Usted está aquí: jueves 16 de octubre de 2008 Cultura René Villanueva es un referente de “la cultura no oficial”

■ Beatriz Zalce presenta su libro Como gotas de ámbar, publicado por Ediciones Pentagrama

René Villanueva es un referente de “la cultura no oficial”

■ La periodista reivindica la trayectoria del músico y activista

■ ‘‘Él decía que su miedo era quedarse a la orilla, no volcarse de lleno en algo”, comparte su compañera con La Jornada

Arturo García Hernández

Ampliar la imagen Beatriz Zalce convirtió en libro las múltiples charlas que sostuvo con René Villanueva, quien murió en 2001. En la imagen, la periodista durante la entrevista con La Jornada Beatriz Zalce convirtió en libro las múltiples charlas que sostuvo con René Villanueva, quien murió en 2001. En la imagen, la periodista durante la entrevista con La Jornada Foto: Yazmín Ortega Cortés

En la historia no oficial, en la historia de la cultura popular y específicamente en la historia de la música tradicional latinoamericana, el nombre de René Villanueva es referencia inevitable.

Preservarla y compartirla son los propósitos del libro Como gotas de ámbar: memorias de René Villanueva, de la periodista Beatriz Zalce, compañera en los últimos años del pintor, luchador social, musicólogo y fundador del grupo Los Folcloristas.

René Villanueva –escribe Zalce en una nota para el libro– “me llenó la vida de música, de palabras, de colores, de besos. Como gotas de ámbar es un largo ‘te amo’ que empezamos a tejer juntos, a mediados de 2000, cuando ya sabíamos que padecía un cáncer terminal”.

Grabadora en mano, “día tras día, a mañana tarde y noche, a lo largo de un año lo entrevisté”.

Esas conversaciones se convirtieron en más de mil cuartillas de transcripciones y finalmente en el libro publicado por Ediciones Pentagrama.

Fue una labor física y emocionalmente ardua, pero necesaria. Con la muerte encima, Villanueva empezó a contarle su vida a Beatriz Zalce: “Y ahí empecé a hurgar en sus recuerdos. Creo que para él tuvo mucho de sicoanálisis: hacer un balance, verse desde niño, recordar a los abuelos, a los padres.”

Catarsis y elaboración del duelo

El músico René Villanueva falleció el jueves 28 de junio de 2001. Para el lunes siguiente, cuando familiares y amigos de la pareja ya habían vuelto a su cotidianidad, Beatriz Zalce comenzó la transcripción de la serie de entrevistas que le hizo a su compañero.

“Fue un proceso de catarsis. Había gente que me decía ‘oye cómo le vas a hacer, cómo te vas a poner a oír las entrevistas’. Para mí fue padrísimo, porque era volver a oír a René, era recordar, volver a vivir y hasta decir ‘estábamos oyendo tal música’, o en tal momento estaba pasando tal cosa. También fue una elaboración del duelo.”

En 1994, Villanueva publicó el libro Cantares de la memoria, con motivo de los 25 años de la fundación de Los Folcloristas, que se enfocaba en la historia de la agrupación. Como gotas de ámbar se acerca más a su vida privada, “pero integrado en un contexto histórico”, en el cual destaca su faceta de luchador social.

“Afortunadamente –sostiene Zalce en entrevista– René no está en la historia oficial, que es, decía Ernesto Cardenal, una gran zopilotera y un gran hedor; pero está en la cultura de este país, en la cultura popular y en las luchas sociales de México.”

Su toma de conciencia política estuvo marcada por el golpe de Estado de 1954, en Guatemala, contra el gobierno democrático de Jacobo Arbenz. Tenía entonces 21 años.

“También lo marcó el cardenismo en su niñez, cuando le tocó ir a dejar un peso de plata para apoyar la expropiación petrolera.”

