Usted está aquí: martes 7 de octubre de 2008 Ciencias El alto precio de la vacuna del papiloma la hace inaccesible, lamenta Zur Hausen

■ Su investigación fue tomada con reserva hace 30 años por la industria farmacéutica

El alto precio de la vacuna del papiloma la hace inaccesible, lamenta Zur Hausen

Eva Usi (Especial)

Ampliar la imagen El galardonado en su instituto, en Heidelberg, Alemania El galardonado en su instituto, en Heidelberg, Alemania Foto: Ap

Berlín, 6 de octubre. Con aire modesto y algo perplejo por la gran emoción en torno a su persona, se veía a uno de los premiados con el Nobel de Medicina 2008, Harald zur Hausen, en su oficina de Heidelberg. “Siento una gran alegría, pero sobre todo saludo que se haya reconocido un área que ha ganado importancia en años recientes. Creo que la elección de los otros dos galardonados subraya el importante papel que tienen y seguirán teniendo las enfermedades infecciosas y males crónicos como el cáncer”, señaló zur Hausen, al enterarse del anuncio realizado por el Instituto Karolinska de Estocolmo.

Zur Hausen es honrado por haber descubierto el virus del papiloma humano y comprobar su relación con el cáncer cervico- uterino. Gracias a sus investigaciones se ha desarrollado una vacuna que desde hace dos años está a la venta en el mercado. El científico lamentó que debido a su elevado precio la vacuna sea accesible sólo en el mundo occidental.

Durante una entrevista concedida a La Jornada y publicada el 7 de julio de 2006, Zur Hausen explicó, con motivo de la presentación de la vacuna, que sus investigaciones fueron tomadas con reserva por el mundo científico hace 30 años, cuando descubrió el virus del papiloma humano (VPH). Se estima que éste es causante de la muerte de más de 500 mil mujeres en todo el mundo cada año, un 83 por ciento de los casos en países en desarrollo, debido a su convivencia con el VIH-sida.

El investigador trató inútilmente de involucrar a las farmacéuticas alemanas para que desarrollaran la vacuna, pero no hubo ningún interés. “No se dieron cuenta del significado que podría tener dicha vacuna. Apenas a principios de los años 90 empezaron a trabajar en este proyecto las farmacéuticas estadunidenses y británicas, lo que ahora, visto en perspectiva, ha sido redituable”, dijo.

Interrogado hace dos años sobre si creía que su descubrimiento ameritaría algún día el Nobel, Zur Hausen respondió con su habitual sencillez: “Yo dejaría eso a los suecos. A diferencia del poco interés que hubo en un principio, ahora las farmacéuticas han mostrado una disposición inicial, aunque sea para explotar la vacuna comercialmente”, respondió.

“Dominaba el júbilo”, dijo la secretaria de Zur Hausen, Lisa Braun. “Todos nos alegramos muchísimo, incluso hubo brindis con champán, pero eso fue hasta que se había calmado todo un poco”, dijo. El personal completo del Centro Alemán de Investigación sobre el Cáncer, en Heidelberg, donde trabajan unas 200 personas, recibió con una ovación al científico alemán que dirigió el centro en los años 80. Zur Hausen dijo que el galardón lo tomó completamente desprevenido, y prueba de ello es que normalmente usa corbata, pero “hoy fue la excepción”. El presidente alemán, Horst Köhler, felicitó al investigador en una carta en la que destacó la excelencia científica del galardonado.

 
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