Usted está aquí: jueves 9 de octubre de 2008 Ciencias Nobel de Química, a innovadora herramienta para la biología

■ Osamu Shimomura, Martin Chalfie y Roger Y. Tsien hallan la proteína fluorescente verde

Nobel de Química, a innovadora herramienta para la biología

■ Observar el desarrollo de virus, neuronas, células cancerosas y embriones, algunas de sus aplicaciones

■ Comparan el descubrimiento con el del microscopio en el siglo XVII

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Ampliar la imagen La aplicación del material fluorescente tiene para observación del desarrollo celular y estructural de cuerpos en gestación gran potencial científico. La imagen muestra un embrión de ratón, cuyo cuerpo fue marcado con proteínas de distintos colores La aplicación del material fluorescente tiene para observación del desarrollo celular y estructural de cuerpos en gestación gran potencial científico. La imagen muestra un embrión de ratón, cuyo cuerpo fue marcado con proteínas de distintos colores Foto: Ap

Estocolmo, 8 de octubre. El japonés Osamu Shimomura y los estadunidenses Martin Chalfie y Roger Y. Tsien ganaron hoy el Premio Nobel de Química 2008 por el descubrimiento y desarrollo de una herramienta clave usada en la investigación de procesos biológicos, informó la Real Academia Sueca de Ciencias en Estocolmo.

El premio fue concedido por “el descubrimiento y desarrollo de la proteína fluorescente verde (GFP, según sus siglas en inglés)”, que fue aislada de una medusa y posteriormente aprovechada para “ver procesos que previamente eran invisibles, como el desarrollo de neuronas o cómo se diseminan las células cancerosas”, según el comunicado de prensa de la Academia.

Esta marcación inocua se convirtió en una herramienta estándar en la biología, de la que se derivaron cientos de miles de resultados.

El descubrimiento representó un enorme salto para los investigadores, similar al que se logró en el siglo XVII con el descubrimiento del microscopio, que permitió el estudio de bacterias y células sanguíneas, entre muchas otras aplicaciones.

Anders Liljas, miembro de la Academia Nobel y profesor de biofísica molecular de la Universidad de Lund, dijo a la radio sueca que el descubrimiento era de “importancia sin igual” que permitió a los investigadores seguir una proteína o monitorear procesos en células individuales.

La proteína fluorescente verde fue observada por primera vez en la medusa Aequorea victoria en 1962.

Los tres investigadores, que trabajan en Estados Unidos, comparten en partes iguales el premio de 10 millones de coronas (1.40 millones de dólares/ 1.03 millones de euros).

Perfiles

Shimomura, nacido en la ciudad de Kyoto en 1928, es profesor emérito del Laboratorio de Biología Marina (MBL) en Woods Hole, Maryland. Aisló y describió por primera vez la GFP de la medusa, que es arrastrada por la corriente frente a las costas occidentales de América del Norte, y descubrió que la proteína, al recibir radiación ultravioleta, emite luz verde.

Desde 1980 hasta su jubilación, en 2001, Shimomura, quien mantuvo su ciudadanía japonesa, trabajó en el Laboratorio de Biología Marina en Woods Hole, Massachusetts.

Chalfie, nacido en Estados Unidos en 1947, trabaja de profesor de ciencias biológicas en la Universidad Columbia, en Nueva York, y “demostró el valor de la GFP como identificación genética luminosa para variados fenómenos biológicos”, indicó la Academia.

Fue el primero que logró introducir la sustancia en otros organismos, en los que la proteína también emitió la fluoresencia.

Por su parte, Tsien, nacido en 1952, es profesor en la Universidad de California, en San Diego, La Jolla, y “extendió la paleta de colores más allá del verde, lo cual permite a los investigadores dar a las proteínas y células diferentes colores para seguir varios procesos biológicos al mismo tiempo”.

La secretaria permanente del Comité Nobel de Química, Astrid Graslund, sostuvo que “la difusión de este descubrimiento es actualmente tan grande que no se puede abrir una revista científica sin toparse con nuevas aplicaciones”.

En conferencia telefónica, en la Real Academia Sueca de Ciencias de Estocolmo, Tsien indicó que estaba “muy feliz por el reconocimiento” de su trabajo científico. “Realmente no lo esperaba. Había rumores, por supuesto, pero de fuentes un poco cuestionables.”

Tsien aclaró que no es un científico chino. “Me crié en Estados Unidos y desde entonces pasé mi vida aquí. Pero si le sirve a las personas en China, espero que el premio inspire a estudiantes y científicos allá.”

El gen del GFP y sus variantes se pueden fusionar con otros de muchas otras proteínas, las cuales, de otra manera serían invisibles.

Al ser irradiada con una luz adecuada brillan bajo el microscópio el núcleo de la célula, el esqueleto celular y otros componentes. También se pueden introducir dos o más proteínas fluorescentes de diferente color. De esta manera se puede ver cómo interactúan los diferentes componentes celulares. Se pueden hacer visibles tanto los virus del sida como las células cancerígenas, por ejemplo. Además, es posible observar directamente el crecimiento de un tumor, y si un medicamento da resultado.

Importancia especial tiene la GFP en la biología del desarrollo: si se introduce en un estadio temprano de un embrión, se puede seguir la evolución de las primeras células, estructuras y órganos.

Los tres investigadores hicieron patentar las proteínas. Para los científicos que hacen investigación básica, su uso es gratuito, mientras las empresas farmacéuticas tienen que pagar. Por lo tanto, para las tres galardonados, en particular para Tsien, el descubrimiento también valió la pena desde el punto de vista económico.

 
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