Así se va formando “ese René histórico, que no se conforma con ser un testigo de la historia, sino que se involucra. Decía que su miedo era quedarse en la orillita, no volcarse de lleno en algo”.

–Ese luchador social, que peleó de muchas maneras y en muchas trincheras, ¿cómo veía al país al final de su vida?

–Veía un panorama muy negro. Le tocó el principio del foxismo y estaba horrorizado con todo lo que pasaba.

“Siempre fue un analista muy exacto, muy claro. Cada mañana se despertaba haciendo el análisis de la situación y me empezaba a explicar esto, aquello, y cómo se relacionaba lo que pasaba en un lugar con lo que sucedía en otro. Le parecía desalentadora la visión del país. Incluso, al final decía que tanta mierda solamente se limpia con un baño de sangre.”

Los sueños de un militante

–Entonces, ¿murió decepcionado de lo que era el país?

–No, él sabía que los tiempos biológicos no tienen mucho que ver con los históricos, que mucho de lo que él soñaba y por lo que había luchado no le iba a tocar verlo, que tocaría a las nuevas generaciones.

“Y, si no, a la nuevas generaciones les tocaría luchar por que eso se consiguiera. En eso coincidía con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Una vez le preguntaron al subcomandante Marcos, ‘¿y tú cómo sueñas el futuro?’ Y él dijo: ‘bueno, es un sueño en el que yo no aparezco, pero donde los niños se dedican a ser niños, no a cargar bultos, no a trabajar; un sueño en que los niños pueden estudiar, jugar, y en el que ser hombre y ser mujer no es cargar un fardo de leña o moler maíz a las tres de la madrugada’. Algo más humano. Con eso eso se identificaba totalmente René.”

En la solapa de Como gotas de ámbar se ofrece la siguiente semblanza de Villanueva: “Decía que le gustaba más pintar que ser considerado pintor, recibía lecciones de color de las bordadoras de su tierra: Oaxaca. (...) Era melómano: brahmsiano de hueso colorado, adorador de Bach, seguidor del Cuarteto Budapest. Su gran amor fue la quena, y tras ella el rondador y la flauta indígena mexicana”.

Cofundó el grupo Los Folcloristas y la disquera independiente Discos Pueblo, donde grabaron notables representantes del llamado canto nuevo latinoamericano. También es autor de los libros Cancionero de la Huasteca, Música popular de Michoacán y Guerrero, música y cantos.

Asimismo, realizó una importante labor de rescate y difusión de la música tradicional de México y otros países de Latinoamérica.

Hombro con hombro

–Además de ese René histórico que describe, ¿quién fue para usted Villanueva en una plano más personal?

–Por supuesto que ha sido mi gran amor. Dicho eso, fue un maestro que me enseñó a conocer el México profundo, que me descubrió toda la música y toda la cultura que hay en este país, que me ayudó a enraizarme bien aquí. Había entre los dos una diferencia de edades considerable, entonces también a ratos hizo las veces de padre, de guía, pero sobre todo de compañero, de amigo, alguien con quien iba hombro con hombro caminando por la vida.

El libro Como gotas de ámbar... será presentado hoy a las siete de la noche en la Casa del Poeta (Alvaro Obregón 73, colonia Roma).

Los comentarios estarán a cargo de la periodista y escritora Verónica Ortiz; de Leopoldo Ayala, poeta y profesor del Instituto Politécnico Nacional, integrante del comité de huelga en el 68; Sergio Rodríguez Lazcano, director de la revista Rebeldía. Modesto López, director de Ediciones Pentagrama, será el moderador. Las ganancias que se obtengan por la venta del libro se destinarán de manera íntegra a las comunidades indígenas zapatistas.

Al respecto, Beatriz Zalce comenta: “Creo que es una decisión congruente con René y conmigo; uno no puede lucrar con su propia historia, con sus propios sentimientos. Los zapatistas lo necesitan y nosotros necesitamos más al zapatismo”.

 
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