora y ensayista, Muñiz Huberman ha sido distinguida con numerosos reconocimientos en el campo literario, entre los que destacan el premio Xavier Villaurrutia y el Sor Juana Inés de la Cruz. En este cuentario, la autora “invita a ser cómplices de los sabios judíos”, y se asegura que el lector “recibirá un inesperado obsequio con estos cuentos”.



El cuerpo de los símbolos,
Antonio Gamoneda,
Calamus/Conaculta/INBA,
México, 2007.

El propio autor lo explica: estos textos “fueron, en su día, artículos o conferencias ocasionales” y la estructura del libro “tiene que ver únicamente con proximidades temáticas o analogías parciales”. Fiel a la profundidad de su mirada, y aunque al hablar de sí mismo afirma no tener un “pensamiento sino simples ocurrencias” Gamoneda ofrece aquí un conjunto verdaderamente sin desperdicio alguno.



14 voces por un real,
Homero Adame,
Verdehalago/Secretaría de Cultura de San Luis Potosí,
México, 2007.

Con este cuentario el autor obtuvo el Premio 20 de Noviembre “Manuel José Othón” de narrativa en 2004. En el título, hábil juego de palabras, se anuncia buena parte del espacio físico y de la atmósfera que dan signo a los textos: Real de Catorce y su universo múltiple, múltiples veces abordado y nunca abarcado por completo.



Luna nueva,
Stephenie Meyer,
Alfaguara,
México, 2008.

A Meyer se le conoce por ser la autora del bestseller titulado Crepúsculo, y al éxito de dicho libro se apela para que esta Luna nueva, una historia sobre vampiros, se convierta en otro éxito de ventas. Para bien o para mal, tal vez así suceda.